Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 22 de enero de 2010

De que No Hay Otro Lugar

No te olvides de esto, toda la Gracia que Dios nos otorga, nos la da sólo recorriendo un Camino de comunión con Jesús crucificado.

No te extrañes de esto porque conoces el Evangelio, Cristo vino para ocupar tu lugar, y tú debes colocarte con él y luchar diariamente por permanecer allí, el único lugar de toda la tierra que es suyo y tuyo: la cruz.

Es suyo por libre elección y es tuyo por maldición de pecado.

A lo primero lo llamamos Amor a lo segundo Naturaleza Caída.

Amor porque Cristo no tenía ninguna obligación de ocupar tu lugar, ya sabes, si este mundo no exisitiera Dios seguiría siendo Eterno, Omnipotente, Santo, perfecto... pero él vino a buscarte y tú sólo puedes encontrarle allí.

En serio, en ningún otro sitio puedes encontrarle, pero no tengas miedo.

No sabes que las veces que más utiliza Jesús el modo imperativo en los Evangelios es mediante esta fórmula?

No temáis, no tengáis miedo...

Por tanto hazle caso y no temas, porque él transformó un lugar de maldición en uno de bendición al librarte de la maldición haciéndose maldición muriendo tu muerte.

Aférrate a la cruz, puesto que cuando estás en ella, a pesar de ser por naturaleza pecador y digno de eterna separación de Dios, participas de su bendición y recibes Vida Eterna.

En ninguna otra parte salvo en el único lugar de toda la tierra que es suyo y tuyo se encuentran maldición y bendición, Vida y liberación, justicia y redención...

Y de la misma manera que tu maldición le señalaba la cruz como el único lugar en el que podía unirse a ti por completo, su bendición te señala la cruz como el único lugar en el que podías unirte a él.

Por tanto, no temas, aférrate a ella y no temas.

Él tomó tu cruz como la suya propia, toma tú la suya como la tuya propia.

Tu naturaleza maldita debe permanecer clavada en la cruz, y sólo permaneciendo crucificado cada día puedes morir y disfrutar del Poder de Su Vida.

Por todo ello, dad gracias a Dios en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...



Entrada inspirada por la altamente recomendable lectura del libro Permaneced en Cristo de Andrew Murray...