Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 26 de abril de 2011

De esos Hermanos que Malinterpretan el Evangelio, y Te Dejan los Pelos Rubios de la Impresión con las Preguntas que Hacen...


Con el fin de demostrar lo inconsistente de la interpretación escriturial calvinista, leo en una entrada de un blog ortodoxo, hostil y abiertamente anticalvinista, la siguiente pregunta,
Pregunta nº10. Espero que todo el mundo vaya al Cielo, significa esto que amo más que lo que lo hace Dios?
La pregunta es interesante por todo lo que presupone, y porque epitomiza la hipocresía del hermano.

En efecto, la pregunta no es honesta pues dicha cuestión solo podría ser planteada por una persona que pidiera de todo corazón, amnistia, perdón y la excarcelación de todos los criminales del mundo...

Es muy sencillo perdonar las maldad cometida sobre los demás, pero es realmente difícil perdonar aquella que se comete contra nosotros.

Es sencillo desear el perdón y la recompensa del Paraíso para el violador irredento de los hijos de los demás... pero es complicado perdonar las nimiedades que alguien comete contra nosotros.

Y eso se llama hipocresía.

El asunto es que el hermano no comprende que Dios es Amor, sin duda.

Pero también es Santo, Justo... y aunque el hermano ortodoxo no lo entienda, Dios ha decidido crear un mundo donde los seres humanos sean responsables de sus actos.

Dios desea que todo el mundo deje de hacer el Mal?

Por supuesto.

Pero la Libertad y la Responsabilidad son inherentes en la Creación, y si hay algo que demuestra el Evangelio, es que Dios no dejará impune al culpable.

Exacto, pues eso es lo Justo.

Al mismo tiempo, el hermano no comprende que el punto de partida no es que todo el mundo en el fondo merezca Salvación, y Dios -en Su maldad- arrebate a los hombres lo que en justicia merecen.

El punto de partida es que todo el mundo merece condenación, y no obstante, por un puro acto de Misericordia, Dios salva a una multitud incontable de seres humanos, del castigo que sus maldades demandan.
1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,

3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

4 Pero Dios, que es rico en Misericordia, por su gran amor con que nos amó,

5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por Gracia sois salvos),

Efesios 2
Este es el Evangelio de la Gracia de Dios hermano Jackson, este es el punto de partida, que todo el mundo es reo de condenación, no lo contrario, de ahí que sea Misericordioso salvar a quien nada merece,
9 ¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que están todos bajo pecado.

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.
Todos reos de condena...
Pero Dios, que es rico en Misericordia, a su tiempo murió por los impíos, pues siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Hay más preguntas y la mayoría de ellas son igual de absurdas, no obstante, por el momento las ignoraré para no acabar pareciendo albino...

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


lunes, 25 de abril de 2011

De 1 Juan 2:2 o, Cómo Hacer Doctrina Destacando unos Versículos e Ignorando Otros, en vez de Armonizarlos Todos, y Darle Gracias a Dios por Ello...


No hay semana que no me encuentre con las mismas preguntas que intentan infantil y burdamente, refutar al calvinismo/Evangelio.

Una de las más comunes gira alrededor de 1 Juan 2:2,
2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Por los de todo el mundo! Grita el arminiano con cara de triunfo.

Cierto, todo el mundo, replica el calvinista, ahora bien, acaso todo el mundo es salvo?

No.
Si Jesús pagó por los pecados de todo el mundo, y a los redimidos por el Señor Dios no les imputa los pecados cometidos en vida, sino que dichos pecados caen sobre el Cordero Redentor, y son castigados en él en la cruz, cómo es que no todo el mundo es salvo?

Llegados a este punto el arminiano muda su semblante.

El arminiano no comprende que no se puede hacer doctrina ignorando unos versículos y destacando otros, sino que solo se puede hacer doctrina armonizándolos todos.

En efecto, si no queremos entrar en contradicción, hemos de conciliar dicho versículo con todos aquellos que claramente especifican justamente lo contrario, es decir, que Jesús murió por el Pueblo de Dios, la Iglesia, sus elegidos... y no por toda la humanidad,
8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Isaías 53

16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
1 Juan 3

21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Mateo 1

13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Juan 15

25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
Efesios 5
Cómo conciliar esta aparente contradicción?

La respuesta está en Apocalipsis 5,
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
En efecto, Dios redime a hombres de entre todos los pueblos, no a todos los hombres de todos los pueblos.

La multitud incontable de la que nos da cuenta Apocalipsis, estará formada por hombres de entre todos los pueblos de la tierra.

Esto mismo es lo que nos dice Pedro en una escena del libro de Hechos,
34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,

35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.

Hechos 10
Dios no es "el dios de la Montaña", el dios de una nación pequeña.

Dios es Señor de toda la tierra, y salva por Gracia a hombres de entre todos los pueblos de la tierra.

En efecto, Juan era un judío que dirigía su carta a las iglesias de Asia, las cuales estaban formadas principalmente por gentiles.

El propósito de dicha carta era refutar las herejías gnósticas inciciáticas y elitistas:
Ciertas doctrinas secretas del Cristo o el "ungido" estaban destinadas a ser reveladas a una élite de iniciados.
De esta forma, los gnósticos cristianos reclaman constituir testigos especiales de Cristo, con acceso directo al conocimiento de lo divino a través de la gnosis o experimentación introspectiva a través de la cual se podía llegar al conocimiento de las verdades trascendentales.
La gnosis era pues la forma suprema de conocimiento, solamente al alcance de iniciados
.
De esta manera, Juan les repite una y otra vez por un lado, que Dios es luz, es decir, que Dios se ha manifestado al mundo a través del Mesías, el Cristo, y que Su Palabra es clara; y por el otro, el apóstol les dice que la Salvación es accesible no solo a los judíos, o a un grupo reducido, sino a todo el mundo.

Jesús se entregó por nosotros, pero también por el resto de hermanos que están diseminados por todo el mundo, dice Juan.

Un mundo que no nos olvidemos, está bajo el poder del Maligno, un mundo que aborrece a los de la fe,
13 Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece.
1 Juan 3
Esta es la única manera de armonizar la ideas de un Jesús Salvador del mundo...
42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Juan 4

2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
1 Juan 2
Con la idea de un Mesías que vino a salvar a un Pueblo formado por hombres de entre todos los pueblos del mundo.

Exacto, veamos cómo Juan expresa esta misma idea en su Evangelio,
51 Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

52 y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.

Juan 11
Y lo interesantes es que lo expresa de un modo que establece un claro paralelismo con el versículo que nos ocupa, 1 Juan 2:2,
Y él = Jesús

Es la propiciación = Había de morir

Por nuestros pecados = Por la nación

Y no solamente por los nuestros = Y no solamente por la nación

Sino también [...] a los hijos de Dios que estaban dispersos = Sino también por los de todo el mundo
.
Los destinatarios de su primera epístola -que debían conocer forzosamente el Evangelio de Juan- tuvieron que entender qué quería decir Juan cuando empleaba el término Kosmos, es decir Mundo.

