Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 24 de febrero de 2010

De Efesios 2:8-9 y Olvidos Gramaticales


Curioseando en páginas webs católicas, encontré un análisis de Efesios 2:8-9 que manipulaba unos versículos clave que empleamos los reformados para sostener que la Salvación es por Gracia sin que el hombre tenga papel alguno.

Qué dice el texto en cuestión?
8 Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

9 no por obras, para que nadie se gloríe.
El problema está en saber a que alude Esto en la frase en cuestión.

Ningún católico pone en duda que la Gracia viene de Dios, ninguno vacila al decir que la Salvación es un don de Dios, no obstante, lo matizan...

Y lo matizan tanto que acaban postulando que la Salvación la consigue en realidad, el hombre.

No obstante, este versículo nos ayudará a entender que la realidad es otra.

Sigamos.

El modo en que los católicos interpretan estos versículos es que la Salvación está ahí, Dios la ofrece gratuitamente a todo el mundo gracias al sacrificio de Jesús, peeeeeero...

Peeeeeero -y aquí viene la trampa- la Fe es algo que tiene que trabajarse uno...

Dios te perdona pero TÚ debes poner tu parte.

La conclusión a este modo de entender estos versículos es sencilla: la Salvación en realidad la consigue el hombre porque hasta que éste no ejerce su Fe, hasta que éste no decide seguir a Dios, no es salvo.

El aspecto clave que olvidan los católicos es el estado natural del ser humano.

Es decir, que no hay hombre que pueda creer en Dios a no ser que esto -la Fe- no sea concedida por Dios.

Porque eso es precisamente lo que Efesios 2:8-9 nos dice, como veremos en seguida.

Leamos de nuevo los versículos:
8 Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

9 no por obras, para que nadie se gloríe.
Lo que tenemos claro en esta frase es que el Don de Dios -sea cual sea este- no viene de nosotros, viene exclusivamente de Dios.

Es decir, algo de la primera parte de la frase, la Gracia, que somos salvos o la Fe, no es de nosotros, es un don de Dios y no es por obras.

La clave está en saber a qué alude el pronombre y esto en los versículos de marras.

Sigamos.

La palabra esto en el griego original es un pronombre demostrativo neutro lo cual suena muy aburrido pero es genial para ayudarnos a deshacer el entuerto.

En efecto, en griego -al igual que en las lenguas latinas- el pronombre debe concordar en género y número con su antecedente.

Por ejemplo, nosotros decimos Anoche cené un pollo y este estaba poco hecho.

No es cierto, cené una sopa fría porque soy un tipo triste pero eso no importa porque lo que quiero dejar claro es que en esa frase hemos de decir y este, no y estos, o y estas si no queremos que se nos confunda con un apache, ya sabes.

Es decir, para que sepamos a qué alude Pablo cuando escribe y esto, hemos de buscar con qué palabra coincide en género y número.

Así pues, no olvidemos que como hemos dicho anteriormente, en el griego orginal, y esto es un pronombre demostrativo neutro.

O sea, no sólo es que no tiene género -no es ni masculino, ni femenino- sino que al ser demostrativo, debe aludir a algo conreto.

Una cosa es decir Una sopa fría y otra muy diferente esta sopa fría, la primera frase es general, la segunda concreta en una sopa concreta: la que cené anoche para tristeza de mis tripas.

Así pues, para saber a qué alude y esto debemos analizar los géneros y números de las palabras antecedentes: Gracia, Salvación y Fe.

Para empezar, tenemos que Fe -aquello que los calvinistas decimos que alude el pronombre- tiene género femenino.

Es eso un punto a favor del catolicismo y en contra del calvinismo?

No exactamente.

Los católicos en su análisis de estos versículos sostienen que y esto -pronombre neutro- no puede aludir a Fe, la cual es un nombre de género femenino porque entonces se estarían vulnerando las leyes gramaticales.

Y es verdad.

Pero se olvidan de algo muy importante.

La palabra Gracia es, en el griego original, también de género femenino.

Y la palabras Sois salvos son, en el griego original, de genero masculino...

Por tanto tenemos, dos antecedentes femeninos y uno masculino para un pronombre neutro.

Algo falla?

Al contrario, todo encaja.

Porque una de las reglas gramaticales del griego es que cuando el escritor quiere aludir mediante un pronombre a todos los nombres que le anteceden...

El pronombre debe ser neutro.

Por tanto, y esto alude a toda la frase!

El pronombre es demostrativo porque alude a algo concreto -la frase- y es neutro porque comprende a todos los elementos que la contienen.

Por tanto, lo que Pablo nos está diciendo es que la Gracia es un don de Dios, no por obras, no de vosotros...

