Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 3 de diciembre de 2011

De Vidas Escondidas, y Entregas que Son Evidencias...


1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.

Colosenses 3:1-3
Una vida escondida con Cristo en Dios, clava en un madero el sinsentido de la vida.

Una vida escondida con Cristo en Dios, clava en un madero la rabia, la pereza, el tedio, la tristeza, el vértigo, el vacío de una vida que no vale la pena ser vivida.

De ahí que Pablo exorte a los colosenses a dar muerte a palabras y hechos que denigran la vida, pues solo poniendo la mente en las cosas de arriba uno puede vivir una vida que valga la pena ser vivida.

Una vida llena de tropiezos, una vida hacia adelante en medio de muchos tropiezos.

Judas tropezó al traicionar a Jesús, Pedro al negarle, y los diez restantes al abandonarle, pero una cosa es tropezar en el Camino y otra que Jesús sea piedra de tropiezo.

En qué se diferencia el tropiezo de uno, del tropiezo de los otros?
Una cosa es un tropiezo premeditado, calculado y planificado, y otra cosa es el tropiezo que nos acontece cada vez que caemos en debilidad, pues la Salvación no depende del que quiere quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene Misericordia.

No es nuestra determinación la que nos impide caer, no es una mentalización metódica la que nos hace mantener el equilibrio, pues el mismo que dijo dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte, sacó la espada y negó, no una, sino hasta tres veces.

No es el método, no es la planificación, no es nuestra fuerza pues tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

Dame algo a qué aferrarme Rents que me dejas hecho polvo,
31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo;
32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos,

Lucas 22:31-32
Aférrate a eso.
Nuestra confianza en los tropiezos no recae en nuestra capacidad de volver a levantarnos cada vez, sino en que el Señor intercede por nosotros para que perseveremos.

La evidencia de dicha intercesión es la determinación puesta por Dios en nosotros tras levantarnos.

En efecto, uno sabe que ha vuelto, porque confirma a sus hermanos, pues andar como él anduvo no es nada más que entregarse a los hermanos por Amor a Dios.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...