Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 26 de marzo de 2012

De Flavio Josefo, Revueltas, Oráculos y Profecías Selladas...


Una de las razones por las que los judíos del siglo I se revoltaron contra Roma fue -según Flavio Josefo- mesiánica.
Cierto, en su Antiguedades Judías, el historiador escribe lo siguiente:
Pero lo que más les incitó a la guerra fue un oráculo ambíguo que se encuentra en sus Sagradas Escrituras en las que se decía que venido el tiempo, uno de los de su país sería el gobernador del mundo.

Para ellos esto quería decir uno de su propio pueblo, y muchos hombres sabios erraron en su interpretación.
Este oráculo, sin embargo, aludía al gobierno de Vespasiano, que fue proclamado Emperador mientras estaba en Judea
.

Flavio Josefo, Antiguedades Judías 6.5.4 312-315
En algo tenía razón Josefo, pues muchos sabios del mundo se equivocaron en su interpretación, pues nadie que no haya nacido de nuevo podrá ver nunca las cosas del Reino de Dios.

El Rey de este mundo vino a lo suyo, y aunque los suyos no le recibieron, inauguró su Reino en la tierra, no sustituyendo a los reinos del mundo, sino estableciéndolo en medio de ellos.

El Reino de Dios está entre nosotros, porque está en nosotros, pues dado que todo reino es el dominio de un Rey, los del Reino de Dios somos aquellos que vivimos de acuerdo a la autoridad de Dios sobre nuestras vidas.

Y al vivir de acuerdo a Dios, anticipamos y anunciamos lo que el mundo será cuando en el Fin de los Días, el Rey venga a juzgar a la humanidad y transformar su creación, dando este mundo trasnformado como herencia a los que al mismo tiempo somos Justos y pecadores, y abrasando en su Juicio a los ciegos que creyeron que no necesitaban médico.

Y entonces todos veremos.
Veremos como fuimos vistos, conoceremos como fuimos conocidos, y entenderemos las parábolas que hablaban del Reino como un campo que de suyo crece sin que uno sepa cómo.
Entonces veremos, veremos cómo el fuego del Juicio declarará que más que súbditos fieles que son llamados amigos, hemos sido malos ciudadanos de un Reino al que -a pesar de habernos pedido oro, plata y piedras preciosas- solo hemos sido capaces de ofrecerle madera, heno y hojarasca...

Ahora bien, a qué oráculo debió referirse Flavio Josefus?
Al capítulo 9º de Daniel, pues incluye un tiempo específico.
20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de YHWH mi Dios por el monte santo de mi Dios;
21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.
22 Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
23 Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.
24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

Daniel 9:21-24
El marco de esta oración y profecía fue durante el exilio babilónico al que Israel había sido castigado por su falta de fidelidad al Pacto.
14 Por tanto, YHWH veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es YHWH nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz.
Daniel 9:14
Daniel, tras leer las profecías de Jeremías y ver que estas aludían a setenta años de desolación, le pregunta a Dios si ya es tiempo de volver a casa.
Y Dios le revela buenas y malas nuevas mediante el ángel Gabriel.
Las buenas es que al fin sus pecados serán perdonados y volverán a estar en Paz con Dios.
Y las malas es que la desolación no serán 70 años, sino 70 semanas de años, es decir, 7 veces 70.

Y Dios cumplió Su Palabra, pues 490 años después, el Santo de los Santos Ungido, vino para llevar a su pueblo a Casa...
17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Mateo 4:17
Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...