Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



domingo, 15 de mayo de 2011

De la Esclavitud de Vivir Sometido al Veredicto de los Jueces del Mundo...


11 Porque YHWH me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:

12 No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo.

13 A YHWH de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.

Isaías 8
Una cosa es la aceptación intelectual de que Dios es el Juez único del universo, y otra muy diferente es vivir bajo esta certeza.

Durante muchos años, estuve preocupado por lo que pensaban de mí mis hermanos, mis compañeros de trabajo, mis amigos, mis familiares...

Afirmaba en todas partes que Dios es nuestro Juez, pero vivía sometido al veredicto de miles de jueces a mi alrededor.

Si perseveráis en mi doctrina, seréis verdaderamente discípulos míos, y conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres, dijo el Señor nuestro Dios, de donde se infiere que nada que venga de Dios nos esclavizará.

En efecto, una de las Verdades que nos reveló el Cristo es que Dios es nuestro único Juez, y que por tanto, hemos de vivir buscando agradarle únicamente a Él.

Y vivir esta realidad es extraordinariamente liberador.

Liberador de la esclavitud de la opinión de los miles de jueces a nuestro alrededor que en nuestra estupidez y debilidad, levantamos contínuamente, dándoles un poder que debemos reservar únicamente para Dios.

Esto no significa que debamos ser insensibles a las opiniones de los demás, ni que debamos ser indiferentes a las necesidades ajenas.

Lo que esto significa es que nuestra única preocupación debe ser agradar a Dios.
10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Gálatas 1
Métete esto en la cabeza: Ni nuestras palabras, ni nuestras acciones, ni nuestra forma de vida podrán agradar jamás a quien es del mundo.

Jamás.

No busques agradar a los demás porque su veredicto siempre será condenatorio.

Siempre.
3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;

1 Pedro 4
Por tanto, dado que es literalmente imposible servir a dos Señores, dado que amistad con Dios es enemistad con el mundo, ocúpate y preocúpate únicamente de agradar al Señor, pues de eso va todo.

Solamente alguien que haya vivido durante años sometido a la esclavitud del qué dirán, puede apreciar la libertad que supone el no caminar el camino de ese pueblo, ni llamar conspiración a lo que ellos llaman conspiración.

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...