(Para profundizar en los múltiples significados de la palabra Kosmos, clicar aquí...)

Juan no está enseñando ni el Universalismo, ni la Salvación de los más aptos, lo que está anunciando es el Evangelio de la Gracia de Dios que daba potestad de ser hecho hijo de Dios a los que confían su Salvación en el Nombre del Mesías, unos hijos que no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


sábado, 23 de abril de 2011

De 2 Corintios 5:10 o, Cómo Refutar un nuevo Intento Arminiano de Dar Protagonismo a las Obras en Nuestra Salvación...


10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5
Hace poco en un debate con un arminiano, se citó 2 Corintios 5 como demostración del papel fundamental de las obras en nuestra Salvación.

Si resulta que somos salvos por Gracia, no por obras, por qué la Palabra explica claramente que la Salvación depende de nuestras obras? Preguntó el susodicho.

Pero no, el versículo citado no dice eso, y dicho razonar es fruto de una lectura superficial de la Palabra, haciéndole decir lo que no dice.

En efecto, Dios nos explica claramente en varios pasajes, que ya hemos sido juzgados en Cristo, que la sentencia fue condena a muerte por nuestros pecados, que morimos con él, que resucitamos con él, que la Ley ya no nos acusa, y que gracias a nuestro sustituto, estamos en paz con Dios.
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Romanos 5

1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8
Cristo es nuestra paz con Dios, con las demandas de la Ley de Dios, no perdamos esto de vista.

Por qué digo esto?
Porque qué nos está diciendo Pablo en el versículo en cuestión?

Que quien nos juzgará será Jesús.
Que los juzgados seremos nosotros.
Que dicho juicio será tras la muerte.
Y que aquello que será objeto de juicio serán nuestras obras en vida.

En vida regenerada, es decir, estando ya en Cristo.

Volvamos a leer el versículo en cuestión, en su contexto, para ver esto.
10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5
En efecto, Pablo dirige sus palabras a los hermanos (es necesario que todos nosotros), recordándoles que al Hijo, le ha sido entregada por Dios Padre autoridad de hacer juicio, que dicho juicio será -de acuerdo al propósito establecido por Dios- tras la muerte, y que cada uno recibirá de acuerdo a sus obras, tal como el mismo Cristo nos enseñó.

Es que estamos introduciendo bajo mano la enseñanza de que en el fondo nuestras obras tienen un papel en nuestra Salvación?

En absoluto, no olvidemos que la Biblia es un todo, y sobretodo, no hagamos decir a los textos lo que no dicen.

En dicho pasaje, Pablo enseña a los Corintios que -independientemente de que seamos salvos por Gracia, no por obras- nuestro obrar en vida es tremendamente importante.

En efecto, una vez en el Tribunal de Cristo, nuestras obras serán la pública evidencia de la autenticidad de nuestra fe, pues uno puede andar un tiempo en el Camino, pero no puede recorrerlo toda su vida a no ser que tenga el Espíritu en él.

Nuestra vida es un reflejo del cambio interior producido en nosotros, es un reflejo de nuestra muerte al mundo, de nuestro nuevo nacimiento a una vida por y para Dios, recordáis a Juan advirtiéndonos contra la secta de los gnósticos y diciéndonos,
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Juan 2

7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
1 Juan 3
Tus obras no te salvarán, sin embargo, son reflejo de la Verdad que está en ti, si estás por fe, en Cristo, debes actuar en consecuencia.

La Salvación es por fe, es decir Sola Fide, sin embargo, la fe auténtica nunca viene sola.

Exacto, la fe auténtica viene acompañada de un determinado obrar, un obrar producido de modo natural pues el árbol podrido que antes daba fruto para muerte, ahora da fruto para santificación.
19 ...así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Romanos 6
Por tanto, qué es lo que será juzgado en el Tribunal de Cristo?

Será juzgado y premiado, el fruto que hayamos dado con los dones recibidos.

Esto es lo que el mismo Pablo les dice a los Corintios en la primera epístola en un pasaje que los romanistas interpretan que alude al Purgatorio.
8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,

13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.

14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.

15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

1 Corintios 3
Este pasaje ya lo hemos analizado con anterioridad aquí.

La Parábola de los talentos nos habla de lo mismo, es decir, de que habrá diferentes grados de recompensa en relación a las obras de cada uno en la fe.

La Salvación se recibe por fe, cierto, pero se manifiesta con nuestro obrar.

El juicio por el que todo hombre pasará tras su muerte, será o para recompensa por su obrar en la fe, o para condenación.

Tú que eres de la fe, que ya has sido juzgado, sentenciado a muerte, muerto y resucitado en Cristo, pasa por aquí que quiero ver qué has hecho con los talentos que te di.

Y tú que no eres de la fe, da cuenta por tus obras de acuerdo a la Ley interior que puse en ti,
nos dirá el Señor nuestro Dios.

El juicio, el fuego, revelará si las obras de cada uno eran producto de una vida regenerada, o eran egoistas, es decir, si las buenas obras tenían como fin ganar méritos delante de Dios para conseguir una Salvación, que el mal llamado cristiano no creía que hubiera sido ganada exclusivamente por el Señor.

Si yo obro y obro para ameritar la Gracia suficiente que me permita alcanzar la Salvación, tal como defiende la perspectiva arminiana, estoy diciendo que creo en Dios, que creo que Jesús es el Camino, que creo en mil y una cosas...

Excepto que la Salvación es por Gracia, y que es obra exclusiva de Dios mediante el Señor Jesús.

Si yo obro así, creo que Jesús es mi Señor, pero no mi Salvador, pues si yo no obro de determinada manera, no alcanzaré dicha Salvación.

Las obras, el fin de tus obras, revela la naturaleza de tu fe.

Y no pierdas cuidado que tú, como el resto del mundo, serás juzgado de acuerdo a todo ello.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


viernes, 22 de abril de 2011

De cómo Demostrar que No Es Cierto que La Iglesia Católica Siempre Ha Defendido la Misma Doctrina...

En efecto, la iglesia católica, a lo largo de los siglos, ha pasado de afirmar que fuera de ella no hay Salvación posible...

