Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 8 de septiembre de 2012

De Citas de Esas Tan Buenas que No Te Cansas de Releer de Tanto en Tanto... (45)

Cuando la voluntad abandona lo Alto, y se vuelve a lo bajo, se torna maligna.
No porque sea perverso aquello hacia lo que se vuelve, sino porque el abandono de lo Alto es aquello en sí perverso.
Por tanto, no es aquello inferior lo que hace a la voluntad perversa, sino que ésta se ha vuelto maligna por desear -perversa y desmesuradamente- lo inferior.

Agustín de Hipona
Cierto, pues el mal no es nada más que ausencia de Bien, de ahí que sea perverso todo aquello que comporte un abandono de éste.