Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 27 de septiembre de 2012

Del Domingo del Perdón de las Iglesias Ortodoxas...

14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
Mateo 6:14
Leo que en las iglesias ortodoxas se celebra una vez al año el Domingo del Perdón.
Lo primero que se hace es leer Mateo 6:14-21 por la mañana, antes de predicar un sermón con el tema del perdón como punto principal.

El perdón es básicamente la obra de Dios, pues quién puede perdonar pecados sino sólo Dios...?
Esta es la razón por la que antes de la Eucaristía -la Santa Cena-, el diácono le dice al sacerdote Tiempo es de actuar, oh Señor.

Con esto se da a entender que muchas veces, nuestros intentos de reconciliación fracasan porque confiamos mucho en nosotros mismos y poco en la obra del Señor en nosotros.

Cierto, solo puedo perdonar y ser perdonado por mi hermano si ambos estamos firmemente sujetos a la cabeza, pues nuestro perdón está enraizado en el Suyo.

Sea como sea, el punto culminante del día tiene lugar en la tarde noche, cuando se celebra una ceremonia de perdón mútuo.

El padre da una homilía, la cual finaliza con la petición del padre a la congregación para que sea perdonado por sus pecados, errores y defectos cometidos el pasado año.

Entonces, el padre baja los escalones que separan el altar de la nave donde se encuentra la congregación -en las iglesias ortodoxas no hay bancos- dando con esto a entender que no puede haber verdadero perdón si uno no se pone a la misma altura que los demás.

Arrodillándose ante la congregación, el padre dice,
Perdonadme porque soy pecador, perdonadme porque he pecado contra vosotros.
A su vez toda la conregación se arrodilla y contesta,
Que Dios te perdone, perdónanos tú a nosotros.
El diálogo finaliza con las siguiente palabras del padre,
Que Dios nos perdone y bendiga a todos.
Después de eso, cada persona se acerca al padre y se arrodilla delante de él, y este a su vez se arrodilla delante de la persona, y cada vez repiten las mismas palabras,
Perdóname, Dios te perdonará.
Mientras esto tiene lugar, no es extraño que algunos congregantes se arrodillen y pidan perdón entre ellos.

El mayor peligro de esto es que la ceremonia sea emocional, pues entonces toda la ceremonia será un fracaso.
Lógico, pues el perdón no es una emoción sino una acción.