Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 29 de noviembre de 2010

De Problemas con la Definición Arminiana de Libre Albedrío y la Acción del Espíritu Santo.


Es común la acusación en contra del calvinismo de que éste presenta a los seres humanos como marionetas, y a Dios como causante de pecado.

La fuente de dicha acusación es la incomprensión de lo que significa Libre Albedrío.

En efecto, Libre Albedrío no significa la capacidad del ser humano de elegir entre el Bien o el Mal, significa la capacidad de todo indivíduo de seguir su propia voluntad.

Y ahí está el problema, pues la Palabra nos enseña que hasta que Dios no libera al ser humano de su esclavitud al pecado, este no puede ir a Dios.

Una vez liberado, el hombre se vuelve a Dios voluntariamente, de ahí que el hombre no sea una marioneta.

Así pues, si alguna vez, tras citar Porque es Dios quien produce en vosotros tanto el querer como el hacer para que se cumpla Su Buena Voluntad, te han acusado de presentar al hombre como un títere, manipulado por una voluntad ajena, en esta entrada encontrarás argumentos para refutar dicha acusación.

En efecto, en esta entrada voy a desarrollar por qué la postura arminiana es incapaz de explicar algunos pasajes que ejemplifican el versículo que acabo de citar, y lo haré demostrando que el hecho que Dios produzca en nosotros el querer y el hacer, no supone la anulación de nuestra voluntad.

'amos pa'llá!

Para este análisis tomaremos como ejemplo dos pasajes clave para entender el asunto que nos ocupa, es decir, la retirada de Jesús al desierto para ser tentado.

Así pues, por un lado tenemos,
1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

Mateo 4
Y por el otro,
12 Y luego el Espíritu le impulsó al desierto.

13 Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían
.
La concepción arminiana de lo que significa la acción de Dios por el Espíritu sobre la voluntad humana es incapaz de explicar este pasaje sin entrar en contradicción con su antes mencionada acusación.

Cierto, en estos pasajes vemos cómo el Espíritu fue el causante de que Jesús se retirara al desierto.

Para describir la acción del Espíritu, los evangelistas utilizan los verbos llevar (aunque en algunas traducciones se emplea el verbo guiar), e impulsar.

En este punto deberíamos preguntar al que nos presenta como titiriteros, es que el Espíritu Santo forzó a Jesús a hacer algo que él no quería?

Es que no respetó su voluntad?

Nos están describiendo los evangelistas un pasaje en el que Dios Espíritu actúa cruelmente con Dios encarnado?

Si fuera así, [MODE IRONY ON] Jesús tuvo que pasar por una angustia terrible pues aunque él no quería ir al desierto a morirse de hambre, el Espíritu le obligó a marchar, sin importarle la violencia con la que vulneraba la libertad de Jesús de ir por ahí con la tripa llena [MODE IRONY OFF]...

Afortunadamente, no es el caso.

En efecto, todos y cada uno de los actos de Jesús iban orientados a hacer la Voluntad de Dios, por tanto, cómo explicar las palabras de los evangelistas?

Qué estaban diciendo cuando nos hablaban de que el Espíritu llevaba o impulsaba a Jesús a retirarse al desierto?

Bien, tanto Marcos como Mateo nos están hablando de la eficacia de la Gracia de Dios, y de la libertad de la voluntad humana trabajando juntas.

No una en contra de la otra, en incruento conflicto, sino juntas, a una.

Cómo era Jesús llevado/guiado e impulsado al desierto?

Bien, por un lado tenemos la atracción irresistible de Dios Espíritu, y por el otro la voluntad de Dios Hijo de ir al desierto.

La atracción del Espíritu juega el papel de Causa, mientras que el ir de Jesús, el papel de respuesta de su voluntad.

Así es como era Jesús guiado e impulsado al desierto.

Sin conflictos.

Sin cuerdas -que a modo de marioneta- sujetasen a Jesús a hacer lo que no quería.

Lo mismo nos pasa a nosotros, no es cierto?

El creyente es guiado por el Espíritu a apartarse del pecado... pues el mismo Espíritu le ha capacitado para querer apartarse del pecado.

