Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



martes, 15 de marzo de 2011

De que Algunos Argumentos Católicos para Defender la Transubstanciación Son una Mala Idea...


A menudo -con el fin de demostrar la literalidad de las palabras de Jesús en Juan 6:50-55, y así apoyar la idea de la transubstanciación- el apologeta católico hace notar la reacción de los judíos a las alusiones de Jesús sobre la necesidad de comer su carne, y beber su sangre, como la demostración de que Jesús no estaba hablando en sentido metafórico, sino absolutamente literal.
52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
Juan 6
Genial, tomar como argumento el razonamiento de personas sin fe, e incapaces de entender las Verdades espirituales de Dios, es una mala idea.

Argumentar que el modo en que los judíos interpretaron las palabras de Jesús es la demostración que el Señor estaba hablando en sentido literal, es algo así como sostener que para ver el Reino de Dios hemos de entrar otra vez en el vientre de nuestra madre...
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Juan 3
Mientras meditáis en todo ello, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


15 comentarios:

Emilio Alegre dijo...

"Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía, de la que a nadie es lícito participar, sino el que cree ser ciertas las cosas por nosotros enseñadas y se haya lavado con el lavatorio para el perdón de los pecados y la regeneración, y viva del modo que Cristo nos enseñó. Pues no tomamos estas cosas como el pan ordinario o una bebida ordinaria, sino que al modo como Jesucristo nuestro Salvador, hecho carne por virtud del Logos de Dios, tuvo carne y sangre por nuestra salvación, así el alimento eucarístico, por virtud de la oración de la palabra que viene de Él, fuimos enseñados que es la carne y sangre del mismo Jesús hecho carne".

San Justino mártir, Apología 66. Siglo II.

¿1500 años de cristianismo estaban equivocados? ¿La Tradición unánime de la Iglesia está equivocada? Hasta la Iglesias que han permanecido aisladas desde antes del siglo VIII y la invasión musulmana, siguen creyendo hoy en que el Pan y el Vino son el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Renton dijo...

Longinos:
de Él, fuimos enseñados que es la carne y sangre del mismo Jesús hecho carne".

Tengo una traducción diferente, pero como buen calvinista, bebo mucho de las fuentes de San Agustín,

Esto que estáis viendo sobre el altar de Dios, ya lo visteis la pasada noche; pero no se os dijo qué cosa es y qué significa y cuán profundos misterios y enseñanzas esconde. ¿qué veis, pues? Pan y un cáliz; de lo cual salen fiadores vuestros mismos ojos; pero, para ilustración de vuestra fe, os decimos que este pan es el cuerpo de Cristo y el cáliz es su misma sangre.
He aquí la verdad en dos palabras, quizá suficientes para la fe; mas la fe requiere conocimiento, desea instruirse; lo dice un profeta: no entenderéis si no creyereis.
Ahora podríais decirme: pues nos ordenas creer, explícanoslo para que lo entendamos .(…)
Estas cosas, hermanos míos, llámanse sacramentos precisamente porque una cosa dicen a los ojos y otra a la inteligencia.
Lo que ven los ojos tiene apariencias corporales, pero encierra una gracia espiritual.
Si queréis entender el cuerpo de Cristo, escuchad al apóstol: vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros.
Si, pues, vosotros sois el cuerpo de Cristo y los miembros de Cristo, lo que está sobre la santa mesa es un símbolo de vosotros mismos, y lo que recibís es vuestro propio símbolo (mysterium).
Vosotros mismos lo refrendáis así al responder: Amén. Se os dice: he aquí el cuerpo de Cristo y vosotros contestáis Amén, así es.
Sed, pues, miembros de Cristo para responder con verdad: Amén.

Renton dijo...

Y ¿por qué bajo las apariencias de pan? No pongamos nada de nuestra cosecha: dígalo el apóstol quien, hablando acerca de este sacramento, escribe: aunque muchos en número, somos un solo pan, un solo cuerpo.
Entendedlo y regocijaos. ¡Oh unidad!¡oh verdad!¡oh caridad!. Un solo pan. ¿qué pan es éste? Un solo cuerpo.
Recordad que un solo pan no se halla formado de un grano solo, sino de muchos.
Cuando recibisteis los exorcismos, estabais por así decirlo bajo la muela del molino; cuando recibisteis el bautismo os hicisteis algo así como la pasta, y os coció en cierta manera el fuego del Espíritu Santo. Sed lo que veis y recibid lo que sois. Esto es lo que dijo el apóstol sobre este pan.