“Hay de verdad una Iglesia universal de los fieles, fuera de la cual absolutamente nadie es salvo, en que Jesucristo es ambos sacerdote y sacrificio.”
Papa Inocente III, Cuarto Concilio de Letrán, Constitución 1, 1215, ex cathedra

“Con Fe nos animando estamos obligados a creer y mantener la una, santa, Católica Iglesia y esa, apostólica, y firmemente creemos y simplemente confesamos esta Iglesia fuera de que no hay ninguna salvación ni remisión de pecado... Además, declaramos, decimos, definimos, y proclamamos a toda criatura humana que ellos de necesidad absoluta para la salvación son enteramente sujetos al Pontífice Romano.”
Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam, 18 Nov. 1302, ex cathedra

“Todo el que desee salvarse debe, ante todo, guardar la fe Católica; pues, a menos que una persona guarde esta fe entera e inviolada, sin duda alguna se perderá para siempre.”
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, Ses. 8, 22 Nov. 1439, ex cathedra

“La Santa Romana Iglesia firmemente cree, profesa y predica que todos los que están fuera de la Iglesia Católica, no solo paganos sino también Judíos o herejes y cismáticos, no pueden compartir la vida eterna y irán al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que estuvieren juntados a la Iglesia antes del fin de la vida; y que la unidad de este cuerpo eclesiástico vale tanto para que solo para los que permanecen en ella los sacramentos de la Iglesia contribuyen a la salvación y ayuno, limosnas, y otras obras de piedad y prácticas de la milicia Cristiana produjen recompensas eternas; y que nadie puede ser salvo, no importa cuanto ha dado en limosnas y aun si haya derramado sangre en el nombre de Cristo, a menos que haya perseverado en el seno y la unidad de la Iglesia Católica.”
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino,” 1441, ex cathedra
A sostener justo lo contrario...
Cristo ganó la Salvación universal con el don de la entrega de su propia vida.
[...]
Sin embargo, para aquellos que no han recibido la proclamación del Evangelio, tal como he escrito en la Redemptoris Missio, la Salvación es accesible de manera misteriosa, pues la Gracia divina es garantizada sobre ellos a través del sacrificio de Cristo, sin membresía externa a la iglesia, aunque en relación con ella.
[...]
Reciben esta Gracia de manera misteriosa pues no conocen la iglesia e incluso algunos la rechazan.
Audiencia General, 31 Mayo 1995, Juan Pablo II

Recientemente he escrito a los Obispos de Asia: « Aunque la Iglesia reconoce con gusto cuanto hay de verdadero y de santo en las tradiciones religiosas del Budismo, del Hinduismo y del Islam —reflejos de aquella verdad que ilumina a todos los hombres—, sigue en pie su deber y su determinación de proclamar sin titubeos a Jesucristo, que es "el camino, la verdad y la vida"...
El hecho de que los seguidores de otras religiones puedan recibir la gracia de Dios y ser salvados por Cristo independientemente de los medios ordinarios que él ha establecido, no quita la llamada a la fe y al bautismo que Dios quiere para todos los pueblos »

Redemptoris Missio, Juan Pablo II

A lo largo de los siglos, la doctrina católica ha pasado del Fuera de la iglesia no hay Salvación, al los seguidores de otras religiones pueden recibir la gracia de Dios y ser salvados por Cristo independientemente de los medios ordinarios que él ha establecido...

Siempre me ha fascinado cómo el catolicismo puede defender una cosa y su contraria, y manipular la Palabra de Dios sin inmutarse.

En efecto, solo se puede citar Juan 14:6 y proclamar sin titubeos a Jesucristo, que es el camino, la verdad y la vida...
Solo se puede decir que hay otros medios ordinarios que él ha establecido para alcanzar la Gracia de la Salvación...

Si seccionamos dicho versículo por la mitad...
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Y la única manera de ir a Cristo es confiando que él ha pagado el precio necesario por todos mis pecados, y andando -en el poder del Espíritu- como él anduvo.

No hay más Verdad que esta, y sostener que las tradiciones religiosas del Budismo, del Hinduismo y del Islam son reflejos de aquella verdad es -no solo una evidencia de falta de Amor hacia los que están ciegos a la Realidad, es simple y llanamente una manipulación vergonzosa de las palabras del Señor.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


Fuentes Fuera de la Igleia Católica No Hay Salvación
Has the Pope Giving Us to Hope that All Will Be Saved?
Redemptoris Missio

lunes, 18 de abril de 2011

De que la Justificación No Es la Infusión de Santidad en el Impío, tal como Sostiene el Catolicismo, sino una Declaración Judicial de Dios... (2)


Decíamos en la primera parte que el romanismo confunde Justificación con Santificación, a pesar de que la Palabra establece una clara distinción entre un hecho y el otro.

Veamos por ejemplo,
11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
1 Corintios 6
Pablo menciona tres hechos distintos entre ellos, ser lavado, ser santificado y ser justificado, de lo que se colige que ser justificado tiene que ser algo distinto a ser lavado, y ser santificado.

El mismo contraste establece Pablo unos cuantos capítulos antes,
30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;
1 Corintios 1
De nuevo estamos ante hechos distintos, pues ser redimido es distinto a ser justificado, ser santificado es distinto a alcanzar sabiduría, etc...

No obstante, en la primera parte vimos que Justificación aludía a la no imputación sobre el creyente de los pecados cometidos en vida, no a la adquisición (infusión) gradual de santidad en dicho creyente,
1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.

2 Bienaventurado el hombre a quien YHWH no culpa de iniquidad,

Salmo 32
El pecado se comete, no obstante el creyente es absuelto de culpa pues dicho pecado es cubierto por la muerte de un sustituto: el Mesías.

Si no imputar pecado sobre el creyente, fuera lo mismo que la infusión gradual de justicia, la imputación de pecado sería lo mismo que la infusión de culpabilidad.

No obstante, eso obviamente no es así, pues nuestros pecados cayeron sobre el Cristo en la cruz, no de manera gradual y prolongada en el tiempo.

Ahora bien, a menudo el apologeta católico, con el fin de demostrar que la justificación es gradual, además de obviar todo lo explicado hasta ahora, cita Isaías 53:11,
11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.
La base que sostiene dicho argumento es la noción de que justificación debe ser infusión gradual de santidad, pues el conocimiento de Cristo alude a la santificación.

A medida que uno ahonda en las cosas de Dios, a medida que uno profundiza en su relación con Dios, va avanzando en santidad.

Y eso es cierto, pero el texto no nos habla de eso.

El texto nos habla de la fe.
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!

16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?

17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Romanos 10
Sin conocimiento de la buena nueva, no puede haber fe pues esta viene a través de lo que Pablo llama, la locura de la predicación
Esta es la razón de que el Señor dijera,
3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti;

8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.

Juan 17
Y sobretodo de ahí que sea mediante la fe cómo uno es justificado, es decir, la fe es la manera que que uno es absuelto de su pecado, es declarado Justo,
1 Justificados, pues, por fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Romanos 5
Isaías nos habla de la fe, del conocimiento de la Verdad del Evangelio.

Asimismo nos explica que la manera en que el Siervo justificará a muchos será mediante el conocimiento de él, e inmediatamente después nos da la clave de qué significa eso: llevará las iniquidades de ellos.