Que sois salvos es un don de Dios, no por obras, no de vosotros...

Y finalmente que la Fe es un don de Dios, no por obras, no de vosotros...

Todo aquello necesario para la Salvación es un don de Dios, básicamente porque como dijo Jonás, la Salvación es de Yahvé y como decimos los reformados Soli Deo Gloria!


Por todo ello, dad gracias a Dios por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo!


Gracias a los tipos de Grace Christian Assembly por el material con que he hecho esta entrada.


jueves, 18 de febrero de 2010

De Errores Doctrinales que Hacen Mover el Dedito a Calvino (3)

Nota: El autor de este blog advierte que en esta entrada un dedito se moverá...


Leo una extrañísima entrada titulada Cincuenta Razones Por Las Cuales Un Salvo Jamás Puede Perderse, la cual podría haberse titulado Más de Treinta y Cinco Razones Por Las Que Debería Dedicarme a Otra Cosa porque el autor comete una gran cantidad de errores...

En efecto, sin ir más lejos vemos que la razón número 17 reza así...
¡LAS OBRAS NO PUEDEN AFECTAR SU SALVACIÓN! Romanos 11:6; la salvación no es ganada por obras, por lo tanto no puede perderse por obras.
Ahá, yo también me he quedado de piedra...

Sea como sea, consultemos al Dedito de Calvino.

Dedito...

Dedito...

HABLAAAAAAAAAAAARGH!

Ahahá, el dedito nunca falla!

Pero, qué es lo que ha hecho que el bueno de Jean mueva incesantemente su dedito?

La incomprensión del papel de las Obras en la Salvación.

Pocos hermanos entienden el papel de las Obras y la Fe en la Salvación.

Los católicos -por ejemplo- creen que las Obras llevan a Salvación.

La vida es un contínuo almacenar buenas obras para poder presentarlas a Dios en un plato de la balanza, con la esperanza de que pesen más que las malas obras que ocupan el otro plato.

Has sido buenín?

Eres salvo.

Pero entonces uno recibiría la Vida Eterna como pago por sus buenas obras y la Salvación ya no sería por Gracia, y en la Biblia leemos claramente que la Salvación es por Gracia mediante la Fe, no por Obras para que nadie se gloríe.

Por tanto no, la Salvación no puede venir por las Obras que uno haga y nuestros hermanos católicos andan un tanto despistados con su fórmula:
Salvación = Obras
Después nos encontramos con la otra cara de la moneda, es decir, con los hermanos hipercalvinistas que nos dicen que -de acuerdo a la cita de Efesios 2:8-9 antes mencionada- la Salvación es por Gracia.

Por Gracia y nada más.

La fórmula que siguen estos otros hermanos es la siguiente,
Salvación = Fe
Pero ojo, es cierto que la Fe es lo que nos justifica y que sin Fe es imposible agradar a Dios, pero como la Bibla se lee como un todo y una parte no puede contradecir a otra, nos damos cuenta de que falta algo: las Obras.

En Santiago 2:17 leemos claramente que sin Obras, la Fe está muerta.

La Fórmula necesita una variable más: Obras.

La Salvación es por Fe.

La Salvación No es por Obras.

Pero las Obras juegan un papel.

Una de las fórmulas más populares a la hora de solventar este aparente entuerto es la siguiente,
Salvación = Fe + Obras
La Fe es importante, pero la Salvación depende de las buenas Obras que uno haga.

Parece lógico, no?

Pues está mal...

Demos a cada variable un valor numérico, es decir, convirtamos Fe + Obras = Salvación en 1 + 2 = 3.

Que 1 + 2 sea = a 3, significa que 2 es = a 3 - 1.

La fórmula se mantiene y es verificada.

Esto en lógica también se observa.

Si Fe + Obras = Salvación, entonces Fe = Salvación - Obras, también debe ser cierto.

Pero Santiago 2:17 nos deja claro que no es así...

Estamos ante un problema?

No, estamos más cerca de entender cómo uno es salvo.

Porque la fórmula a la que llegaremos no es Salvación = a lo que sea, la fórmula a la que llegaremos y que nos hará entender la Salvación es la siguiente,
Fe = Salvación + Obras
Efesios 2:8 nos deja claro que somos salvos por Fe, y Santiago nos dice que sin Obras la Fe está muerta, por tanto, la Solución al aparente problema es que la Obras deben acompañar a nuestra Fe.

A esto se refería Santiago cuando -en el versículo 18 del mismo capítulo- dice, Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras.
Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras
.

Los cristianos no hacemos buenas Obras para ser Salvos, hacemos buenas Obras porque somos Salvos.

