
15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos.En la tradición judía la culminación de la ceremonia nupcial tiene lugar cuando el marido levanta el velo de la esposa y le dice Harei at mekudeshet li, es decir Consagrada a mí.
16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
2 Corintios 3:15-16
Y aunque todos sabemos perfectamente que Pablo no aludía a esto en este pasaje, hay algo que me ha venido a la cabeza mientras leía sobre estas ceremonias, a saber:
Que del mismo modo que el velo que cubre a la novia impide que el novio vea a su consagrada hasta que no son Una carne, el velo que nos impide ver que somos miembros los unos de los otros, el velo que evita que seamos capaces de comprender que somos los guardianes de nuestros hermanos, el velo que opaca la realidad de que somos Uno en el Espíritu... no se levanta hasta que no nos convertimos a Cristo.
Y mediante ese des-cubrimiento, encontramos en nuestro prójimo, al Señor.
Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...