Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



domingo, 8 de enero de 2012

De Crecimientos, Egoísmos, y nuestro Prójimo en y a través de Jesús...


29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8:29
Que como cristiano esté llamado a ser imagen de Jesús no solo significa que debo crecer a imagen del Señor, sino procurar por el crecimiento de mis hermanos.

En efecto, que Jesús derribara toda muro de separación entre blancos y negros, ricos y pobres, hombres y mujeres, sabios e ignorantes, significa que solo podemos encontrar a nuestro prójimo en y a través de Jesús.

Qué quiere decir esto?
Bien, el amor mundano busca -en algunos casos inconscientemente- manipular al prójimo para convertirlo en la imagen de lo que uno cree que el Otro debe ser.
Este es un tipo de amor egoísta, un amor cuyo resultado es el sufrimiento, pues fuerza y no respeta la naturaleza del Otro.

Los padres fuerzan a sus hijos, los amigos a los amigos, las mujeres a sus maridos y estos a sus mujeres... la vida es una lucha por anteponer la idea egoísta de lo que uno cree que el Otro necesita ser y no es.

Sin embargo, el amor del hermano de fe por el hermano -el Amor de Dios- conoce la imagen que el hermano quiere y está llamado a ser -el Mesías- y procura denodadamente por dicho crecimiento, en ocasiones incluso a costa del propio beneficio, justo a imagen de Aquel que antepuso el beneficio de los demás al propio.

Ahora bien, de igual modo que algunas plantas tardan más tiempo en florecer que otras, algunos hermanos tardan más tiempo que otros, y comprender esto es fundamental para no precipitar la madurez de los hermanos, pues forzar el crecimiento del hermano -el cual solo es mediante el Espíritu- nos hace caer en el tipo de amor mundano.

Cierto, pues en ocasiones olvidamos que para que el hermano crezca del modo que Dios quiere, debemos hablar más con Cristo del hermano, que no de Cristo al hermano.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...