El creyente -Espíritu Santo mediante- ha sufrido una transformación interior que le ha hecho ser nueva criatura.

Este cambio ha supuesto una liberación de su estado de esclavitud al pecado, lo cual se articula en un deseo voluntario, por parte del creyente, de hacer la Voluntad de Dios el resto de su vida.

En efecto, la filosofía humana insiste en que la voluntad es la que gobierna al hombre, mientras que la Palabra constata que es el corazón,
8 Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.

Mateo 15:8

21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,
Marcos 7

34 !!Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

Mateo 12
El problema de base es que el corazón del hombre natural es carnal, enemigo de Dios.

Sin embargo, mediante la fe, Dios cumple la promesa de circuncidarlo del cuerpo pecaminoso,
6 Y circuncidará YHWH tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a YHWH tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
Deuteronomio 30
Esta promesa la recibimos los de la fe de Jesús,
10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados
Colosenses 2

28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne;

29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Romanos 2
Pero dejemos el fascinante tema de la circuncisión del corazón para otra entrada y no nos desviemos del tema.

En efecto, decía que según la Palabra, el ser humano es gobernado no por su voluntad sino por su corazón pecaminoso.

G.S. Bishop nos describe esto en su análisis de Génesis 3:6,
"Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos", (Sentido-Percepción-Inteligencia);
"y tomó de su fruto, y comió" (Voluntad)
En efecto, la voluntad es la facultad de elegir, la causa inmediata de toda acción.

Tanto el concepto del Bien como el del Mal, deben estar presentes en la mente humana antes de optar por una u otra acción.

No obstante, la Palabra nos dice una y otra vez que hay algo que influencia toda elección humana: el pecado.
37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí.
Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,

38 ni tenéis su palabra morando en vosotros;
(Pecado en el hombre)

[...]

40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida. (Voluntad actuando en consecuencia)
La voluntad humana está determinada por el pecado, de ahí que sea incapaz de ir a Dios, de hacer la Voluntad de Dios,
7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
Romanos 8
La voluntad humana no es decisoria.

No es causa, es efecto.

No es soberana, es esclava.

La capacidad de elegir en el hombre está determinada por influencias, cuyo efecto son las voliciones humanas, y en tanto que efecto, dicha capacidad es sierva, no señora.

Esta es la razón por la que no podemos predicar la absoluta libertad del ser humano pues estaríamos postulando un efecto incausado.

Ex nihili nihil fit, es decir, Nada puede producir Algo.

En resumen, sin la intervención de Dios, la voluntad humana solo puede elegir entre dos males, pues el fin de todas y cada una de sus acciones es ella misma, su propio ego.

El hombre es libre de hacer su voluntad, solo que esta voluntad es incapaz de ir a Dios, ya que está sometida al pecado.

Lo mismo pasa con los presos en un patio de prisión.

Por un rato pueden ir donde quieran del patio, pero nunca pueden sobrepasar sus muros.

Tiene libre albedrío un preso?

Sí.

Tiene libertad?

No.

Tenía libre albedrío Jesús?

Sí.

Tenía libertad?

También.

Era el corazón de Jesús esclavo de su pecado?

No.

Era guiado Jesús por el Espíritu al desierto?

Sí.

Era su voluntad ir al desierto?

Sí.

Tiene libre albedrío un incrédulo?

Sí.

Quiere ir a Dios y dejar su forma de vida?

No.

Ha quedado claro y puedo acabar esta entrada?

Sí.

Debería alargarla algo más?

Pa'qué?

Lo dejo aquí?

Por favor...


domingo, 14 de noviembre de 2010

De Por Qué Colosenses 1:24 No Es un Argumento Católico

Uno de los versículos que más repiten los católicos para defender la insuficiencia del sacrificio de Jesús en la cruz es Colosenses 1:24,
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
Una lectura superficial de dicho versículo, hace que el católico encuentre justificación en sus sacramentos, no obstante, como demostraré en esta entrada con ayuda de Dios, dicho versículo no es nada más que una descontextualización más dentro del argumentario católico.