Al cargar con nuestras iniquidades, el Siervo libera a aquellos que por consiguiente justificará, de la culpa y castigo que merecen.

Es de ese modo en que aquellos que son liberados de las propias iniquidades, son justificados, pues una cosa es consecuencia de la otra.

Si hay iniquidad en mí, por mucho que avance en el conocimiento del Señor, seguiré siendo impuro.

Pero vemos que el Siervo es la propiciación por los pecados de su pueblo, (y por la rebelión de mi pueblo fue herido ), es el sustituto por cuyos méritos somos declarados Justos, es decir, mediante su sacrificio sustitutivo somos absueltos de la condena que nuestras iniquidades exigen.

El Siervo justificará a muchos pues será la justicia de dicho Siervo, (nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca) la que se imputará sobre los justificados.

Ahora bien, otro texto que el romanismo blande para defender la noción de justificación gradual por infusión, es Apocalipsis 22:11,
11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
El católico afirma que este pasaje muestra que ser justo no puede significar ser absuelto de culpa de pecado, pues se demuestra que la justificación tiene lugar cada día, es decir, el susodicho ve en este texto una descripción de la justificación por infusión.

Sinceramente, creo que el texto dice justo lo contrario.

El texto nos dice que el que es Justo debe actuar de acuerdo a dicha justicia, tal como nos indica igualmente Juan,
7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
1 Juan 3
Eres Justo?

Obra de acuerdo a tu justicia, es decir, actúa en consecuencia.

Eso es lo que dice el texto, no que se deba avanzar y perseverar hasta alcanzar una justicia total que todavía no se tiene.

De hecho, esta es la razón de que uno pueda santificarse, pues sin justificación, no puede haber santificación.

Por otro lado, este texto en realidad es un argumento a favor de la lectura reformada pues establece un claro contraste entre la justificación y la santificación,
el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía
Apocalipsis 22:11 nos dice que el que haya sido absuelto de su pecado, debe actuar de acuerdo a su nueva naturaleza, y que asimismo, el que ha sido apartado para Dios, debe avanzar en santidad y dejar atrás su vieja naturaleza.

Hay mucho más que decir, pero me temo que lo tendré que hacer en una próxima entrada.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor jesucristo...


domingo, 17 de abril de 2011

De que la Justificación No Es la Infusión de Santidad en el Impío, tal como Sostiene el Catolicismo, sino una Declaración Judicial de Dios... (1)


Lo primero que uno percibe cuando lee a apologetas del catolicismo, es que se ve el término Justificación, como un sinónimo de arrepentimiento, santificación, o incluso de infusión de santidad.

En esta serie de entradas veremos por qué no es así, veremos que la justificación pertenece exclusivamente a Dios, que Él es su autor, su causa e incluso su finalidad.

Empecemos.

El romano está de acuerdo en que, en ocasiones, el término Justificación alude a la absolución del pecador por sus pecados, sin embargo, el susodicho nunca estará de acuerdo en que la justificación tenga que ver con un simple acto judicial, una declaración formal de Dios.

Para el romano, la justificación no es nada más que la infusión de la santidad de Dios en el creyente, es un proceso que transforma al creyente de impío en Justo.

Me pregunta una hermana que no acaba de entender eso de Infusión de santidad.
La manera de describirlo sería mediante el ejemplo de alguien que sufre anemia.

Al paciente se le administran vitaminas hasta que gradualmente se recupera.

Infusión no alude a un hecho puntual, sino progresivo.

En otras palabras, el romanismo confunde Justificación con Santificación.

De este modo ellos hablan de dos Justificaciones, a saber.

La primera tiene lugar cuando el creyente pasa del estado de hombre caído, al de regenerado, mientras que la segunda alude a lo que nosotros conocemos como santificación: el moldeado -por obra del Espíritu Santo- del carácter del creyente a imagen de Jesucristo, un moldeado que dura toda la vida.

El romano niega que el hombre sea Justo por fe, pues confunde ser Justo con ser Santo, sin darse cuenta que una cosa es consecuencia de la otra.

Sea como sea, en ningún lugar de la Escritura, Justificar tiene el significado defendido por Roma, sino el de absolución absoluta de la condena por los pecados.

Veamos esto en la Palabra,
1 Si hubiere pleito entre algunos, y acudieren al tribunal para que los jueces los juzguen, éstos absolverán al justo, y condenarán al culpable.
Deuteronomio 25
Exacto, absolver es claramente antónimo de condenar, es decir, se trata de un acto judicial.
15 El que justifica al impío, y el que condena al justo,
Ambos son igualmente abominación a YHWH
.
Proverbios 17
Nada en dichos textos indican que dicha absolución sea progresiva, nada de una pastilla de vitaminas hoy, y otra mañana...

En efecto, y encontramos la misma oposición Absolución-Condenación cuando la palabra justificar se emplea en referencia a Dios,
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

34 ¿Quién es el que condenará?

Romanos 8
Justificar es absolver de un cargo, no transformar al indivíduo hacia una progresiva declaración de justedad.

Si leemos con detenimiento Romanos 3:19-28, así como todo el capítulo siguiente, veremos que Pablo no nos está diciendo que el hombre es justificado mediante un proceso de progresiva y gradual transformación, ni tampoco que dicho proceso vaya acompañado de la infusión de santidad en el creyente.

Al contrario, Pablo nos muestra cómo el creyente ha sido juzgado, absuelto y recibido el don de vida eterna.

En efecto, en dichos pasajes vemos a un hombre reo de condena,
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Romanos 3

Que contrasta con un hombre absuelto de dicha condena no como respuesta/pago por su obrar,
6 Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,
Romanos 4
... y esto tendría que hacer reflexionar al católico que sabe que en la santificación el obrar es fundamental.

No obstante, la Palabra nos indica de contínuo que es por fe como el hombre es declarado Justo, no mediante las obras fruto de esa fe.
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas;

22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él.

Romanos 3
Al mismo tiempo, Pablo nos muestra la incapacidad de la Ley para justificar al hombre, pues en realidad la Ley no fue entregada para dar vida sino para manifestar el pecado en el ser humano,
20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él, porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado ;
Romanos 3
No obstante, al mismo tiempo Pablo explica que somos redimidos de la condena de la Ley mediante el cumplimiento del Cristo de dicha Ley, cuya justicia es imputada -no sobre el que obra- sino sobre el que cree.
24 siendo justificados gratuitamente por su Gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Romanos 3
Uno no recibe perdón por sus pecados, ni el don de vida eterna como justa retribución o consecuencia de una santificación arduamente trabajada a lo largo de la vida, sino por algo muy distinto y ajeno al hombre.

En otras palabras, uno es absuelto de la condena que demanda la comisión de dichos pecados, por la imputación/aplicación de la justicia de Jesús -su vida sin pecado en observación de la Ley de Dios- que él ganó por y para nosotros.

Justificación no es un proceso transformador, es una declaración judicial efectiva en favor del creyente.

Solo de esta manera tienen sentido todos aquellos textos que nos hablan de pecados no imputados sobre el hombre, de pecados cubiertos, de olvido y perdón de pecados.
1 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.

2 Bienaventurado el hombre a quien YHWH no culpa de iniquidad,

Salmo 32

25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.
Isaías 43

34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a YHWH; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice YHWH; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Jeremías 31
La Palabra nos habla contínuamente de declaraciones formales, de actos judiciales concretos en el tiempo, pero jamás de procesos graduales en los que el obrar tenga papel alguno.

Es más, la Palabra establece un claro contraste entre santificación y justificación, tal como veremos en la próxima entrada.

Mientras tanto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


viernes, 15 de abril de 2011

De la Falsedad de que los Padres de la Iglesia Creían en la Transubstanciación...


Leo con tristeza la entrada de la Wikiepedia sobre la Transubstanciación.
La Transubstanciación es una doctrina católica de la Eucaristía, definida por un canon del Concilio de Trento , aunque en realidad ya figuraba desde el siglo IV puesto que Cirilo de Jerusalen ya lo había redactado en el Catecismo a los Catecúmenos.
El Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía 1500 años se venía creyendo en lo referente a que "la consagración del pan y del vino que se opera en el cambio de...
Y digo tristeza, porque lo que dice no es verdad.

Dicha doctrina fue compuesta e impuesta por el nefasto concilio de Trento como un intento de recuperar la autoridad perdida tras el Cisma.

De repente, la misa católica no solo era legítima, sino que incluso era milagrosa...

En esta entrada leeremos qué pensaban, a modo de ejemplo, San Agustín o el Papa Gelasio I sobre los elementos que compartimos en la Santa Cena.

Empecemos.
En su obra Contra Eustaquio y Néstor, el Papa Gelasio I escribe,
El sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo, los cuales recibimos, son una cosa divina, porque mediante ellos somos hechos partícipes de la naturaleza divina.
No obstante, ni la sustancia ni la naturaleza del pan dejan de ser.
Y con toda seguridad, la imagen y similitud del cuerpo y la sangre de Cristo son celebrados mediante la representación de estos misterios
.
No nos olvidemos que la defición de lo que es Sustancia y Naturaleza habían sido estipulados por el Credo Niceno del 325 d.c., y la declaración de Calcedonia del año 451 d.c., por tanto, el papa Gelasio I sabía de qué estaba hablando cuando escribió lo que escribió.

Tertuliano, otro peso pesado de la cristiandad escribió en su obra Contra Marción,
Entonces, habiendo tomado el pan y habiéndolo dado a Sus discípulos, Él lo hizo Su propio cuerpo diciendo, "Esto es mi cuerpo", es decir, la figura de mi cuerpo.
Otro de los padres de la Iglesia con peso fue San Ignacio de Antioquía.

En sus Cartas a la Iglesia de Tralles, escribió,
Vosotros, por tanto, armaos con amabilidad y recuperad vuestra fuerza por la fe (que es la carne de nuestro Señor), y en Amor (que es la sangre de Jesucristo),
Y en su Carta a los Romanos,
No me deleito en alimentos corruptibles, o en los placeres de esta vida.
Quiero el pan de Dios, que es la carne de Cristo quien es la semilla de David; y para beber quiero su sangre, que es el amor incorruptible.
En efecto, sus escritos muestran que para San Ignacio, el pan y la sangre tenían valor metafórico.

Mucho más claro y enfático fue San Agustín -posterior cronológicamente a Cirilo de Jerusalén- al exponer la simbología de la celebración, en sus comentarios sobre Mateo 16
Dejemos que los que comen, coman, y los que beben, beban; dejemos que los hambrientos y los sedientos, coman Vida, y beban Vida.
[...]
Esa bebida, qué es sino vivir? Come Vida, bebe Vida; y tendrás vida, y Vida completa.
Pero entonces así será, es decir, el Cuerpo y la Sangre de Cristo será la Vida para el hombre, si lo que se toma en el sacramento de modo visible es en verdad comido espiritualmente, bebido espiritualmente.
Pues hemos oído que el Señor mismo dijo, "Es el Espíritu lo que da vida, pero la carne nada aprovecha. Las palabras que os he hablado son Espíritu y son vida"
.
Asimismo, en su Respuesta a Fausto escribió,
A pesar de que creemos que no es obligación el ofrecer sacrificios, reconocemos los sacrificios como parte de los misterios de la revelación, a través de los cuales las cosas profetizadas eran meras sombras. Por cuanto eran nuestro ejemplo, y en muchas y variadas maneras apuntaban al único sacrificio que ahora conmemoramos.
Ahora que nos ha sido revelado este sacrificio, y ha sido ofrecido en el tiempo escogido, dicho sacrificio no es considerado como un acto de adoración, a pesar de que retenga su autoridad simbólica
.
Más adelante, en la misma obra, San Agustín incide en el aspecto conmemorativo de la Santa Cena, no en re-presentación alguna,
Los hebreos, de nuevo, en sus sacrificios de animales, que ofrecían a Dios en variadas formas, de acuerdo al significado de lo instituído, tipificaba el sacrificio oferecido por Cristo.
Este sacrificio es igualmente conmemorado por los cristianos, en la sagrada ofrenda y participación del cuerpo y sangre de Cristo.

Antes de la llegada del Cristo, la carne y sangre de este sacrificio era anunciado mediante la muerte de los animales.
En la pasión de Cristo, los tipos fueron cumplidos por el verdadero sacrificio. Después de la ascensión del Cristo, este sacrificio es conmemorado en el sacramento.
Símbolos, el pan y el vino son símbolos del sacrificio de Jesús.

Son el pan y el vino, el cuerpo y la sangre del Señor?

Sin duda.
Pero de la misma manera que tú y yo somos cuerpo de Cristo, o de la misma manera que el Señor es la Vid y nosotros los pámpanos.

Una vez más, hemos de dejar claro que de entre los errores romanos, este sea tal vez de los más inofensivos.

No obstante, es bueno saber al menos qué replicar al romano cuando afirma en referencia a la Transubstanciación, que El Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía 1500 años se venía creyendo.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...




Fuentes: Aomin Ministries
Monergism.com
Blog de Bismarck

jueves, 14 de abril de 2011

De Cómo Demostrar que el Corán No Está Inspirado por Dios...


