Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 14 de marzo de 2011

De Citas de Esas Tan Buenas que No Te Cansas de Releer de Tanto en Tanto (3)

Por consiguiente, tanto la fe inicial como la consumada o perfecta son un don de Dios.
Y así, quien no quiera contradecir a los evidentísimos testimonios de las divinas letras, de ninguna manera puede dudar que este don es concedido a unos y negado a otros.
Mas por qué no se concede a todos, es cuestión que no debe inquietar a quien cree que por un solo hombre incurrieron todos en una condenación indiscutiblemente justísima; de suerte que ninguna acusación contra Dios sería justa aun cuando ninguno fuera libertado.
Así consta cuán inmensa es la gracia de que sean libertados muchísimos; y qué es lo que a éstos se les debería, ellos mismos lo pueden reconocer en los que no son libertados; a fin de que quien se gloría, no se gloríe en sus propios méritos, viendo que éstos de por sí son iguales a los de los mismos condenados, sino que se gloríe en el Señor.
Mas ¿por qué salva a uno con preferencia a otro? ¡Insondables son los juicios de Dios e inescrutables sus caminos! Mejor nos será escuchar y decir aquí la palabra del Apóstol:
Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios...?
Que no lo que nosotros solemos asegurar como si supiéramos lo que quiso que permaneciese oculto el que no pudo querer ninguna cosa injusta.

De la Predestinación de los Santos, Capítulo 16
En efecto, San Agustín comprendió -pues conocía las Escrituras- lo que implicaba el concepto de Gracia.

Que alguien sea salvo por Gracia, implica forzosamente que de entrada, el susodicho estaba condenado, o que salvarse estaba fuera de sus posibilidades.

De otra manera, la Gracia ya no es Gracia.

Por tanto, aprende esto amigo arminiano, aprende cuál es el punto de partida: Todos los hombres merecían el justo Juicio y condenación por sus maldades.

Pero Dios...

Mientras meditáis en todo esto, dad gracias a Dios por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


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