En efecto, porque lo primero que hemos de tener claro es que si Pablo está diciendo que el sacrificio de Jesús en la cruz no fue suficiente para redimir a su pueblo, y que hemos de obrar para alcanzar la Salvación...

Estamos ante un problema.

Por qué?
Porque la Biblia nos deja claro, por un lado, la absoluta suficiencia del sacrificio de Jesús en la cruz, y por el otro, que la Salvación es por Gracia, no por obras.

De ello he hablado en entradas anteriores.
Recomiendo una lectura de aquellas que se encuentran bajo las etiquetas de Efesios, las de la serie titulada De Cuáles Son los Errores del Catolicismo a la Hora de Definir qué Es la Justificación, y sobretodo la entrada titulada De Hebreos 10:14, ya Sabes, de que con Un Sacrificio Hizo Perfectos para Siempre a los que Está Santificando o, Nada de Penitencias, para entender por qué no puede ser que Pablo nos esté hablando de la necesidad de un contínuo obrar para completar la insuficiencia del sacrificio expiatorio de Jesús.

Por tanto, de que nos está hablando Pablo?

Como siempre, hemos de ir al contexto de la carta a los colosenses.

En efecto, el propósito de dicha carta es combatir la herejía de Colosas, una herejía que -entre otras cosas- sobrevaloraba a los ángeles, minusvalorando consecuentemente a Jesús, de ahí que uno de los objetivos de Pablo sea el de recalcar el papel preeminente de Jesús en el Plan de Dios.

No es irónico que sea precisamente de una carta a través de la cual Pablo quiere mostrar la absoluta supremacía de Cristo, de donde han tomado el catolicismo argumentos para defender la insuficiencia del sacrificio de Jesús?

Cierto, es irónico.
Y trágico.

Pero volvamos al tema.
Si leemos dicha carta, comprobamos de inmediato el propósito de Pablo a la hora de demostrar la absoluta supremacía de Jesús,
8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

9 Porque en él habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente,

10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad
.
Nada de adorar ángeles, dice Pablo, pues Dios los creó mediante Jesús, nada de insuficiencias, pues Jesús reconcilió el mundo mediante su sacrificio, el mundo es cristocéntrico, afirma Pablo una y otra vez a lo largo de esta epístola.

Así pues, de qué nos está hablando Pablo en 1:24?

De santificación, no de justificación, pues esta última es realizada exclusivamente por Dios.

Los cristianos somos justificados por Gracia mediante la fe, no por nuestras obras, pues Dios planeó que fuera así para garantizar la promesa a los de la fe.

Es decir, en nuestra justificación, el obrar no tiene papel alguno, no obstante, en nuestra santifcación, el obrar tiene un papel fundamental.

La santificación es el proceso que se desarrolla a lo largo de la vida del creyente mediante el cual, el Espíritu Santo que mora en él, va moldeando su carácter a imagen de Cristo.
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Romanos 8
En la santificación, es necesario obrar y -con la ayuda de Dios que mora en nosotros- vencer las tentaciones, despojarnos de los viejos ropajes de nuestra pasada naturaleza, y avanzar en el conocimiento de nuestro Creador.

Es el Espíritu Santo que mora en nosotros el que produce en nosotros tanto el querer como el hacer, pues es la garantía de nuestra redención final, de nuestra Salvación,
6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Ahá, todavía no he contestado a la pregunta de qué nos está hablando Pablo.

Pablo nos está hablando de su propia santificación.

Leamos de nuevo el versículo, y enmarquémoslo en el contexto,
24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;
Pablo les está diciendo, todas mis luchas, todos mis sufrimientos, en realidad me producen alegría (Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros), pues son necesarios para dar fruto.
16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
2 Corintios 4
Este fruto es el abandono de la vieja naturaleza que me tenía esclavizado, es el moldeamiento de mi carácter a imagen de Jesús (y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo), es decir, completo en mí aquello que me falta para ser imagen de Jesús.