Simplemente leyéndolo,
¡Oh, Gente del Libro! No os extralimitéis en vuestra religión. No digáis acerca de Allah sino la verdad: Ciertamente el Mesías Jesús hijo de María, es el Mensajero de Allah y Su palabra [¡Sé!] que depositó en María, y un espíritu que proviene de Él.
Creed pues, en Allah y en Sus Mensajeros. No digáis ¡Tres!, desistid, pues es lo mejor para vosotros.
Por cierto que Allah es el único Dios. ¡Glorificado sea! Es inadmisible que tenga un hijo...

Sura 4:171
En otras palabras, según el Corán los cristianos cometemos el pecado de Shirk, es decir, de politeísmo.

En efecto, esto es aun más claro en el siguiente pasaje,
Y cuando dijo Allah: ¡Oh, Jesús hijo de María! ¿Eres tú quien ha dicho a los hombres: Tomadnos a mí y a mi madre como divinidades en vez de Allah?
Dijo: ¡Glorificado seas! No me...

Sura 5:116
Estos textos demuestran algo muy evidente: Quien fuera que los redactara no tenía ni idea de doctrina cristiana, con lo cual se desmonta el dogma de que el Corán fuera inspirado por Dios.

En efecto, estos versículos demuestran que el autor de dicha obra se basaba en información proviniente de terceros.
Unos terceros bastante mal informados, la verdad sea dicha...

La Trinidad se basa en el monoteísmo, y nunca en la historia ha habido rama cristiana que considerara a María una "diosa"...
Allah es Omnisciente, Sabio.
Sura 4:170
No del todo, pues el pobre no acabó de entender qué era la Trinidad.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


martes, 12 de abril de 2011

De Legalismos en la Hipocresía de Pedro o, Por Qué No Debemos Nunca Hacer Penitencia o Buscar Compensar de algún modo a Dios por un Pecado Cometido...

La escena es bien conocida por todos, Pablo -el último de los apóstoles- reprende la hipocresía de Pedro y Barnabás cuando en las comidas se apartan de sus hermanos gentiles.

Pedro, Barnabás, si sabemos que uno es declarado Justo por Dios mediante la fe, no tiene sentido comportarse delante de los gentiles como si tuvieramos que obrar legalísticamente para estar a buenas con Dios, replica Pablo

Bajo la perspectiva legalista judía, los gentiles -al adolecer de Ley- somos por naturaleza pecadores, pues no tenemos conocimiento de la Voluntad de Dios, ni tenemos siquiera la mínima posibilidad de ser justificados al observar la Ley, ni tampoco de expiar nuestros pecados.

Sin embargo, tanto Pedro como Pablo, saben que ahora las cosas han cambiado.

De esta manera, Pablo recrimina a Pedro recordándole que uno no está en paz con Dios por observar ley alguna, sino que uno es declarado Justo por Dios mediante la fe.
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
La justicia de Dios mediante la fe en la sangre del Mesías, entregado como sacrificio sustitutivo por nuestros pecados es aquello que nos justifica, que hace que Dios nos declare Justos, pues mientras que Jesús carga con nuestros pecados, a nosotros se nos imputa mediante la fe, su justicia, su vida sin pecado.

Y esto no de nosotros, pues es don de Dios.

Esa es la hipocresía que aborrece Pablo, es decir, que sabiendo que somos beneficiarios del Nuevo Pacto en la sangre del Mesías, Pedro no actúa en consecuencia y tontea de nuevo con la Ley.

Exacto, por mucho que unos hayan sido criados como buenos observantes de la Ley, y otros hayan vivido de espaldas a ella, tanto unos como otros, solo tienen una manera de ser declarados Justos delante de Dios: Por Fe.

Por tanto Pedro, si observas las leyes sobre la pureza de los alimentos, les estás enseñando a los gentiles que en el fondo, la Ley sirve para estar a buenas con Dios, y por tanto con tu actuar, contradices y restas Autoridad a la Buena Nueva que predicamos, advierte Pablo.

Ahora bien, no nos convierte en pecadores el hecho de no observar la Ley?
No se convierte Jesús en un agente del pecado, al hacernos vivir de espaldas a la Ley?
17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado?
Sí y no.

Pablo admite que bajo la perspectiva judía, ellos son vistos como pecadores por no ajustarse a las leyes ceremoniales, lo cual refuerza lo que hemos visto en el versículo 15.
15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles,
Esa acusación de los judaizantes, Pablo la admite sin temor alguno.

Sí, bajo el punto de vista legalista, soy un pecador, pues no busco cumplir la Ley...

Ahora bien, Pablo niega rotundamente por un lado, que la vulneración de las leyes ceremoniales, convierta a Jesús en un ministro de pecado, y por el otro, que dicha vulneración les convierta a ellos realmente en pecadores.

En efecto, lo que cuenta no es la perspectiva de aquellos que viven esclavizados por una Ley de imposible cumplimiento, lo que cuenta es qué es aquello que Dios considera pecado.

Bajo el punto de vista judío, Pedro, Barnabás y él mismo, han caído a la misma categoría que los gentiles, y son vistos como pecadores de entre los gentiles, sin embargo, dicho punto de vista no es el que Dios nos ha revelado en Cristo.

Los de la fe hemos sido liberados de la condena de la Ley, explica Pablo.
18 Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.
Qué es aquello que ha destruído Pablo?

La Ley como medio de justificación,
16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, [...] 17 Y si buscando ser justificados en Cristo...
En otras palabras, lo que Pablo dice que hemos destruído es la manera que los fariseos enseñaban la Ley: Puro legalismo.

Eso es con lo que Pedro estaba tonteando al apartarse de comer con los gentiles, y eso es lo que le estaba convirtiendo en un transgresor, pues Pedro de repente se está apoyando en aquello que incumple manifiestamente.
Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío...
Aquello que hace a alguien pecador no es el desatender las leyes ceremoniales, lo que hace a alguien pecador es emplear la Ley de modo legalista, es decir, creer que mediante su observancia uno puede ganarse el favor de Dios.

En efecto, un capítulo más adelante Pablo nos revela que el fin de la Ley era manifestar el pecado en el hombre, no darle vida.

De hecho, lo irónico del caso es que uno solo puede vivir cuando muere a la Ley,
19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.
Mientras más te aferres a la Ley para estar en paz con Dios, menos podrás vivir por y para Dios, pues no estarás confiando en lo que Él ha hecho por ti, sino en ti mismo, en tus propias fuerzas, en todas aquellas cosas que tú has hecho para dar satisfacción por un pecado cometido.

Nuestras buenas obras son el resultado de la obra de Dios por nosotros, no su causa, esto es lo que muchos católicos no entienden al buscar contínuamente ganar Gracia, tal como sostuvo Trento,
Si alguno dice que sólo por la fe el impío es justificado; en tal sabiduría como lo dice, que no se requiere ninguna cooperación en la obtención de la Gracia de la Justificación y de que en ninguna forma es necesario que él esté preparado y dispuesto para moverse de acuerdo a su propia voluntad; sea anatema...
Concilio de Trento, Cánones sobre Justificación, Canon 9
Pero no, al que obra no se le cuenta el salario como Gracia sino como deuda, por tanto, nada de confiar en las propias obras para ser declarado Justo por Dios, pues estamos diciendo que no confiamos en lo que Dios mismo nos dice que Jesús hizo por nosotros.

