Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



domingo, 10 de febrero de 2013

De Cómo el Himno nº 11 de San Efrén el Sirio Refuta el Dogma de la Inmaculada Concepción de María...

Tan pronto leí el Himno nº11 de San Efrén de Siria, Padre y Doctor de la Iglesia, lo primero que me pareció curioso fue que da voz a la Virgen María, pues está escrito en 1ª persona.

Pero lo que inmediatamente me llamó la antención es que tal vez estuviera ante el texto -aparte de la Biblia- más antiguo que refutaba el dogma de la inmaculada concepción de María, la madre del Señor.
Cómo debería llamar extraño a nosotros a aquel que es de nosotros?
Debería llamarte Hijo?
Debería llamarte hermano?
Marido debería llamarte?
Señor debería llamarte, o niño que dio a Su madre un segundo nacimiento de entre las aguas?

Porque soy tu hermana, de la Casa de David nuestro padre.
De nuevo, soy Tu madre por concepción, y Tu esposa por Tu santificación, Tu sirvienta y Tu hermana por la sangre y las aguas por las que me redimiste y bautizaste.

El Hijo del Altísimo vino y moró en mí, y yo fui Su madre, y como por un segundo nacimiento yo le engendré, él me engendró por un segundo nacimiento, porque Él puso los ropajes de Su madre, ella vistió su cuerpo de Su Gloria,
San Efrén nos presenta a una María redimida y nacida de nuevo, lo cual nos lleva a preguntarnos que si María era sin pecado tal como sostiene dicho dogma, qué necesidad tenía de redención y nacer de nuevo...?

Este texto del siglo IV d.c. demuestra una de las tesis protestantes a saber, que el dogma de la inmaculada concepción era absolutamente desconocido entre los Padres de la Iglesia.