Como hemos visto en la cita de Romanos 8:29, los cristianos estamos llamados a ser imagen de Jesús,
19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,
Gálatas 4

10 a fin de conocerle, (A Jesús) y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
Filipenses 3
Esta idea -el llamado a perseverar hasta ser imagen de Jesús por medio del Espíritu Santo- es corroborado unos pocos versículos más adelante cuando dice,
26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,


[...]

29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.
En efecto, Pablo nos está hablando de su ministerio para con los gentiles, anunciar a Jesús morando en los creyentes.

Y de qué manera lleva adelante Pablo dicho ministerio?

Mediante el poder de Cristo -el Espíritu Santo- en él.

Esto -la recepción del Espíritu Santo en el pueblo de Dios- es descrito por Pablo como un misterio, un mysterion, lo cual es una palabra que describe a todo designio de Dios que hasta el momento había sido mantenido oculto por Dios, pero que es revelado en este tiempo.

El contexto inmediato no nos habla de Justificación, nos habla de santificación, de cómo obra Pablo su ministerio, del Espíritu Santo que mora en todo creyente, y de la transformación que este misterio -Cristo en nosotros- produce en todo cristiano.

En el capítulo tercero de esta misma carta, Pablo repite todo lo que hemos visto, fijaos:
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;

[...]

7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.

8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.

9 No os mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
Pablo les dice, aquello ya ha pasado, sois salvos e hijos de Dios, por tanto, actuad en consecuencia, es decir, no haced y haced para ser salvos, sino, ya que sois salvos, actuad en consecuencia pues ahora Dios -mediante Su Espíritu- os ha capacitado para ello.

Sois nuevas criaturas y las nuevas criaturas actúan en consecuencia, y andan como Jesús anduvo
10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,.
Colosenses 3
De ahí que Pablo les deje claro a los colosenses que es Dios que mora en ellos, quien les está transformando
10 para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;
En resumen, Pablo no nos está hablando en Colosenses 1:24 que él deba sufrir para completar el insuficiente sacricio de Jesús, no nos está diciendo que él debía obrar para ser salvo, lo que simplemente nos está diciendo es que a través de los sufrimientos que le causan el tener que llevar el Evangelio por el mundo, él va moldeando su carácter a imagen de su Creador, es decir, va santificándose.

Mientras meditais en todo ello, dad gracias a Dios Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


viernes, 5 de noviembre de 2010

De que Cristo Es nuestro Reposo, por tanto, Nada de Guardar el Sábado...


Hace poco, navegando por la blogosphera... naufragué en un blog adventista.

Como no podía ser de otro modo, se debatió sobre el sábado.

En esta entrada explicaré brevemente por qué los cristianos no debemos observar no solo el sábado, si no ningún día de reposo.

Empecemos.

La primera vez que aparece la palabra Shabbath -reposo- en la Biblia es en Génesis 2:2,
2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.
Lo primero que le viene a uno a la cabeza es, por qué un ser Omnipotente, Todopoderoso tendría que reposar, acaso estaba cansado Dios?

En absoluto, Dios nos dejó esta frase por algo muy sencillo que veremos en esta entrada.

Sigamos.

La necesidad de observar el Sábado no apareció en la Palabra hasta que que Dios entregó la Ley a Moisés.

En efecto, durante seis días a la semana los judíos podían trabajar, dejando el séptimo como reposo,
11 Porque en seis días hizo YHWH los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, YHWH bendijo el día de reposo y lo santificó.
Éxodo 20
Cuando los adventistas defienden que Dios santificó el sábado desde la creación, lo hacen malinterpretando este versículo.

En dicho versículo no leemos que Dios estableció la observancia sabática desde la creación, pues antes de Moisés, no hay ni un solo versículo que nos indique que alguien guardara el sábado en toda la Biblia.

Lo que dice el versículo en cuestión es que Dios santificó el día de reposo.

Qué dia de reposo? se tiene que preguntar uno.

El día de reposo por el que fue creado el mundo... esto lo veremos en seguida.

Sigamos.

La Ley mosaica obligaba a los judíos a obrar contínuamente para conseguir su Salvación, cierto?