Por consiguiente, si uno quiere vivir para Dios, debe enterrar a seis metros bajo tierra al legalista.

Y poner una piedra grandota encima, no sea que se levante...

Todo esto que hemos visto, Pablo nos lo dice en el versículo siguiente,
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Para estar en paz con Dios no debo confiar en mí, es decir, en mis obras de justificación.

Para estar en paz con Dios debo confiar en aquello que Dios ha dispuesto como lo único que puede hacerme Justo: Confiar en que Jesús pagó por mis pecados, y resucitó como demostración de que su propiciación había sido aceptada.

Cada vez que un cristiano peca y se siente obligado a hacer algo para satisfacer dicho pecado (penitencia, ayuno, promesas, buenas obras...), lo que está diciendo es que no confía en la Palabra de Dios, no confía que en realidad Jesús sea la ofrenda propiciatoria por sus pecados.
21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Es imperativo dejar clavado en la cruz nuestros deseos legalistas, para que con toda propiedad podamos decir,
Mediante la ley, mediante el cumplimiento del castigo por mis pecados que la Ley de Dios exige, he muerto a la ley.
Mi viejo Yo fue juntamente crucificado con mi Señor Jesús, mi Mesías. Mi viejo Yo legalista y mundano murió en la cruz con él, y Cristo está en mí pues soy Uno con él, soy su cuerpo.
Ahora vivo en la fe del Hijo de Dios, vivo en la confianza ciega de que me amó y se entregó a sí mismo por mis pecados
.
Que no se nos entienda mal, no es que nos tenga que importar un pito el haber pecado, cada vez que caigamos hemos de pedirle perdón a Dios, arrepentirnos de todo corazón, y hacer obras que muestren que dicho arrepentimiento es auténtico, sincero.

Pero lo que nunca hemos de hacer es intentar compensar o satisfacer de algún modo a Dios por un pecado cometido, pues eso es competencia esclusiva del Señor Jesús.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


jueves, 7 de abril de 2011

De que Si Hablas como Jacob, Tus Manos No Deben Ser las de Esaú...


Decía Zac Poonen, Si no vives lo que predicas, no subas al púlpito.

Cierto, pero no solo eso, si no vives lo que predicas no hables de las cosas de Dios.

No solo porque es la misma hipocresía que deploraba el Señor, sino porque tampoco darás fruto.
21 E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no.

22 Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.

23 Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo.

Génesis 27
En efecto, si tu forma de vida no va a la par de tus palabras, estas no serán tenidas en cuenta.

Si hablas como Jacob, pero tus manos son las de Esaú, si predicas que hemos de servirnos unos a otros, pero solo buscas protagonismo, si hablas de perdonar pero quien te la hace la paga, si vives lo contrario de lo que predicas... tus palabras no tendrán impacto alguno sobre los demás, pues no serás nada más que un hipócrita que dice pero no hace.

Pero el Señor dice que su Palabra nunca vendrá vacía, replica el hipócrita.

Cierto, y no lo hace, pues tu decir y no hacer sirve para mostrar quién es un buen ejemplo de lo que es un mal ejemplo, no obstante, no te sorprendas de que tus palabras no produzcan fruto espiritual en los demás, pues tienes las manos llenas de pelos.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


martes, 5 de abril de 2011

De Malaquías 3 o, la Santificación en el Cristiano...


En Malaquías 3 leemos,
1 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho YHWH de los ejércitos.

2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores.

3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a YHWH ofrenda en justicia.
Pregúntale a un herrero cómo se afina el oro, cómo se limpia de impurezas la plata y te responderá pacientemente que se tiene que calentar la pieza en el fuego del horno, sacarla cuando esté al rojo vivo, golpearla con fuerza para así eliminar las impurezas del metal, y repetir esto hasta que dicho metal esté limpio.

Fuego, golpes, fuego, golpes....

Cuándo sabrá el herrero que el metal está limpio?
Cuando se vea reflejado en él.

Cuando el cristiano recibe el Espíritu Santo, empieza el proceso de santificación -el moldeado de su carácter a imagen de Jesús- un proceso que dura toda la vida del creyente.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8
Pero la manera que Dios nos limpia de nuestras impurezas, de los restos de nuestro viejo Yo que no han muerto al mundo, es mediante el sufrimiento, las tribulaciones.

El autor de Hebreos nos habla de esto con prístina claridad,
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:

Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por Él;

6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.

7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.

9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?

10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de Su Santidad.

11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

Hebreos 12
Decía John Piper, Espero que no os enfadéis contra Dios por la manera que ha elegido de santificarnos...

Espero lo mismo.

En efecto, si eres orgulloso, Dios hará que pases por las circunstancias necesarias para que abandones tu orgullo.
Si para ti es muy importante el dinero, Dios hará que pases por las circunstancias necesarias para que abandones tu estupidez, etc...
2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Juan 15
Es agradable?
No, es duro, aunque el grado de dureza será inversamente proporcional a la testarudez con que nos resistamos a abandonar los vicios de nuestro viejo Yo.

Hasta cuándo durará dicha disciplina?

Hasta que cada vez que alguien te mire, pueda ver a Jesús reflejado en ti.

Fuego, golpes, fuego, golpes...

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


viernes, 1 de abril de 2011

De Gálatas 4:27 o, Por qué Serán Más los Hijos de la Desamparada que los de la Casada...


Analizando con mi amiga y hermana Cecilia Gálatas 4, llegamos al siguiente versículo, en el que Pablo cita a Isaías 54:1,
27 Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que los de la casada
.
Una lectura superficial y rápida de este versículo, especialmente en el contexto inmediato donde Pablo nos está hablando de Sara -esposa de Abraham- y Agar -su esclava-, podría hacernos pensar que la casada alude a Sara, y la desamparada a Agar.

Pero no es así, tal y como veremos en esta entrada.

Ahora bien, de qué nos está hablando Pablo en este versículo?

Del Tema sobre el cual orbita toda la Palabra, del Evangelio de la Gracia.

En efecto, pero antes de nada: contexto inmediato por favor.

Como acabo de decir, en este pasaje, Pablo nos ha estado hablando de Sara y Agar, y de cómo cada una representa los dos pactos.

Agar el Pacto de obras que esclaviza.
23 Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
Sara el Pacto de Gracia que da Libertad.
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
[...]
31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Ahora bien, hemos de tener claro a qué hace referencia Isaías, para no confundir el mensaje de Pablo, y pensar que cuando habla de casada y de desamparada lo hace de estas dos mujeres.

