Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 8 de agosto de 2012

De que Nuestra Suciedad Se Limpia con Sangre...

30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es.
Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

Juan 19:30
En otras palabras, las consecuencias que se articulan del rechazo humano a ensuciarse las manos, es corregido cuando alguien perfora las suyas.