Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 20 de julio de 2012

Del Leudar en Debilidad de la Levadura de Dios...

15 Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
2 Corintios 12:15
Cierto, una de las evidencias del vivir en el Amor de Dios es el propio deterioramiento, pues el Amor -al no buscar lo suyo- empuja al ser humano a entregarse por completo al ser amado.

Esto deja al creyente en un estado de debilidad y necesidad total, en una condición de dependencia que no averguenza, pues todo cristiano se gloría en sus debilidades al saber que estas le hacen Cuerpo.

En efecto, pues una de las obras del Espíritu de Dios es la de elevar a los creyentes a un estado en el que poco a poco los unos van aprendiendo a depender de los otros, a pedir ayuda a los otros, a sostenerse los unos en los otros, pues la levadura del Amor de Dios, no leuda en la autosuficiencia sino únicamente en la más absoluta necesidad.