Vayamos a Isaías y expliquemos rápidamente un par de cosas.

El antiguo Pacto era un pacto entre dos partes, un pacto donde si Israel cumplía la Ley recibiría bendiciones, y si la incumplía, maldiciones.

En varias escenas a lo largo de la Palabra, Dios presenta esta relación Dios-Israel, como la matrimonial, donde Dios es el esposo, e Israel la esposa, cierto?

Israel desde el principio, incumplió su parte del pacto, pues siempre le fue infiel al Señor, de ahí que las consecuencias de dicho incumplimiento fueran aquellas que estipulaba el Pacto: Maldiciones.

De esta manera Dios castiga a Israel lanzándoles contra ellos al Imperio Babilónico de Su siervo Nabucodonosor, el cual arrasa Judá, destruye el Templo y se lleva a una parte de israelitas al exilio.

Una vez visto esto hemos de preguntarnos, quién es la casada, según Isaías?

El Israel del Pacto mosaico,
5 Porque tu marido es tu Hacedor; YHWH de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
Isaías 54

31 He aquí que vienen días, dice YHWH, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice YHWH.

Jeremías 31
Por tanto, la casada alude al Israel del Pacto, no a Sara, la esposa de Abraham.

Entonces, quién es la desamparada?

El Israel que -una vez hecho manifiesto sus contínuas infidelidades- es repudiada por Dios, y conducida al exilio babilónico.
6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó YHWH, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.

7 Por un breve momento te abandoné
Pero si es repudiada por Dios a causa de sus traiciones, por qué nos dice Dios que la repudiada tendrá más hijos que la casada?
27 Porque está escrito:
Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;
Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de la desolada, que de la casada.
Porque la historia de Israel anuncia el Evangelio de la Gracia.

Fijémonos en Isaías 54, en cómo refleja/anuncia dicho Evangelio.

Tenemos el Pacto de las obras entre Dios e Israel, la Ley, cierto?

Pero la Ley no fue entregada para que Israel viviera por ella, sino para manifestar el pecado en el ser humano, para que al hombre no le quedara más remedio que tener que pedir Misericordia y perdón a Dios por todas sus maldades, para tener que pedir Redención por Gracia.
19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;

20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.

Romanos 3

7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
Romanos 7

19 Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.

[...]

21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera dar vida, la justicia fuera verdaderamente por la ley.

22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

23 Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

Gálatas 3
Entendido?
Dios entrega la Ley, para evidenciar que nadie puede cumplirla, para que el hombre abra los ojos, deje de creer que es el centro del universo, y que merece algo bueno por parte de Dios.

En efecto, de ahí que Israel sea infiel, pues el ser humano es incapaz de cumplir la Ley de Dios,
3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
Romanos 8
Por tanto tenemos a un Israel que durante siglos es infiel a Dios, incumpliendo el Pacto, cierto?
1 Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz;
No daba a luz, es decir, no daba fruto.

Pero qué hemos visto que decía el Pacto en relación a si había incumplimiento por parte de Israel?

Un sinfín de Maldiciones.

Ahora bien, suele preguntar la gente, si Dios sabía que Israel no podría cumplir la Ley, por qué la entrega y amenaza con maldiciones en caso de no cumplirla?

Ya lo he explicado, es para que el hombre, una vez manifiesta su incapacidad de alcanzar las exigencias de la Santidad de Dios, no le quede más remedio que humillarse, y pedir perdón y Misericordia.

Y es ahora, una vez hecho patente que el hombre está caído, débil y necesitado, cuando Dios da Gracia, pues si no fuera así, el hombre podría llegar a pensar que todas las Gracias que Dios da, encuentran la causa en algo meritorio que pudiera haber visto en él.

Pero de esta manera se elimina el orgullo en el ser humano, pues aquello recibido, no lo es por sus méritos, sino por la pura Misericordia de Dios.

Yo te doy vida eterna, te adopto como hijo, te perdono tus maldades, te hago heredero de todo... pero es por Gracia, no porque lo merezcas, es por el puro afecto de Mi Voluntad, dice Dios.

Con esto en mente, veamos cómo Isaías 54 nos habla del Evangelio de la Gracia de Dios, pues establece un claro paralelismo con lo que nos pasó a nosotros.
1 Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho YHWH.
Ahí tenemos de entrada, la Promesa.
Una Promesa que se manifiesta a través de una de las constantes de la Palabra: la maravilla de que Dios crea de la Nada, hace florecer en el desiero, resucita a los muertos, hace parir a las estériles...
4 No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.

5 Porque tu marido es tu Hacedor;
Tu vergüenza es tu estado caído, tu incapacidad de cumplir los requisitos de la Santidad de Dios, tu pequeñez, tu impureza, tu suciedad, tu maldad...
3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
Tito 3
Tu vergüenza Israel es tu infidelidad, tu derrota, tu destrucción, tu exilio...

No obstante, no temas, dice Dios, porque tu marido es tu hacedor, tu Salvador.
5 Porque tu marido es tu Hacedor; YHWH de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
La esperanza no viene de ti, pues estás caído, exiliado, derrotado, estéril, muerto... la esperanza viene solo de tu Redentor, el Santo de Israel, que te tendrá Misericordia, por tanto, pon tu esperanza en Él,
6 Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó YHWH,

7 Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.

8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo YHWH tu Redentor.
La razón de que seas redimido no está en ti, está en la Misericordia de Dios tu Redentor.
10 Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo YHWH, el que tiene misericordia de ti.

11 Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que Yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros Yo te fundaré.

12 Tus ventanas Yo pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.

13 Y todos tus hijos serán enseñados por YHWH; y se multiplicará la paz de tus hijos.

14 Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.

[...]

17 Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio.
Esta es la herencia de los siervos de YHWH, y su salvación de mí vendrá, dijo YHWH.

Isaías 54
Isaías 54 nos habla del Gran Tema de la Biblia, la caída del ser humano, su incapacidad d alcanzar las exigencias de Santidad de Dios y no obstante...

Dios, por Su pura Misericordia, no por nada bueno que haya visto en el ser humano, le da Gracia y Misericordia eterna.
4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor para con los hombres,

5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

6 el cual derramó en nosotros abundantemente mediante Jesucristo nuestro Salvador,

Tito 3

8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Dónde está la jactancia? se pregunta Pablo, dónde está cuando tú eres quien eres, simplemente porque has sido objeto de Misericordia...?
7 Porque ¿quién te distingue de los demás? ¿o qué tienes que no hayas recibido?
Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?

1 Corintios 4
En resumen: ES POR GRACIAAAAAAAAAAA!

Todo lo expuesto es la razón por la que Pablo en Gálatas 4:27, cita a Isaías 54:1.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...