Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



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martes, 12 de abril de 2011

De Legalismos en la Hipocresía de Pedro o, Por Qué No Debemos Nunca Hacer Penitencia o Buscar Compensar de algún modo a Dios por un Pecado Cometido...

La escena es bien conocida por todos, Pablo -el último de los apóstoles- reprende la hipocresía de Pedro y Barnabás cuando en las comidas se apartan de sus hermanos gentiles.

Pedro, Barnabás, si sabemos que uno es declarado Justo por Dios mediante la fe, no tiene sentido comportarse delante de los gentiles como si tuvieramos que obrar legalísticamente para estar a buenas con Dios, replica Pablo

Bajo la perspectiva legalista judía, los gentiles -al adolecer de Ley- somos por naturaleza pecadores, pues no tenemos conocimiento de la Voluntad de Dios, ni tenemos siquiera la mínima posibilidad de ser justificados al observar la Ley, ni tampoco de expiar nuestros pecados.

Sin embargo, tanto Pedro como Pablo, saben que ahora las cosas han cambiado.

De esta manera, Pablo recrimina a Pedro recordándole que uno no está en paz con Dios por observar ley alguna, sino que uno es declarado Justo por Dios mediante la fe.
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
La justicia de Dios mediante la fe en la sangre del Mesías, entregado como sacrificio sustitutivo por nuestros pecados es aquello que nos justifica, que hace que Dios nos declare Justos, pues mientras que Jesús carga con nuestros pecados, a nosotros se nos imputa mediante la fe, su justicia, su vida sin pecado.

Y esto no de nosotros, pues es don de Dios.

Esa es la hipocresía que aborrece Pablo, es decir, que sabiendo que somos beneficiarios del Nuevo Pacto en la sangre del Mesías, Pedro no actúa en consecuencia y tontea de nuevo con la Ley.

Exacto, por mucho que unos hayan sido criados como buenos observantes de la Ley, y otros hayan vivido de espaldas a ella, tanto unos como otros, solo tienen una manera de ser declarados Justos delante de Dios: Por Fe.

Por tanto Pedro, si observas las leyes sobre la pureza de los alimentos, les estás enseñando a los gentiles que en el fondo, la Ley sirve para estar a buenas con Dios, y por tanto con tu actuar, contradices y restas Autoridad a la Buena Nueva que predicamos, advierte Pablo.

Ahora bien, no nos convierte en pecadores el hecho de no observar la Ley?
No se convierte Jesús en un agente del pecado, al hacernos vivir de espaldas a la Ley?
17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado?
Sí y no.

Pablo admite que bajo la perspectiva judía, ellos son vistos como pecadores por no ajustarse a las leyes ceremoniales, lo cual refuerza lo que hemos visto en el versículo 15.
15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles,
Esa acusación de los judaizantes, Pablo la admite sin temor alguno.

Sí, bajo el punto de vista legalista, soy un pecador, pues no busco cumplir la Ley...

Ahora bien, Pablo niega rotundamente por un lado, que la vulneración de las leyes ceremoniales, convierta a Jesús en un ministro de pecado, y por el otro, que dicha vulneración les convierta a ellos realmente en pecadores.

En efecto, lo que cuenta no es la perspectiva de aquellos que viven esclavizados por una Ley de imposible cumplimiento, lo que cuenta es qué es aquello que Dios considera pecado.

Bajo el punto de vista judío, Pedro, Barnabás y él mismo, han caído a la misma categoría que los gentiles, y son vistos como pecadores de entre los gentiles, sin embargo, dicho punto de vista no es el que Dios nos ha revelado en Cristo.

Los de la fe hemos sido liberados de la condena de la Ley, explica Pablo.
18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Qué es aquello que ha destruído Pablo?

La Ley como medio de justificación,
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, [...] 17 Y si buscando ser justificados en Cristo...
En otras palabras, lo que Pablo dice que hemos destruído es la manera que los fariseos enseñaban la Ley: Puro legalismo.

Eso es con lo que Pedro estaba tonteando al apartarse de comer con los gentiles, y eso es lo que le estaba convirtiendo en un transgresor, pues Pedro de repente se está apoyando en aquello que incumple manifiestamente.
Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío...
Aquello que hace a alguien pecador no es el desatender las leyes ceremoniales, lo que hace a alguien pecador es emplear la Ley de modo legalista, es decir, creer que mediante su observancia uno puede ganarse el favor de Dios.