Los israelitas debían cumplir los 613 mitzvots -leyes- para ser aceptables a Dios, una tarea hercúlea que la naturaleza pecadora del ser humano hacía imposible.

De este modo, la misma Ley que les obligaba a cumplir toda esa suerte de reglamentaciones, establecía que los israelitas debían ofrecer sacrificios contínuamente por sus pecados.

Y digo contínuamente porque dichos sacrificios no podían borrar sus pecados...
1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.

3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados;

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados
.
Hebreos 1
Es decir, la Ley fue entregada no para traer Salvación, sino para evidenciar el pecado, la debilidad de la carne y la necesidad de un Salvador.
20 En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
Romanos 5

4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.
Romanos 10

19 Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios.

20 Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.

Romanos 3

19 Entonces, ¿para qué sirve la ley?
Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.
Gálatas 3
La Ley, los rituales, la necesidad de obrar y obrar incesantemente para ser aceptable a Dios tenía el fin de mostrar la imposibilidad de conseguir la Salvación por obras, y mostrar que el único modo era apelando a la Misericordia de Dios.
26 Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?

27 Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios.

Marcos 10

Cómo afecta esto al sábado?

De un modo absoluto.

La clave está en el 4º capítulo de la epístola a los Hebreos tal y como veremos más adelante.

Sin embargo, no olvidemos que los primeros capítulos de la susodicha han servido para que el autor establezca la absoluta autoridad de Jesús sobre los ángeles, para presentar la figura de Jesús como nuestro Sumo Sacerdote.

De este modo, el autor nos insta a que no endurezcamos nuestros corazones ante Jesús, para que nuestro fin no sea el mismo que el de los hebreos que endurecieron el suyo en el desierto.

En otras palabras, lo que nos dice es que pongamos nuestra fe en Jesús pues como vemos los israelitas murieron en el desierto por su falta de fe.
7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz,

8 No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto,

9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron,
Y vieron mis obras cuarenta años.

10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación,
Y dije: Siempre andan vagando en su corazón,
Y no han conocido mis caminos.

11 Por tanto, juré en mi ira:
No entrarán en mi reposo.

12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo;

Hebreos 3
La advertencia es clara, poned vuestra fe en la Buena Nueva, no sea que os pase como a vuestros antepasados.
17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?

18 ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron?

19 Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.

Hebreos 3
Ahora bien, qué tiene que ver esto con el reposo y el sábado...?

Como dije la solución está en el capítulo 4º, pero sin una introducción aclaratoria no podría entenderse en su totalidad.

Leamos qué nos dice dicho capítulo,
1 Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.

2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.

3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo:

Por tanto, juré en mi ira,
No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.

4 Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.

5 Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo.

6 Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia.

8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo no hablaría después de otro día.

9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.

10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.

11 Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia
.
No es evidente ahora el por qué Jesús dijo que era el Señor del Sábado?

Cuál era el reposo que quedaba para el pueblo de Dios?

El Cristo, el Mesías.
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

Mateo 11
Los que creemos en Jesús, reposamos de nuestras obras de justificación pues somos salvos por Gracia, no por obras.
8 Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 2
No hemos de obrar y obrar para ser aceptables a Dios, obramos y obramos pues hemos sido llamados a buenas obras.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Efesios 2
Nuestras obras no son de justificación, son producto del amor hacia Aquel que nos amó y dio su vida por nosotros.
20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2
En resumen, la Ley no fue entregada para poder cumplirse si no para manifestar el pecado en el ser humano.

Al mismo tiempo, el Sábado -la necesidad de la observancia sabática- anunciaba la necesidad de un redentor, de un Salvador que diera reposo a Su pueblo, anunciaba la Gracia de Dios, el reposo de las obras de justificación del pueblo de Dios, reposo concedido por la Gracia de Dios.

El Plan de Salvación de Dios se forjó desde antes de la fundación del mundo, y se hizo para glorificar Su Gracia, de ahí que Dios santificara el Shabath en el Principio.

Mientras meditais en todo ello, dad gracias a Dios Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo.