Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 23 de abril de 2011

De 2 Corintios 5:10 o, Cómo Refutar un nuevo Intento Arminiano de Dar Protagonismo a las Obras en Nuestra Salvación...


10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5
Hace poco en un debate con un arminiano, se citó 2 Corintios 5 como demostración del papel fundamental de las obras en nuestra Salvación.

Si resulta que somos salvos por Gracia, no por obras, por qué la Palabra explica claramente que la Salvación depende de nuestras obras? Preguntó el susodicho.

Pero no, el versículo citado no dice eso, y dicho razonar es fruto de una lectura superficial de la Palabra, haciéndole decir lo que no dice.

En efecto, Dios nos explica claramente en varios pasajes, que ya hemos sido juzgados en Cristo, que la sentencia fue condena a muerte por nuestros pecados, que morimos con él, que resucitamos con él, que la Ley ya no nos acusa, y que gracias a nuestro sustituto, estamos en paz con Dios.
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Romanos 5

1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Romanos 8
Cristo es nuestra paz con Dios, con las demandas de la Ley de Dios, no perdamos esto de vista.

Por qué digo esto?
Porque qué nos está diciendo Pablo en el versículo en cuestión?

Que quien nos juzgará será Jesús.
Que los juzgados seremos nosotros.
Que dicho juicio será tras la muerte.
Y que aquello que será objeto de juicio serán nuestras obras en vida.

En vida regenerada, es decir, estando ya en Cristo.

Volvamos a leer el versículo en cuestión, en su contexto, para ver esto.
10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5
En efecto, Pablo dirige sus palabras a los hermanos (es necesario que todos nosotros), recordándoles que al Hijo, le ha sido entregada por Dios Padre autoridad de hacer juicio, que dicho juicio será -de acuerdo al propósito establecido por Dios- tras la muerte, y que cada uno recibirá de acuerdo a sus obras, tal como el mismo Cristo nos enseñó.

Es que estamos introduciendo bajo mano la enseñanza de que en el fondo nuestras obras tienen un papel en nuestra Salvación?

En absoluto, no olvidemos que la Biblia es un todo, y sobretodo, no hagamos decir a los textos lo que no dicen.

En dicho pasaje, Pablo enseña a los Corintios que -independientemente de que seamos salvos por Gracia, no por obras- nuestro obrar en vida es tremendamente importante.

En efecto, una vez en el Tribunal de Cristo, nuestras obras serán la pública evidencia de la autenticidad de nuestra fe, pues uno puede andar un tiempo en el Camino, pero no puede recorrerlo toda su vida a no ser que tenga el Espíritu en él.

Nuestra vida es un reflejo del cambio interior producido en nosotros, es un reflejo de nuestra muerte al mundo, de nuestro nuevo nacimiento a una vida por y para Dios, recordáis a Juan advirtiéndonos contra la secta de los gnósticos y diciéndonos,
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Juan 2

7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
1 Juan 3
Tus obras no te salvarán, sin embargo, son reflejo de la Verdad que está en ti, si estás por fe, en Cristo, debes actuar en consecuencia.

La Salvación es por fe, es decir Sola Fide, sin embargo, la fe auténtica nunca viene sola.

Exacto, la fe auténtica viene acompañada de un determinado obrar, un obrar producido de modo natural pues el árbol podrido que antes daba fruto para muerte, ahora da fruto para santificación.
19 ...así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Romanos 6
Por tanto, qué es lo que será juzgado en el Tribunal de Cristo?

Será juzgado y premiado, el fruto que hayamos dado con los dones recibidos.

Esto es lo que el mismo Pablo les dice a los Corintios en la primera epístola en un pasaje que los romanistas interpretan que alude al Purgatorio.
8 Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.

12 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,

13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.

14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.

15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.

1 Corintios 3
Este pasaje ya lo hemos analizado con anterioridad aquí.

La Parábola de los talentos nos habla de lo mismo, es decir, de que habrá diferentes grados de recompensa en relación a las obras de cada uno en la fe.

La Salvación se recibe por fe, cierto, pero se manifiesta con nuestro obrar.

El juicio por el que todo hombre pasará tras su muerte, será o para recompensa por su obrar en la fe, o para condenación.

Tú que eres de la fe, que ya has sido juzgado, sentenciado a muerte, muerto y resucitado en Cristo, pasa por aquí que quiero ver qué has hecho con los talentos que te di.

Y tú que no eres de la fe, da cuenta por tus obras de acuerdo a la Ley interior que puse en ti,
nos dirá el Señor nuestro Dios.

El juicio, el fuego, revelará si las obras de cada uno eran producto de una vida regenerada, o eran egoistas, es decir, si las buenas obras tenían como fin ganar méritos delante de Dios para conseguir una Salvación, que el mal llamado cristiano no creía que hubiera sido ganada exclusivamente por el Señor.

Si yo obro y obro para ameritar la Gracia suficiente que me permita alcanzar la Salvación, tal como defiende la perspectiva arminiana, estoy diciendo que creo en Dios, que creo que Jesús es el Camino, que creo en mil y una cosas...

Excepto que la Salvación es por Gracia, y que es obra exclusiva de Dios mediante el Señor Jesús.

Si yo obro así, creo que Jesús es mi Señor, pero no mi Salvador, pues si yo no obro de determinada manera, no alcanzaré dicha Salvación.

Las obras, el fin de tus obras, revela la naturaleza de tu fe.

Y no pierdas cuidado que tú, como el resto del mundo, serás juzgado de acuerdo a todo ello.

Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...