Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 17 de enero de 2012

De que Necesito Más de Siete Versículos para Entender la Gracia y Paz de Dios...


7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Romanos 1:7
La epístola a los Romanos empieza con una frase de siete versículos que concluye con el Gracia y paz tan característico de Pablo.

No es que Pablo pensara que los puntos y comas son una molestia tan pesada como los acentos y los signos de interrogación, sino que aunque los romanos no son tan conflictivos como los cretenses, ni se han pasado a otro Evangelio diferente como los gálatas, necesitan de un mínimo de siete versículos para empezar a entender qué les ha pasado: Gracia y paz.

Gracia y Paz a vosotros los que estáis en Roma, seais judíos o gentiles, pues aunque el Señor era del linaje de David según la carne, la Gracia alcanza a todas las naciones, entre las cuales estamos también nosotros, llamados a ser de Jesucristo.

La promesa dada a Abraham que se articula mediante Israel es Gracia y Paz, pues la Paz de Dios mediante Su Gracia, supone la inclusión de los gentiles en lo que hasta entonces era un corralito judío.

Pero para los llamados a ser de Jesucristo pecado ya no se mide de acuerdo a una Ley, una casta, o una tradición sino por una persona, pues Jesús es nuestra Torah, que Dios entregó en una colina.

En efecto, del mismo modo que la Ley de Moisés fue entregada para manifestar el pecado, la Piedra Angular que edificó Dios revela el nuestro, dónde está -oh Orgullo- tu victoria...?

La Roca no brilla por su tosquedad y fuerza sino por su mansedumbre, sabiduría, bondad y entrega, de ahí que el mundo primero le ignorara, después le despreciara, más tarde le llamara hijo de Satanás, y por último le apartara de en medio de ellos, pues la Luz evidencia toda suciedad.

Nuestra Torah es el espejo que los hipócritas y legalistas usan para acicalarse, y en el que los primeros frutos descubren su pobreza de Espíritu, lloran, se entregan en mansedumbre al Espíritu, mientras dan gracias a Dios de todo corazón por Su Gracia y Paz.

Gracia y paz Señor, Gracia y paz...
Sabes? creo que necesito más de siete versículos para empezar a entender qué supone en mi vida la Gracia y paz de Dios.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo, en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...