Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



domingo, 4 de septiembre de 2011

De que la Falta de Amor de los Demás No Afecte al Tuyo...

19 [...] Y dicho esto, dícele: Sígueme.
20 Volviéndose Pedro, ve á aquel discípulo al cual amaba Jesús, que les seguía, [...]
21 Así que Pedro vió á éste, dice á Jesús: Señor, ¿y éste, qué?
22 Dícele Jesús: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué á tí? Sígueme tú.
Juan 21
Exacto, qué importa lo que hagan los demás a tu alrededor?

Qué importa que no amen a Dios sobre todas las cosas, ni quieran servir a sus hermanos.

Qué importa que no hayan muerto al mundo, que la vida cristiana sea para ellos pura competitividad, o que vean a las mujeres como trozos de carne?

Qué importa que confundan tu amabilidad con estupidez, tu mansedumbre con cobardía, o tu Amor con miedo?

Sigue fiel a tu Amor, sigue al Señor que te amó y dio su vida por ti.

No te dejes arrastrar por la corriente, ni tomes la falta de Amor de los demás como excusa para dejar de hacer lo que te pide el corazón, es decir, lo que debes.

¿Qué á tí? Sígueme tú...

Pues eso...