Lo que la fórmula Fe = Salvación + Obras nos dice es que somos Salvos por Gracia mediante la Fe y nada más, pero la Fe que salva nunca viene sin nada más...

Jesús nos decía que todo árbol bueno da fruto bueno, no es cierto?

Mientras meditáis en esto, dad Gracias a Dios por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo...





Gracias a los tipos de Igniter Media por darme material para hacer esta entrada!

miércoles, 10 de febrero de 2010

De que No Hay Ateos Optimistas por la Vida


La Dirección de Renton's Coming... pero Reformado, desea comunicarles que sigue vacante la candidatura de Ateo Optimista del Año.

Hasta ahora toooodos los candidatos evaluados sienten un profundo pesimismo y desesperación por el sinsentido de la vida que sufren y ay Señó qué vida más triste esta que me ha tocao vivir...

El último candidato -el ínclito Bertrand Russell- ha sido rechazado a causa de escritos como el que sigue:
El hombre es producto de causas de las que no podía preveer el fin que éstas tendrían. Ningún fuego, ningún heroísmo, ninguna intensidad de pensamiento o sentimiento, puede preservar la vida del indivíduo de la tumba.
Todos los esfuerzos a través de las épocas, toda la devoción, toda la inspiración, todas las resplandecientes brillanteces del genio humano están destinadas a la extinción de la muerte del vasto sistema solar puesto que todo el Templo de los logros humanos deben ser inevitablemente enterrados bajo los escombros de un universo en ruinas.
Todas estas cosas son tan certeras que ninguna filosofía que las rechace puede tener esperanzas de permanecer.
Solo dentro de la estructura de estas verdades, solo bajo el fundamento firme de la desesperación más inflexible puede ser construido con seguridad el habitáculo del alma humana.
Seguiremos buscando, ncht!


martes, 2 de febrero de 2010

De Sacrificios por Amor a Dios, Circuncisiones y Labios Amputados


Sigo anonadado por lo que acabo de escuchar en la radio ahora mismo.

Para pasmo y sorpresa de mis pabellones auditivos, acabo de oir a un tipo lamentando que en el Cristianismo no hay señales en el cuerpo tales como la de la circuncisión, la cual, según el susodicho, es una muestra de Amor y Sumisión tanto de judíos como de musulmanes hacia su Dios.

!!!?

Vamos a ver, si el nivel de evaluación del Amor a Dios depende del número de centímetros cuadrados que los creyentes nos amputamos mal andamos...

No obstante, para que no se diga, voy a proponer a mis Hermanos en Cristo un gesto paralelo al de la circuncisión para que ningún cristiano se sienta acomplejado por su bajo nivel de Amor y Sumisión hacia el Señor.

Porque si resulta que la cosa va de amputarse partes del cuerpo, anuncio con alegría que tenemos la batalla ganada.

El ser humano goza de un cuantioso número de apéndices.

Algunos inservibles y todo.

Es por eso que propongo a mis Hermanos en Cristo que nos cortemos el apéndice labial inferior de cuajo!

Un pequeño corte transversal, un tironcito y ñac...

Te amo Señor!

De este modo, cada vez que algún monoteísta infiel vea llegar a un cristiano con su sonrisa característica sabrá en su interior que nosotros amamos más a nuestro Dios!

Auguro miles y miles de conversiones...

Teniendo labios que cortar, para qué embarcarse en Cruzadas!?


lunes, 1 de febrero de 2010

De Romanos 1:16-17 (2)



En la primera parte de este análisis contestábamos a la pregunta de cómo salva el Evangelio a los creyentes, no cómo el Evangelio hace que la gente sea creyente.

Porque de eso es de lo que habla Pablo, volvamos a leer los versículos en cuestión:
16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.

17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Lo que Pablo dice es que el Evangelio es el instrumento del Poder de Dios para salvar a los creyentes, así pues, es conveniente que sepamos el cómo sucede esto para que podamos aplicarlo correctamente.

Es importante no perder de vista el versículo 17 porque es el que nos da la respuesta a la pregunta, cómo salva el Evangelio a los creyentes?

Es decir, cómo nos libra del justo juicio de Dios, de la Ira de Dios?

El versículo 17, la respuesta está en el versículo 17,
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
En efecto, es un bastante impactante ver que aquello que en un principio nos condena -la Justicia de Dios- sea lo mismo que en realidad nos salva.

La Santidad de Dios demanda de nosotros una justicia que somos incapaces de alcanzar porque el ser humano no es que peque, es que no puede dejar de pecar.

Cada vez que cometemos un pecado, nuestra alma queda manchada e impura, de este modo, dicha impureza nos imposibilita el tener comunión con Dios en el Paraíso ya que este es un lugar de pura Santidad y donde hay santidad no puede haber pecado del mismo modo que donde hay luz no puede haber sombra.

