Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 1 de febrero de 2010

De Romanos 1:16-17 (2)



En la primera parte de este análisis contestábamos a la pregunta de cómo salva el Evangelio a los creyentes, no cómo el Evangelio hace que la gente sea creyente.

Porque de eso es de lo que habla Pablo, volvamos a leer los versículos en cuestión:
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Lo que Pablo dice es que el Evangelio es el instrumento del Poder de Dios para salvar a los creyentes, así pues, es conveniente que sepamos el cómo sucede esto para que podamos aplicarlo correctamente.

Es importante no perder de vista el versículo 17 porque es el que nos da la respuesta a la pregunta, cómo salva el Evangelio a los creyentes?

Es decir, cómo nos libra del justo juicio de Dios, de la Ira de Dios?

El versículo 17, la respuesta está en el versículo 17,
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
En efecto, es un bastante impactante ver que aquello que en un principio nos condena -la Justicia de Dios- sea lo mismo que en realidad nos salva.

La Santidad de Dios demanda de nosotros una justicia que somos incapaces de alcanzar porque el ser humano no es que peque, es que no puede dejar de pecar.

Cada vez que cometemos un pecado, nuestra alma queda manchada e impura, de este modo, dicha impureza nos imposibilita el tener comunión con Dios en el Paraíso ya que este es un lugar de pura Santidad y donde hay santidad no puede haber pecado del mismo modo que donde hay luz no puede haber sombra.

Si en el Paraíso pudiera haber almas pecadoras, el Paraíso dejaría de ser el Paraíso.

Nuestro contínuo pecar imposibilita que tengamos Vida Eterna con Dios la cual es lo que se conoce como segunda muerte.

Este es el significado de la frase Toda alma que pecare morirá, es decir, no podrá tener Vida Eterna.

Pero este problema lo soluciona el Evangelio ya que en él se anuncia que Dios nos provee la justicia que nosotros somos incapaces de alcanzar.

Y esa justicia es Jesús inmolado como un cordero sacrificial.

Cuando leemos en el versículo 17 que se nos habla de la Justicia de Dios, hemos de tener claro que esta frase alude -entre otras cosas- a que en el Evangelio Dios vindica Su Justicia al perdonar nuestros pecados y ejecutar dicha Justicia sobre nuestro sustituto (Su Ley se observa, queda salvaguardada Su integridad), y a que nosotros somos declarados justos al imputársenos la justicia de Jesús por fe.

Todo esto cosas es dado por Gracia porque la Salvación es por Gracia, ya sabes, no por obras para que nadie se gloríe.

El Evangelio contiene todo lo que necesitamos para ser justos, para ser declarados justos y para hacernos progresivamente justos... y todo ello se obtiene por fe, es decir, los únicos beneficiarios de lo que anuncia el Evangelio son aquello que lo reciben por Fe.

Lo cual también se concede por Gracia...

Pero fijémonos en algunos detalles que contienen los versículos en cuestión.

Pablo hace una alusión clara en su versículo 17 a una cita del profeta Habacuc,
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Conviene que no perdamos de vista un detalle, en la primera parte del versículo la palabra justícia alude a Dios -la Justicia de Dios- mientras que en la segunda parte -la cita de Habacuc- la justicia que se menciona es la del hombre.

Por qué Pablo utiliza una cita del Antiguo Testamento cuando existe una diferencia tan grande entre la Justicia de Dios y la del hombre?

La respuesta es que esta cita revela lo que Pablo tiene en mente cuando habla de que en el Evangelio, la justicia de Dios se revela de fe y para fe, porque lo que nos está destacando no es que Dios sea justo si no que Dios imputa su justicia en el hombre para que este pueda ser declarado justo.

El justo, aquel que es declarado justo por la Gracia de Dios de darle Su justicia, vivirá por la fe.

En efecto, el versículo 17 nos dice que la justicia de Dios es revelada puesto que es dada a pecadores para que estos puedan ser justificados, estar en paz con Dios.

Pero hay más.

Pablo en Romanos 1:16-17 emplea una estructura que más tarde empleará en el capítulo tercero.
20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Este versículo pone en relieve el modo en que somos justificados, es decir, lo que nos dice es que nosotros somos incapaces de estar en paz con Dios por mucho que sigamos las obras de la Ley.

Pablo continúa desarrollando esto en el versículo siguiente,
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas.
Véis el paralelismo?

Aparte de la Ley - La justicia de Dios

Se revela - Se ha manifestado...

Es decir, pablo presenta nuestra justificación como una manifestación de la Justicia de Dios, lo cual es perfectamente descrito en los versículos siguientes,
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús
En definitiva lo que Pablo nos dice es que, en la muerte de Jesús, Dios ha manifestado Su Justicia al castigar nuestro pecado en Jesús e imputarnos su justicia a los que creemos en su trabajo redentor.

La única manera por la que un ser humano puede ser declarado Justo es aparte de la Ley.

El Evangelio demuestra la justicia de Dios no solo porque el pecado recibe su castigo y se observa la Ley de Dios, si no porque los que creen en el trabajo redentor de Jesús son declarados justos al imputársele su justícia.

Esto fue anunciado por Dios en la Ley entregada a Moisés con el sacrificio anual del cordero en el Templo, ya que éste recibía el castigo por los pecados del pueblo y al pueblo se le imputaba la pureza del cordero, un animal sin mancha criado en un lugar de pura santidad: el Templo.

El Evangelio no es solo una declaración de nuestra justicia, si no el anuncio de que Dios ha conseguido la cuadratura del círculo al responder a la pregunta, Cómo puede un Dios justo, perdonar al culpable y seguir siendo Justo?

Y la respuesta es ofrecida en el Evangelio, ya sabes, más el justo vivirá por la fe.

Aún quedan unos cuantos detalles por desarrollar pero será en una próxima entrada porque esto ha quedado largo, largo y largo...

Mientras tanto, Dad gracia a Dios por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.