Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 4 de noviembre de 2011

De Karl Barth, Barreras de Separación, y la Nueva Criatura...


El elemento fatal de destino por el que todos nosotros, padres e hijos, somos humanos, y que por tanto, caemos en la contradicción, en la alienación de Dios, está más allá de toda discusión.
Pero esta consideración no puede ser la definitiva.
La barrera de separación recorre nuestra existencia porque la causamos nosotros mismos, no porque seamos espectadores de dicha tragedia
.

Karl Barth, Gottingen Dogmatics

Ver el pecado como una nube amenazante sobre nuestras cabezas, en vez de como una enfermedad propia de nuestro ser, hace que inevitablemente uno acabe despreciando a todo des-Gracia-do.

En efecto, que el hombre ponga su punto de mira sobre los círculos viciosos de odio existentes en el mundo, sin ver los mismos círculos operando en él mismo, resulta por un lado, en la culpabilización de Dios por todo aquello que es su propia responsabilidad, y por el otro, en un trato condescendiente con su pecado.

Pero el pecado no solo condiciona al ser humano a un trágico fatalismo, sino que es la herramienta que emplea para asentar su condición.

Los problemas del mundo son nuestros problemas, porque son la herencia inherente en nosotros, es decir,
Seré parte de los problemas del mundo, mientras forme parte del mundo.
De ahí la necesidad de morir al mundo, de clavarlo en un madero.

Mientras vivas en la carne, por la carne, y para la carne te verás -en tu ceguera- o tristemente como una víctima más de una injusticia cósmica, o ciegamente como el Pharmako, el héroe capaz de solucionar los problemas del mundo.

La tragedia no acaba aquí, pues el producto tanto de lo primero como de lo segundo es la falta de Misericordia sobre los demás.

No obstante, una vez Dios muestra Su benevolencia y misericordia contigo en la cruz, dejas deverte a ti mismo como parte de la confrontación dialéctica que rige el mundo.

Dios es Dios tanto de los opresores como de los oprimidos, y la redención en la cruz libera del Poder de la opresión tanto a los primeros como a los segundos.

En Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncicisión, sino la Nueva Humanidad que una vez ha sido redimida, liberada, derriba triunfalmente en mansedumbre, todas las barreras de separación que en su estupidez el mundo erige.
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Gálatas 3:28

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


De Humillaciones y Caminos Más Excelentes...


7 Ciertamente la Viña de YHWH de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya.
Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor
.
Isaías 5:7
En hebreo nos encontramos con un juego de palabras muy interesante.

Por un lado tenemos que la palabra hebrea para justicia es 'mishpat', mientras que la palabra para derramamiento de sangre es 'mishpah'.

Por el otro tenemos que la palabra hebrea para justicia es 'tsedeqah', mientras que la palabra para clamor es 'tseaqah'.

El mensaje que Dios transmite es que el derramamiento de sangre es una sutil perversión de la justicia, y de que cuando esto tiene lugar, un clamor desesperado se eleva al cielo.

Las perversiones son precisamente los frutos de la Viña que el Señor plantó, pues vuelven el juicio en derramamiento de sangre, y la justicia en un grito desesperado.

Esta es una de las constantes de las revelaciones de Isaías, la preocupación y enfado de Dios por la perversión de Su Justicia.
16 Pero YHWH de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.
Isaías 5:16
Es esta vulneración de la Justicia aquello que hace que Dios maldiga a Su Viña,
5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada.
6 Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.
Isaías 5:5-6
En efecto, a lo largo del Antiguo Testamento, vemos el siguiente esquema repetirse una y otra vez:
Dios marca a Israel un Camino, advirtiéndoles de no salirse del mismo.
No obstante, dado que los israelitas desobedecen, Dios debe enviarles profetas para que Su pueblo enmiende su mal camino.
Como toda respuesta, se da muerte a los profetas, con lo que Dios debe castigar a Su pueblo cumpliendo las maldiciones del Pacto.
Tras el castigo de Dios, Israel obedece... hasta que la Viña se vuelve a desviar del Camino.

Esto que muchos llamarían Tragedia, es lo que Isaías llama El cantar de mi Amado.

A este cantar alude el Señor Jesús en la parábola de los labradores malvados, donde los terratenientes representan a los líderes religiosos de Israel, y los siervos los profetas.

Ahora bien, en la parábola vemos que este ciclo que describe la relación infructuosa de Dios y Su pueblo, es roto por el hijo del terrateniente, el cual es el último intento de enmienda entre ambas partes, un intento frustrado pues vemos que le echaron fuera de la viña, y le mataron.

Lo irónico de la escena es que los principales sacerdotes y los fariseos, los mismos que le dicen a Jesús que lo más justo sería que a los malos destruya sin misericordia, y arrende su viña a otros labradores, para que le paguen el fruto a su tiempo, son los que intentan echarle mano tan pronto entendienden que hablaba de ellos.

Pero Jesús no es uno más en una larga línea de profetas que precede al Castigo de Dios, es la Solución al ciclo de constantes injusticias y malos frutos de la Viña.
La piedra que desecharon los edificadores,
Ha venido a ser cabeza del ángulo.

Mateo 21:42
La cabeza del ángulo rompe el ciclo, y lo rompe de una manera sorprendente, pues no vemos de nuevo el esquema Ley-advertencia-desobediencia-castigo, sino que ahora el Señor se ofrece a sí mismo como solución para acabar con toda injusticia.

Este es el mensaje de Dios, esta es la manera que Dios nos enseña que hemos de reaccionar ante toda maldad,
21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Romanos 12:21
En efecto, cuando Dios nos dice que la única manera de vencer el Mal es a través del Bien, no nos está pidiendo nada que Él no haga, sino que nos está describiendo Su Camino.

Fíjate, el mal entró en el mundo, el pecado hizo acto de presencia por la desobediencia del hombre.

El responsable del Mal en una Creación perfecta es el hombre, no Dios, pero para acabar con el Mal, Dios ofrece un Camino más excelente.

La humillación, el no aferrarse a los propios derechos como manera de resolver los problemas, incluso de aquellos de los cuales uno no es responsable.

El hombre crea el problema, y cómo lo soluciona Dios?

Humillándose a Sí mismo, tal como vemos en Filipenses 2,
4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
El Amor no busca lo suyo, de ahí que el Bien consista en anteponer las necesidades ajenas a las propias.
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
Derecho divino que le es propio al Logos de Dios.
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Humillación propia por el bien de los demás.
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Este es el Camino más excelente que nos enseña Dios, el anteponer las necesidades ajenas a las propias, hasta el punto de tener que renunciar -por Amor- a los derechos propios, sufriendo humillación si es necesario.

Ahá, o es que creías que lo de camino angosto era una frase hecha...?

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...