Si en el Paraíso pudiera haber almas pecadoras, el Paraíso dejaría de ser el Paraíso.

Nuestro contínuo pecar imposibilita que tengamos Vida Eterna con Dios la cual es lo que se conoce como segunda muerte.

Este es el significado de la frase Toda alma que pecare morirá, es decir, no podrá tener Vida Eterna.

Pero este problema lo soluciona el Evangelio ya que en él se anuncia que Dios nos provee la justicia que nosotros somos incapaces de alcanzar.

Y esa justicia es Jesús inmolado como un cordero sacrificial.

Cuando leemos en el versículo 17 que se nos habla de la Justicia de Dios, hemos de tener claro que esta frase alude -entre otras cosas- a que en el Evangelio Dios vindica Su Justicia al perdonar nuestros pecados y ejecutar dicha Justicia sobre nuestro sustituto (Su Ley se observa, queda salvaguardada Su integridad), y a que nosotros somos declarados justos al imputársenos la justicia de Jesús por fe.

Todo esto cosas es dado por Gracia porque la Salvación es por Gracia, ya sabes, no por obras para que nadie se gloríe.

El Evangelio contiene todo lo que necesitamos para ser justos, para ser declarados justos y para hacernos progresivamente justos... y todo ello se obtiene por fe, es decir, los únicos beneficiarios de lo que anuncia el Evangelio son aquello que lo reciben por Fe.

Lo cual también se concede por Gracia...

Pero fijémonos en algunos detalles que contienen los versículos en cuestión.

Pablo hace una alusión clara en su versículo 17 a una cita del profeta Habacuc,
17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Conviene que no perdamos de vista un detalle, en la primera parte del versículo la palabra justícia alude a Dios -la Justicia de Dios- mientras que en la segunda parte -la cita de Habacuc- la justicia que se menciona es la del hombre.

Por qué Pablo utiliza una cita del Antiguo Testamento cuando existe una diferencia tan grande entre la Justicia de Dios y la del hombre?

La respuesta es que esta cita revela lo que Pablo tiene en mente cuando habla de que en el Evangelio, la justicia de Dios se revela de fe y para fe, porque lo que nos está destacando no es que Dios sea justo si no que Dios imputa su justicia en el hombre para que este pueda ser declarado justo.

El justo, aquel que es declarado justo por la Gracia de Dios de darle Su justicia, vivirá por la fe.

En efecto, el versículo 17 nos dice que la justicia de Dios es revelada puesto que es dada a pecadores para que estos puedan ser justificados, estar en paz con Dios.

Pero hay más.

Pablo en Romanos 1:16-17 emplea una estructura que más tarde empleará en el capítulo tercero.
20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Este versículo pone en relieve el modo en que somos justificados, es decir, lo que nos dice es que nosotros somos incapaces de estar en paz con Dios por mucho que sigamos las obras de la Ley.

Pablo continúa desarrollando esto en el versículo siguiente,
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas.
Véis el paralelismo?

Aparte de la Ley - La justicia de Dios

Se revela - Se ha manifestado...

Es decir, pablo presenta nuestra justificación como una manifestación de la Justicia de Dios, lo cual es perfectamente descrito en los versículos siguientes,
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia,

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús
En definitiva lo que Pablo nos dice es que, en la muerte de Jesús, Dios ha manifestado Su Justicia al castigar nuestro pecado en Jesús e imputarnos su justicia a los que creemos en su trabajo redentor.

La única manera por la que un ser humano puede ser declarado Justo es aparte de la Ley.

El Evangelio demuestra la justicia de Dios no solo porque el pecado recibe su castigo y se observa la Ley de Dios, si no porque los que creen en el trabajo redentor de Jesús son declarados justos al imputársele su justícia.

Esto fue anunciado por Dios en la Ley entregada a Moisés con el sacrificio anual del cordero en el Templo, ya que éste recibía el castigo por los pecados del pueblo y al pueblo se le imputaba la pureza del cordero, un animal sin mancha criado en un lugar de pura santidad: el Templo.

El Evangelio no es solo una declaración de nuestra justicia, si no el anuncio de que Dios ha conseguido la cuadratura del círculo al responder a la pregunta, Cómo puede un Dios justo, perdonar al culpable y seguir siendo Justo?

Y la respuesta es ofrecida en el Evangelio, ya sabes, más el justo vivirá por la fe.

Aún quedan unos cuantos detalles por desarrollar pero será en una próxima entrada porque esto ha quedado largo, largo y largo...

Mientras tanto, Dad gracia a Dios por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.