En efecto, un capítulo más adelante Pablo nos revela que el fin de la Ley era manifestar el pecado en el hombre, no darle vida.

De hecho, lo irónico del caso es que uno solo puede vivir cuando muere a la Ley,
19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
Mientras más te aferres a la Ley para estar en paz con Dios, menos podrás vivir por y para Dios, pues no estarás confiando en lo que Él ha hecho por ti, sino en ti mismo, en tus propias fuerzas, en todas aquellas cosas que tú has hecho para dar satisfacción por un pecado cometido.

Nuestras buenas obras son el resultado de la obra de Dios por nosotros, no su causa, esto es lo que muchos católicos no entienden al buscar contínuamente ganar Gracia, tal como sostuvo Trento,
Si alguno dice que sólo por la fe el impío es justificado; en tal sabiduría como lo dice, que no se requiere ninguna cooperación en la obtención de la Gracia de la Justificación y de que en ninguna forma es necesario que él esté preparado y dispuesto para moverse de acuerdo a su propia voluntad; sea anatema...
Concilio de Trento, Cánones sobre Justificación, Canon 9
Pero no, al que obra no se le cuenta el salario como Gracia sino como deuda, por tanto, nada de confiar en las propias obras para ser declarado Justo por Dios, pues estamos diciendo que no confiamos en lo que Dios mismo nos dice que Jesús hizo por nosotros.

Por consiguiente, si uno quiere vivir para Dios, debe enterrar a seis metros bajo tierra al legalista.

Y poner una piedra grandota encima, no sea que se levante...

Todo esto que hemos visto, Pablo nos lo dice en el versículo siguiente,
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Para estar en paz con Dios no debo confiar en mí, es decir, en mis obras de justificación.

Para estar en paz con Dios debo confiar en aquello que Dios ha dispuesto como lo único que puede hacerme Justo: Confiar en que Jesús pagó por mis pecados, y resucitó como demostración de que su propiciación había sido aceptada.

Cada vez que un cristiano peca y se siente obligado a hacer algo para satisfacer dicho pecado (penitencia, ayuno, promesas, buenas obras...), lo que está diciendo es que no confía en la Palabra de Dios, no confía que en realidad Jesús sea la ofrenda propiciatoria por sus pecados.
21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Es imperativo dejar clavado en la cruz nuestros deseos legalistas, para que con toda propiedad podamos decir,
Mediante la ley, mediante el cumplimiento del castigo por mis pecados que la Ley de Dios exige, he muerto a la ley.
Mi viejo Yo fue juntamente crucificado con mi Señor Jesús, mi Mesías. Mi viejo Yo legalista y mundano murió en la cruz con él, y Cristo está en mí pues soy Uno con él, soy su cuerpo.
Ahora vivo en la fe del Hijo de Dios, vivo en la confianza ciega de que me amó y se entregó a sí mismo por mis pecados
.
Que no se nos entienda mal, no es que nos tenga que importar un pito el haber pecado, cada vez que caigamos hemos de pedirle perdón a Dios, arrepentirnos de todo corazón, y hacer obras que muestren que dicho arrepentimiento es auténtico, sincero.

Pero lo que nunca hemos de hacer es intentar compensar o satisfacer de algún modo a Dios por un pecado cometido, pues eso es competencia esclusiva del Señor Jesús.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


viernes, 1 de abril de 2011

De Gálatas 4:27 o, Por qué Serán Más los Hijos de la Desamparada que los de la Casada...


Analizando con mi amiga y hermana Cecilia Gálatas 4, llegamos al siguiente versículo, en el que Pablo cita a Isaías 54:1,
27 Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que los de la casada
.
Una lectura superficial y rápida de este versículo, especialmente en el contexto inmediato donde Pablo nos está hablando de Sara -esposa de Abraham- y Agar -su esclava-, podría hacernos pensar que la casada alude a Sara, y la desamparada a Agar.

Pero no es así, tal y como veremos en esta entrada.

Ahora bien, de qué nos está hablando Pablo en este versículo?

Del Tema sobre el cual orbita toda la Palabra, del Evangelio de la Gracia.

En efecto, pero antes de nada: contexto inmediato por favor.

