Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



miércoles, 27 de junio de 2012

De Citas de Esas Tan Buenas que No Te Cansas de Releer de Tanto en Tanto... (35)

El pecado no se evalúa por una Ley, una nación, o un sociedad cualquiera, sino por una persona.
La Justicia de Dios no se encontraba en una exigencia, un sistema, un libro o en una Iglesia, sino en una persona, y el pecado se definió en relación a Él.

Y Él vino a revelar no sólo a Dios sino también nuestro pecado.
La esencia del pecado es expuesta por la piedra angular de Su presencia, por nuestra actitud en relación a Él.
ÉL hace manifiesto lo que es la pecaminosidad del pecado, e incluso lo agrava.
Él eleva lo peor y lo mejor de la naturaleza humana, y no hay nada que dicha naturaleza odie más que a un Dios Santo.

Todo el pecado del mundo recibió su más aguda expresión cuando entró en contacto con el Cristo Mesías, cuando ante Su belleza moral, Su bondad, Su poder, y Sus demandas, fue primero ignorado, luego deshechado, denunciado, llamado agente de Beelzebub, y sacado del mundo a la fuerza en el Nombre de Dios.

PT Forsyth, Missions in State and Church: Sermons and Addresses
Genial...