Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 15 de abril de 2011

De la Falsedad de que los Padres de la Iglesia Creían en la Transubstanciación...


Leo con tristeza la entrada de la Wikiepedia sobre la Transubstanciación.
La Transubstanciación es una doctrina católica de la Eucaristía, definida por un canon del Concilio de Trento , aunque en realidad ya figuraba desde el siglo IV puesto que Cirilo de Jerusalen ya lo había redactado en el Catecismo a los Catecúmenos.
El Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía 1500 años se venía creyendo en lo referente a que "la consagración del pan y del vino que se opera en el cambio de...
Y digo tristeza, porque lo que dice no es verdad.

Dicha doctrina fue compuesta e impuesta por el nefasto concilio de Trento como un intento de recuperar la autoridad perdida tras el Cisma.

De repente, la misa católica no solo era legítima, sino que incluso era milagrosa...

En esta entrada leeremos qué pensaban, a modo de ejemplo, San Agustín o el Papa Gelasio I sobre los elementos que compartimos en la Santa Cena.

Empecemos.
En su obra Contra Eustaquio y Néstor, el Papa Gelasio I escribe,
El sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo, los cuales recibimos, son una cosa divina, porque mediante ellos somos hechos partícipes de la naturaleza divina.
No obstante, ni la sustancia ni la naturaleza del pan dejan de ser.
Y con toda seguridad, la imagen y similitud del cuerpo y la sangre de Cristo son celebrados mediante la representación de estos misterios
.
No nos olvidemos que la defición de lo que es Sustancia y Naturaleza habían sido estipulados por el Credo Niceno del 325 d.c., y la declaración de Calcedonia del año 451 d.c., por tanto, el papa Gelasio I sabía de qué estaba hablando cuando escribió lo que escribió.

Tertuliano, otro peso pesado de la cristiandad escribió en su obra Contra Marción,
Entonces, habiendo tomado el pan y habiéndolo dado a Sus discípulos, Él lo hizo Su propio cuerpo diciendo, "Esto es mi cuerpo", es decir, la figura de mi cuerpo.
Otro de los padres de la Iglesia con peso fue San Ignacio de Antioquía.

En sus Cartas a la Iglesia de Tralles, escribió,
Vosotros, por tanto, armaos con amabilidad y recuperad vuestra fuerza por la fe (que es la carne de nuestro Señor), y en Amor (que es la sangre de Jesucristo),
Y en su Carta a los Romanos,
No me deleito en alimentos corruptibles, o en los placeres de esta vida.
Quiero el pan de Dios, que es la carne de Cristo quien es la semilla de David; y para beber quiero su sangre, que es el amor incorruptible.
En efecto, sus escritos muestran que para San Ignacio, el pan y la sangre tenían valor metafórico.

Mucho más claro y enfático fue San Agustín -posterior cronológicamente a Cirilo de Jerusalén- al exponer la simbología de la celebración, en sus comentarios sobre Mateo 16
Dejemos que los que comen, coman, y los que beben, beban; dejemos que los hambrientos y los sedientos, coman Vida, y beban Vida.
[...]
Esa bebida, qué es sino vivir? Come Vida, bebe Vida; y tendrás vida, y Vida completa.
Pero entonces así será, es decir, el Cuerpo y la Sangre de Cristo será la Vida para el hombre, si lo que se toma en el sacramento de modo visible es en verdad comido espiritualmente, bebido espiritualmente.
Pues hemos oído que el Señor mismo dijo, "Es el Espíritu lo que da vida, pero la carne nada aprovecha. Las palabras que os he hablado son Espíritu y son vida"
.
Asimismo, en su Respuesta a Fausto escribió,
A pesar de que creemos que no es obligación el ofrecer sacrificios, reconocemos los sacrificios como parte de los misterios de la revelación, a través de los cuales las cosas profetizadas eran meras sombras. Por cuanto eran nuestro ejemplo, y en muchas y variadas maneras apuntaban al único sacrificio que ahora conmemoramos.
Ahora que nos ha sido revelado este sacrificio, y ha sido ofrecido en el tiempo escogido, dicho sacrificio no es considerado como un acto de adoración, a pesar de que retenga su autoridad simbólica
.
Más adelante, en la misma obra, San Agustín incide en el aspecto conmemorativo de la Santa Cena, no en re-presentación alguna,
Los hebreos, de nuevo, en sus sacrificios de animales, que ofrecían a Dios en variadas formas, de acuerdo al significado de lo instituído, tipificaba el sacrificio oferecido por Cristo.
Este sacrificio es igualmente conmemorado por los cristianos, en la sagrada ofrenda y participación del cuerpo y sangre de Cristo.

Antes de la llegada del Cristo, la carne y sangre de este sacrificio era anunciado mediante la muerte de los animales.
En la pasión de Cristo, los tipos fueron cumplidos por el verdadero sacrificio. Después de la ascensión del Cristo, este sacrificio es conmemorado en el sacramento.
Símbolos, el pan y el vino son símbolos del sacrificio de Jesús.

Son el pan y el vino, el cuerpo y la sangre del Señor?

Sin duda.
Pero de la misma manera que tú y yo somos cuerpo de Cristo, o de la misma manera que el Señor es la Vid y nosotros los pámpanos.

Una vez más, hemos de dejar claro que de entre los errores romanos, este sea tal vez de los más inofensivos.

No obstante, es bueno saber al menos qué replicar al romano cuando afirma en referencia a la Transubstanciación, que El Concilio de Trento no hace más que confirmar lo que hacía 1500 años se venía creyendo.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...




Fuentes: Aomin Ministries
Monergism.com
Blog de Bismarck