Como acabo de decir, en este pasaje, Pablo nos ha estado hablando de Sara y Agar, y de cómo cada una representa los dos pactos.

Agar el Pacto de obras que esclaviza.
23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
Sara el Pacto de Gracia que da Libertad.
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
[...]
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Ahora bien, hemos de tener claro a qué hace referencia Isaías, para no confundir el mensaje de Pablo, y pensar que cuando habla de casada y de desamparada lo hace de estas dos mujeres.

Vayamos a Isaías y expliquemos rápidamente un par de cosas.

El antiguo Pacto era un pacto entre dos partes, un pacto donde si Israel cumplía la Ley recibiría bendiciones, y si la incumplía, maldiciones.

En varias escenas a lo largo de la Palabra, Dios presenta esta relación Dios-Israel, como la matrimonial, donde Dios es el esposo, e Israel la esposa, cierto?

Israel desde el principio, incumplió su parte del pacto, pues siempre le fue infiel al Señor, de ahí que las consecuencias de dicho incumplimiento fueran aquellas que estipulaba el Pacto: Maldiciones.

De esta manera Dios castiga a Israel lanzándoles contra ellos al Imperio Babilónico de Su siervo Nabucodonosor, el cual arrasa Judá, destruye el Templo y se lleva a una parte de israelitas al exilio.

Una vez visto esto hemos de preguntarnos, quién es la casada, según Isaías?

El Israel del Pacto mosaico,
5 Porque tu marido es tu Hacedor; YHWH de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
Isaías 54

31 He aquí que vienen días, dice YHWH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice YHWH.

Jeremías 31
Por tanto, la casada alude al Israel del Pacto, no a Sara, la esposa de Abraham.

Entonces, quién es la desamparada?

El Israel que -una vez hecho manifiesto sus contínuas infidelidades- es repudiada por Dios, y conducida al exilio babilónico.
6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó YHWH, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.

7 Por un breve momento te abandoné
Pero si es repudiada por Dios a causa de sus traiciones, por qué nos dice Dios que la repudiada tendrá más hijos que la casada?
27 Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que de la casada.
Porque la historia de Israel anuncia el Evangelio de la Gracia.

Fijémonos en Isaías 54, en cómo refleja/anuncia dicho Evangelio.

Tenemos el Pacto de las obras entre Dios e Israel, la Ley, cierto?

Pero la Ley no fue entregada para que Israel viviera por ella, sino para manifestar el pecado en el ser humano, para que al hombre no le quedara más remedio que tener que pedir Misericordia y perdón a Dios por todas sus maldades, para tener que pedir Redención por Gracia.
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Romanos 3

7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Romanos 7

19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.

[...]

21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera dar vida, la justicia fuera verdaderamente por la ley.

22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

Gálatas 3
Entendido?
Dios entrega la Ley, para evidenciar que nadie puede cumplirla, para que el hombre abra los ojos, deje de creer que es el centro del universo, y que merece algo bueno por parte de Dios.

En efecto, de ahí que Israel sea infiel, pues el ser humano es incapaz de cumplir la Ley de Dios,
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Romanos 8
Por tanto tenemos a un Israel que durante siglos es infiel a Dios, incumpliendo el Pacto, cierto?
1 Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz;
No daba a luz, es decir, no daba fruto.

Pero qué hemos visto que decía el Pacto en relación a si había incumplimiento por parte de Israel?

Un sinfín de Maldiciones.

Ahora bien, suele preguntar la gente, si Dios sabía que Israel no podría cumplir la Ley, por qué la entrega y amenaza con maldiciones en caso de no cumplirla?

Ya lo he explicado, es para que el hombre, una vez manifiesta su incapacidad de alcanzar las exigencias de la Santidad de Dios, no le quede más remedio que humillarse, y pedir perdón y Misericordia.

Y es ahora, una vez hecho patente que el hombre está caído, débil y necesitado, cuando Dios da Gracia, pues si no fuera así, el hombre podría llegar a pensar que todas las Gracias que Dios da, encuentran la causa en algo meritorio que pudiera haber visto en él.

Pero de esta manera se elimina el orgullo en el ser humano, pues aquello recibido, no lo es por sus méritos, sino por la pura Misericordia de Dios.