Y respecto al cáliz, aunque no lo dijo, lo dejó entrever.
Para formar esta apariencia sensible de pan se ha conglutinado, mediante al agua, la harina de muchos granos, símbolo de lo que decía la Escritura de los primeros fieles: no tenían sino un solo corazón y una sola alma en Dios; así acaece en el vino.
Recordad, hermanos cómo se hace. Muchos granos cuelgan, formando un un racimo, pero el licor de los granos se confunde en uno solo.

Tal es el modelo que nos ha dado nuestro señor Jesucristo; así es como quiso unirnos a su persona y consagró sobre su mesa el misterio simbólico de la paz y unión que debe reinar entre nosotros.
Quien recibe el misterio de unidad y no tiene el vínculo de la paz, no recibe un misterio que le aproveche, sino más bien un sacramento que le condena.


Símbolos, el hermano nos habla de símbolos...

Renton dijo...

Oh, y si sigues leyendo a San Justino verás que inmediatamente habla de pan y vino sin alusión alguna a transubstanciación alguna.

Pero el hermano Agustín continúa,

Cristo viene a nosotros, para hacernos templo suyo; pero es preciso además que nosotros vayamos a él, para ser por él incorporados como cuerpo suyo.
Por eso no le falta razón cuando insiste en que comemos verdaderamente el cuerpo de Cristo en la medida en que lleguemos a ser cuerpo de Cristo, unidos en íntima comunión (como la cabeza y sus miembros) con él y entre nosotros.


Y en otra obra escribe,

Sólo reciben el cuerpo de Cristo quienes ya lo son. “Comer esta comida y beber esta bebida es lo mismo que permanecer en Cristo y tener a Jesucristo, que permanece en sí mismo.
Y por eso, quien no permanece en Cristo y en quien Cristo no permanece, es indudable que no come ni bebe espiritualmente su cuerpo y su sangre, aunque material y visiblemente toque con sus dientes el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo


Y también,

Cuando se come a Cristo se come la vida. No es que se lo mata para luego comerlo, sino que él da la vida a los muertos. Cuando se lo come da fuerzas, sin él debilitarse.
No tengamos miedo de comer este pan pensando en que tal vez se pueda terminar y después no encontremos qué tomar. ¡Qué Cristo sea comido; cuando es comido vive, puesto que muerto resucitó!
No se lo parte en trozos cuando lo comemos.
Así acontece en el sacramento, los fieles ya saben cómo comen la carne de Cristo: cada uno recibe su parte (…).
Se la come en porciones, pero permanece todo entero; en el sacramento se lo come en porciones, y permanece todo entero en el cielo, todo entero en tu corazón. (…)
Comamos tranquilos el cuerpo de Cristo que no desaparece lo que comemos; comámoslo para no desaparecer nosotros. ¿En qué consiste comer a Cristo?
No consiste solamente en comer su cuerpo en el sacramento; muchos lo reciben indignamente y a ellos dice el Apóstol: Quien come el pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, come y bebe su condenación .
Pero ¿cómo ha de ser comido Cristo? Como él mismo lo indica: Quien come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él .
Entonces, si él permanece en mí y yo en él, es entonces cuando me come y bebe; quien, en cambio, no permanece en mí ni yo en él, aunque reciba el sacramento, lo que consigue es un gran tormento”.

En la materialidad de los signos sensibles se revela la virtud, fruto o fuerza que contiene y trasmite el sacramento. “Esta comida y esta bebida significan la común unidad entre el cuerpo y los miembros que es la Iglesia
.

Símbolos maravilloso, pero de la misma manera que nosotros nos nos transoformamos en piedras vivas, somos ciertamente piedras vivas por el Espíritu para edificar un Templo de Dios.

Renton dijo...

Longinos:
¿1500 años de cristianismo estaban equivocados? ¿La Tradición unánime de la Iglesia está equivocada?

Una herejía no es validada por su antiguedad, pues desde el siglo I se viene negando la divinidad del Señor.

:]

Emilio Alegre dijo...

Renton, yo no digo que todo lo qu se haya creído desde el siglo I tenga que ser cierto. Lo que digo es que algo que no tiene tradición en siglos de cristianismo no puede ser cierto. A menos que pensemos que nosotros hemos inventado el cristianismo y que todos los anteriores eran herejes.

