Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 21 de octubre de 2011

De Trinidades, Pericóresis y Juan de Damasco...


21 para que todos sean uno; como , oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 La Gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos Uno.
23 Yo en ellos, y Tú en mí, para que sean perfectos en Unidad.

Juan 17:21-23

Leo que Juan Damasceno fue de los primeros en emplear con especial insistencia el término Pericóresis para expresar la Unidad y Comunidad de la Santa Trinidad, es decir, el habitar mútuo de todos y cada Uno de los miembros de la Trinidad, pero sin confusión alguna de Uno con Otro.

En efecto, para Juan de Damasco Dios es Uno en Su Ser, aunque expresado en tres sustancias, cada una de las cuales posee la misma esencia divina de modo que las tres habitan en cada una de la otra en plenitud, aunque sin perder cada Una de ellas Su individualidad.

Dios, Su Palabra (el Verbo encarnado en el Mesías), y Su Espíritu son Un único Dios, sin embargo, hacemos distinciones entre dichas sustncias, simplemente en relación al papel de sumisión y cesión mútua que desempeña cada Uno, dentro del Plan Redentor mediante el cual Dios se manifiesta a Su creación.

Dios Padre -eterno, no engendrado, no enviado- habita en Dios Hijo, y Dios Espíritu.
Dios el Hijo -eterno, engendrado, enviado- habita en el Padre y en el Espíritu.
Dios Espíritu -eterno, no engendrado, enviado- habita en el Padre y en el Hijo.

Esta comunión (común Unión) trinitaria se produce de manera indivisible, es decir, en unidad de acción, pues solo hay Un impulso, Una acción común en las tres sustancias, de manera que el hombre escogido por Dios Padre, será redimido por Dios Hijo y santificado por Dios Espíritu, en Unión con Padre, Hijo y Espíritu.

Qué importancia tiene esto para los creyentes?

Toda, pues cada creyente es llamado junto al resto del cuerpo de creyentes, a esta misma común unión conjunta con Dios Padre y Dios Hijo mediante el poder de Dios Espíritu en él.

Cuando las alegrías de mis hermanos son mis alegrías, cuando sus penas son las mías mediante el Amor producto de la acción del Espíritu en mí, es cuando puedo decir que experimento la presencia viva de los demás dentro de mí, es cuando puedo decir que soy un cuerpo con ellos, es cuando soy Uno con ellos.

Y esta unión espiritual con los hermanos, solo podrá llevarse a cabo si el creyente está verdaderamente en comunión con Dios.

Una vida en Santidad es una vida vivida en Cristo mediante el poder del Espíritu, para mayor Gloria de Dios Padre, por tanto, cuanto más avanzamos en Santidad -en ser imagen del Hijo quien a su vez es imagen del Padre- más experimentamos el propósito de Dios para con los seres humanos: un ser a imagen y semejanza Suya.

Pero dado que Dios es Unidad en Santa Comunidad, el indivíduo no desaparece en esta Unidad, pues mantiene su individualidad.

Común Unión de Dios en nosotros y de nosotros en Dios, es lo que llamamos Santificación, el moldeado a imagen de Dios Hijo el cual es imagen de Dios Padre, mediante la acción del Espíritu en nosotros.

Más adelante publicaré más, pues siento la necesidad de hablar sobre un tema tan central como olvidado en nuestra fe.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...

3 comentarios:

Jorge R. Díaz dijo...

Muy buen comentario, aunque tengo una inquietud, ¿Porque no hay citas donde exprese de alguna manera que el Espíritu Santo esta en el Padre, en el Hijo y viceversa?
Bendiciones.

Renton dijo...

Hola Jorge!

Jorge:
¿Porque no hay citas donde exprese de alguna manera que el Espíritu Santo esta en el Padre, en el Hijo y viceversa?

Disculpa pero no entiendo qué quieres decir con viceversa.

El Espíritu mora en Dios Padre, en la Palabra encarnada y en los que somos Uno con ella, pero por viceversa entiendo que el Padre y el Hijo moran en el Espíritu, lo cual no comparto.

Podrías aclararme tu pregunta por favor?

Dios te bendiga!
:)

P. Juan Pedro dijo...

1Cor 2,10s «Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿qué hombre conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios»