Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 15 de febrero de 2013

De Citas de Esas Tan Buenas que No Te Cansas de Releer de Tanto en Tanto... (59)

47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. [...]
50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.

Lucas 7:47-48,50
Al respecto de es este pasaje, dice Ravi Zacharías en su libro Why Jesus?,
Con mucha sutileza, Jesús apunta que no es la cantidad de la deuda aquello que importa, sino la conciencia de deuda no saldada.
La mujer reconoció algo que el fariseo no: la necesidad de perdón.

Esto está muy cerca de la esencia del Evangelio.
El efecto más dañino del pecado, es la falta de conciencia del mismo.

[...]

Pero Jesús no respndió al valor monetario del perfume sino a las lágrimas que relejaron la profundidad del remordimiento por su pecado, y la motivaron a desprenderse d la única cosa que podría haber reclamado como su tesoro.

Esta es, de nuevo, una historia de contrastes: aquella que era rechazada fue aquella aceptada por Jesús, mientras que el santurrón del fariseo estaba muy lejos de Jesús en espíritu.

Amén...