En cuanto a lo que dice San Agustín, creo que coges el rábano por las hojas. Evidentemente que todo sacramento en un símbolo. Pero un sacramento es un símbolo perfecto, porque contiene lo que significa. Eso es lo que significa en profundidad el término sacramento "sacramento".

Y por cierto, para no hacerles el juego a los herejes: el arrianismo, herejía que niega la divinidad de Cristo, no apareció hasta el siglo III con Arrio, presbítero de Alejandría. Lo primero que se negó de Cristo fue precisamente todo lo contrario: su humanidad, decían que sólo tenía apariencia humana, y que era sólo Dios. Sin embargo, la Iglesia siempre ha creído que Cristo era verdadero Dios y verdadero Hombre, desde el siglo I hasta nuestros días, lo que es fácilmente comprobable por multitud de escritos de santos, desde el siglo I al XXI.

Emilio Alegre dijo...

Y Renton, conozco bien esa doctrina, pero no sé si te das cuenta de lo que significa de verdad. Lo que significa es que todos los que participamos del Cuerpo de Cristo nos hacemos Uno con Él. Por eso la Eucaristía es el sacramento de los sacramentos. La Eucaristía hace la Iglesia. Por eso los católicos, pese a las divisiones, somos Uno con los ortodoxos, porque comemos del mismo Pan. No hay Iglesia sin Eucaristía. Y no hay verdadera Eucaristía en la comunidades eclesiales protestantes. Si hay "cena" es un símbolo sagrado despojado de su realidad, celebrado sin la Autoridad de Cristo. Es un sacrilegio, un teatro. Eso es usar la imagen de Dios para negar su voluntad.

Renton dijo...

Longinos:
Lo que digo es que algo que no tiene tradición en siglos de cristianismo no puede ser cierto.

Emilio, con esto que dices estás tirando piedras contra tu propio tejado, pues el dogma de la ascensión de María es del 1950.

Ahora bien, analiza lo que está diciendo Justino Martir en contexto.

Es el pan el cuerpo de Cristo?

Sin duda.

Es el vino su sangre.

Seguro.

Es la iglesia su cuerpo.

Absolutamente.

Se transforma mágicamente el pan en el cuerpo de Jesús?

Pues no... es un símbolo.

Se transforma todo creyente en una oreja, o un dedo cuando es incorporado en el cuerpo del Señor?

Estás loco? es un símbolo!

Etc...

En el mismo texto que me adjuntaste y que el catecismo secciona, Justino vuelve a citar los alimentos como lo que son: alimentos que bajo la fe cobran una significación espiritual, sagrada.

Si Justino hubiera estado diciendo lo que estás queriendo hacerle decir, cómo es que los padres de la iglesia que le siguieron -como el propio Agustín- nos habla de símbolos?

Justino tienen razón, por virtud de la oración de la palabra que viene de Él, fuimos enseñados que es la carne y sangre del mismo Jesús hecho carne, pues el mismo Señor nos lo dijo,

Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

El pan es el cuerpo del Señor, pero Jesús nos está hablando de una Verdad espiritual a través de las realidad físicas.

En efecto, eres cuerpo de Jesús pero sigues siendo Emilio.

La doctrina de la trans. no es nada más que un intento de ganar autoridad sobre las demás ramas cristianas, fíjate en qué época se redactó.

E decir, la eucaristia católica no solo es santa, es milagrosa...

Emilio Alegre dijo...

Renton 1950 es el año de la proclamación de la doctrina de la Asunción como dogma, pero esa doctrina tiene una enorme y antigua tradición, que se remonta a los Padres de la Iglesia. Ya otras veces te he dado pruebas de ello. Así que me extraña mucho que vuelvas a sacar este tema de la misma forma.

Renton dijo...

Has entendido de qué nos hablaba Justino Emilio?

El pan es el cuerpo del Señor, el vino es su sangre, pero no porque se transorme milagrosamente, sino porque simbolizan una cosa y la otra.

:|

Emilio Alegre dijo...

Renton, si te fijas, Justino dice que el Pan y el Vino son el Cuerpo y la Sangre de Cristo del mismo modo que Jesucristo es el mismo Verbo encarnado.

La forma en que Dios toma cuerpo y naturaleza humana se conoce como unión hipostática. Pues bien, la Eucaristía es, como dice San Justino, mártir, una unión de la misma naturaleza, la misma unión hipostática. Y eso es lo que dice que a él le enseñaron, ya desde el siglo I.