Yo te doy vida eterna, te adopto como hijo, te perdono tus maldades, te hago heredero de todo... pero es por Gracia, no porque lo merezcas, es por el puro afecto de Mi Voluntad, dice Dios.

Con esto en mente, veamos cómo Isaías 54 nos habla del Evangelio de la Gracia de Dios, pues establece un claro paralelismo con lo que nos pasó a nosotros.
1 Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho YHWH.
Ahí tenemos de entrada, la Promesa.
Una Promesa que se manifiesta a través de una de las constantes de la Palabra: la maravilla de que Dios crea de la Nada, hace florecer en el desiero, resucita a los muertos, hace parir a las estériles...
4 No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.

5 Porque tu marido es tu Hacedor;
Tu vergüenza es tu estado caído, tu incapacidad de cumplir los requisitos de la Santidad de Dios, tu pequeñez, tu impureza, tu suciedad, tu maldad...
3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
Tito 3
Tu vergüenza Israel es tu infidelidad, tu derrota, tu destrucción, tu exilio...

No obstante, no temas, dice Dios, porque tu marido es tu hacedor, tu Salvador.
5 Porque tu marido es tu Hacedor; YHWH de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
La esperanza no viene de ti, pues estás caído, exiliado, derrotado, estéril, muerto... la esperanza viene solo de tu Redentor, el Santo de Israel, que te tendrá Misericordia, por tanto, pon tu esperanza en Él,
6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó YHWH,

7 Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.

8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo YHWH tu Redentor.
La razón de que seas redimido no está en ti, está en la Misericordia de Dios tu Redentor.
10 Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo YHWH, el que tiene misericordia de ti.

11 Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que Yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros Yo te fundaré.

12 Tus ventanas Yo pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.

13 Y todos tus hijos serán enseñados por YHWH; y se multiplicará la paz de tus hijos.

14 Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.

[...]

17 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio.
Esta es la herencia de los siervos de YHWH, y su salvación de mí vendrá, dijo YHWH.

Isaías 54
Isaías 54 nos habla del Gran Tema de la Biblia, la caída del ser humano, su incapacidad d alcanzar las exigencias de Santidad de Dios y no obstante...

Dios, por Su pura Misericordia, no por nada bueno que haya visto en el ser humano, le da Gracia y Misericordia eterna.
4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor para con los hombres,

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

6 el cual derramó en nosotros abundantemente mediante Jesucristo nuestro Salvador,

Tito 3

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Dónde está la jactancia? se pregunta Pablo, dónde está cuando tú eres quien eres, simplemente porque has sido objeto de Misericordia...?
7 Porque ¿quién te distingue de los demás? ¿o qué tienes que no hayas recibido?
Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

1 Corintios 4
En resumen: ES POR GRACIAAAAAAAAAAA!

Todo lo expuesto es la razón por la que Pablo en Gálatas 4:27, cita a Isaías 54:1.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...

lunes, 6 de diciembre de 2010

De que el Purgatorio Demuestra que el Catolicismo No Cree en la Suficiencia del Sacrificio de Jesús... (1)

En un debate surgido a partir de una entrada sobre si el Espíritu Santo puede abandonar al creyente, un adscrito al catolicismo, citó Gálatas 5:4 como evidencia de que uno puede caer de la Gracia y perder subsecuentemente su Salvación...
4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
Bien, pero eso no es eso lo que Pablo nos está diciendo en ese pasaje, tal y como veremos en seguida.


Antes de nada contexto.
Pablo dirige esta a carta a los convertidos en la provincia de Galacia, es decir, a aquellos convertidos por su labor ministerial.

No obstante, al poco de marchar, Pablo contempla desazonado cómo los gálatas se han desviado de la Verdad de su Evangelio.

Y en qué consiste esta desviación?

En introducir las obras como medio para ser salvo, es decir, en rechazar que uno es salvo por Gracia, no por obras.

El ejemplo perfecto de esto es una idea introducida por los judaizantes: la necesidad de la circuncisión.
1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo.

3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la Gracia habéis caído
.
Pablo no está diciendo Ojo gálatas con lo que haceis porque si no obrais como es debido, el Espíritu os abandonará, lo que está diciendo es precisamente lo contrario de lo que defendía el susodicho católico, es decir, que si uno pone su confianza para ser salvo en esfuerzos humanos, se desliga de la Gracia que es en Cristo Jesús.

Desarrollemos un poco esto, y relacionémoslo con el dogma del purgatorio.

La inmensa mayoría de las religiones del mundo son constructos humanos que ponen en el centro al hombre, es decir, busca glorificar al hombre haciéndole partícipe de logros espirituales, ya sabes, acude a misa los domingos, ve a los estudios bíblicos, guarda el sábado... haz estas cosas hermano, y a diferencia de todos aquellos que no lo hacen, serás salvo.

Pero el cristianismo, hace como único responsable de la Salvación a Dios, no al hombre, y esto con el fin de eliminar todo rastro de orgullo en el ser humano.

Los primeros, los que creen que su obrar les sirve para ganar favores por parte de Dios, los que obran con el fin de acumular méritos delante del Señor, los que confían en sus esfuerzos humanos para estar a buenas con Dios, están según Pablo en la carne, mientras que los que, para ser salvos, confían exclusivamente en el trabajo redentor del Señor Jesús en la cruz, están en el Espíritu.

Cuando un católico confía en sus penitencias como modo de satisfacer una falta, demuestra que no confía en Dios, que en realidad no cree el Evangelio.

El susodicho cree que la confesión del pecado, el arrepentimiento genuino no es suficiente para recibir el perdón por parte de Dios, de ahí que sienta que hace falta algo más, de ahí que tenga que buscar algo que la sangre de Cristo no pudo limpiar, lo cual se da de bruces con la Palabra,
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Tito 2
Es su falta de fe lo que le lleva a obrar y a cumplir mil y una penitencias, es su falta de fe lo que no le permite aceptar que la sangre de Cristo le haya limpiado de todo pecado, justo lo contrario que lo que el Señor nos repite una y otra vez en Su Palabra,
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora (Jesús) os ha reconciliado

22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;

Colosenses 1:21-22
En efecto, un ejemplo maravilloso de la falta de fe en la suficiencia del sacrificio de Jesús es el dogma del purgatorio, el cual es según el Catecismo,
Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su salvación eterna, sufren una purificación después de su muerte a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en el gozo de Dios.
Catecismo de la Iglesia Católica, 1030.
En otras palabras, el sacrificio de Jesús estuvo genial pues nos ha salvado, pero ya sabes, la sangre de Jesús no fue suficiente para purificar a su Iglesia, de ahí que haga falta algo más...

Un católico cree que es salvo cuando es bautizado, y cree que finalmente podrá tener comunión con Dios si por un lado, limpia mediante sus obras (penitencias, oraciones, misas...) los pecados cometidos en vida, y si por el otro, limpia tras su muerte (en el purgatorio) las manchas que ni sus obras, ni el sacrificio de Jesús pudieron limpiar.

El catolicismo no cree que la Salvación -y todas las promesas que son en Jesús- sea una Gracia, no cree en la suficiencia del sacrificio de Jesús, de ahí que inunde de legalismos su doctrina.

Gracias a Dios, el cristiano que vive en el Espíritu, está limpio de todo pecado cuando pone su fe verdadera en el sacrificio de Jesús, observemos cómo la Palabra nos repite esto una y otra vez,
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

[...]

11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Isaías 53

2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
1 Juan 2

27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
Hebreos 7

10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;

12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,

13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;

14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

Hebreos 10
Cuando uno lee sobre el purgatorio, lo primero que se pregunta es, qué pecado es aquel que Cristo no pudo limpiar? qué es aquello tan horrible que la sangre de Cristo no fue lo suficientemente válida como para cubrir?

Lo irónico del caso es que el purgatorio no purifica pecados graves sino pequeños, lo cual lo complica todo aún más.

La clave como siempre está en creer o no creer el Evangelio, y el Evangelio es esto: Que el Verbo de Dios se encarnó en un ser humano como nosotros, que llevó una vida sin pecado como hombre en el poder del Espíritu, que aceptó voluntariamente cargar sobre él nuestros pecados, y que resucitó como demostración que su sacrificio había sido aceptado.

Si crees esto de todo corazón, tus pecados te son perdonados, y ya eres libres para vivir por y para Dios.

En entradas posteriores demostraré por qué los pasajes que tradicionalmente se emplean para apoyar la doctrina del purgatorio no tienen base alguna.

Mientras tanto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...