Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 9 de diciembre de 2011

De 1 Juan 5:16 y el Pecado de Muerte por el que No Pedir...


16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.
1 Juan 5:16
Me pregunta un hermanito sobre 1 Juan 5:16 y el pecado de muerte por el que no hay que pedir.

Veamos, a lo largo de su primera epístola, Juan establece opuestos tales como Luz/Sombra, Cristo/Anticristos, Vida/Muerte, Amor/No Amor etc, y lo hace para dejar claro que quien no está con Jesús, está contra él y desparrama su propia condenación.

Esta mútua exclusión aparece perfectamente delineada en el versículo que nos ocupa.

Exacto, desglosemos bien 1 Juan 5:16, para ver qué es lo que nos está diciendo Juan,
Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida;
Cierto, en esta primera parte del versículo, Juan nos insta a orar por todos aquellos hermanos que siendo fieles, caen por debilidad en pecado.
El cristiano, nos dice Juan, no debe culpabilizar el hermano débil, sino ayudarlo en amor.

No acuséis a vuestros hermanos sino más bien pedidle a Dios que les dé fuerzas y los restaure en Su Amor, pues caer en pecado no es señal de no ser de Dios, dice Juan.

La entrega al hermano y la constancia de que caer en pecado no es señal de nos ser de Dios sino algo inherente a nuestra naturaleza, es un mensaje que Juan repite en otras partes de la epístola,
16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
1 Juan 3:16

1 Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo.
1 Juan 2:1
En efecto, Misericordia y oración para con los hermanos débiles en la fe, pues los fuertes deben sostener a los débiles.

Sigamos.
Esto es para los que cometen pecado que no sea de muerte.
Ahá, la promesa de restauración, paz y perdón, es solo para todos aquellos fieles al Señor que luchan contra su pecado por Amor a Dios, para todos aquellos que son de la Verdad, que no practican el pecado, que andan como el Señor anduvo, que aman a sus hermanos, y ese largo etcétera llamado el Camino, pues las bendiciones de Dios son solo para aquellos que están posicionalmente en el Cristo Mesías, pues en ningún otro hay Salvación.

Sigamos ahora con la frase que nos concierne,
Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.
Como decía al principio, en su primera epístola Juan ha establecido opuestos mutuamente excluyentes, pues no se pueden servir a dos Señores.

Quien no ama al Señor, no es de Dios, lo cual revela su verdadera filiación.
10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
1 Juan 3:10
Dios es Luz, nos dice Juan, y en Él está la Vida, por tanto, el pecado de muerte es simplemente el deseo manifiesto y palpable de permanecer en rebeldía contra la Voluntad de Dios, el rechazar consciente y voluntariamente el perdón que es en Jesús, en otras palabras, el amar más las tinieblas que no la Luz.

En efecto, Juan nos habla en diferentes pasajes de todos aquellos que son del Mundo, que practican el pecado, que no viven en amor sincero a los hermanos, y que niegan la mesianidad de Jesús, es decir, los anticristos.

4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la Verdad no está en él.
1 Juan 2:4

9 El que dice que está en la Luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
1 Juan 1:9

19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
1 Juan 2:19

22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.

23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.

1 Juan 2:22-23

10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
1 Juan 3:10

No lo es.
Dios da dos oportunidades al ser humano para evitar su condenación.

La primera es la Ley moral interior.
El hombre sabe qué es el Bien y no obstante, en la mayoría de las ocasiones opta por hacer el Mal y no tratar a su prójimo como le gustaría ser tratado.

Ok, primera oportunidad perdida.
Pero Dios da una segunda oportunidad al ser humano en el Evangelio, y tras ordenar manifiestamente que todo hombre se arrepienta de sus maldades, este persiste en su desobediencia.

Resultado: Condenación.

Por tanto, si para fraseamos 1 Juan 5:16 a la luz de la epístola, Juan nos encontramos con lo siguiente,
Por todos los hermanos que como vosotros luchan contra su pecado en el poder del Espíritu, y caen por debilidad, tratadlos con compasión y orad por ellos, pues Dios nos ha prometido restauración y perdón en Jesús.
Pero no oréis por todos aquellos que sabiendo la Verdad del Evangelio, siguen en rebeldía, practican el pecado y niegan que Jesús sea el Mesías Redentor.
En efecto, no se puede perdonar a nadie que no quiere ser perdonado, de ahí que su repugnancia por las cosas del Dios que es Vida, sea un pecado que resulte en muerte.

La suya.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...