Por cierto, yo no he sacado ese texto del Catecismo, sino de una selección de textos de los Padres Apostólicos, que son los que recibieron su enseñanza de los Apóstoles, como el propio San Justino.

Es más, si te fijas, San Justino dice que el pan y el vino pasan a ser Cuerpo y Sangre de Cristo, en virtud de la oración enseñada por el propio Cristo. En cambio, para que una cosa sea un símbolo, no se necesita más que el mutuo acuerdo de las partes. Mira, entre tú y yo, por ejemplo, las letras HC van a ser símbolo a partir de ahora de que somos hermanos en Cristo. Basta eso, y se hace. Pero para que el pan y el vino sean Cuerpo y Sangre de Cristo hace falta pronunciar sobre ellos la oración enseñada por Cristo, porque no es un mero símbolo, sino que el mismo Cristo ha querido esa unión hipostática.

Además, sabrás que desde tiempos inmmemoriales, hay en la Iglesia testimonios de mártires que han dado su vida por evitar la profanación de la Eucaristía. Porque creían que verdaderamente el Pan y el Vino eran el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Hace unos años hice une exposición de mártires eucarísticos, y encontré ejemplos de todos los tiempos, desde el principio hasta nuestros días.

San Tarsicio, niño, llevaba en sus manos la Eucaristía, escondida entre unos paños, para hacérsela llegar a los cristianos que aguardaban las fauces de los leones. Descubierto, intentaron los romanos quitarle este Tesoro, pero él se negó y defendió con tal fuerza que lo molieron a palos y murió allí mismo.

En la China comunista, una niña entró día tras día en una iglesia profanada para tomar la Eucaristía desparramada por el suelo, burlando la vigilancia de los soldados. El último día, cuando había tomado toda, la descubrieron y la mataron con la culata de un fusil. Ahora, tú verás lo que haces con esta muestra de la gracia del Espíritu Santo.

En cambio

Emilio Alegre dijo...

En cambio... decía, nosotros somos miembros del Cuerpo de Cristo, pero de su Cuerpo Místico. No es lo mismo. Eso tampoco es un símbolo, sino que es una realidad de tipo espiritual. La misma realidad, por cierto, por la que Cristo y la Iglesia son Uno. Y para formar parte plenamente de ese Cuerpo Místico (real, no simbólico), que es la Iglesia, hay que recibir el Cuerpo Eucarístico de Cristo (real, no simbólico). Por eso decimos que la Eucaristía hace la Iglesia.

Emilio Alegre dijo...

Por mucho que te empeñes, la doctrina de que el Pan y el Vino son verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo es lo que han creído los cristianos hasta que un tal Lutero lo negó. No es un invento de Trento, lo que es un invento es lo de Lutero. La prueba es que los ortodoxos, que se separaron más de 500 años antes del Concilio de Trento, también creen en la Eucaristía como Cuerpo y Sangre real de Cristo. Y los etíopes, que llevan aislados aún mucho más, desde antes del siglo VIII, creen lo mismo. Y las liturgias mozárabes, que son heredadas de lo que celebraban los visigodos en España y que aún se celebran en nuestro país tal como entonces, muestran lo mismo. Decir otra cosa es negar la realidad. Lo de Lutero en el siglo XVI, de negar la presencia real y convertirla en presencia simbólica, fue un invento y un gran pecado contra la fe y la enseñanza del Espíritu Santo.

Emilio Alegre dijo...

Símbolo es, no cabe duda, pero símbolo perfecto, que contiene lo que significa. Eso es un sacramento. El sacramento del Bautismo simboliza la filiación divina y en él se produce exactamente eso mismo que se simboliza, por la sangre de Cristo. Eso es lo que hemos creído siempre los cristianos.

Renton dijo...

Longinos:
Renton, si te fijas, Justino dice que el Pan y el Vino son el Cuerpo y la Sangre de Cristo del mismo modo que Jesucristo es el mismo Verbo encarnado.

Del mismo modo que los creyentes somos el cuerpo del mismo Verbo encarnado.

Si tú quieres creer que el pan se transforma en carne, y el vino en sangre, créelo.

Entre todas las doctrinas católicas esta es de las pocas que es inofensiva.

Longinos:
Eso es lo que hemos creído siempre los cristianos.

No.
Y por lo visto San Agustín tampoco lo creía...