27 Por este niño oraba, y Yahvé me dio lo que le pedí.La pérdida ocasionada por los hijos de Eli, fue compensada por la ganancia del hijo de Ana, pues la depravación de Ofni y Finees fue compensada por la consagración de Samuel.
28 Yo, pues, lo dedico también a Yahvé; todos los días que viva, será de Yahvé.
Y adoró allí a Yahvé.
1 Samuel 1:27-28
No es que existan los vasos comunicantes, sino que es necesario un medio a través del cual comunicar la Gracia de Dios, de modo que cuando el corazón de los llamados se endurece, Dios levanta hijos hasta de las piedras.
O de una matriz seca.
Y es que muchos son los llamados, pero pocos los escogidos, de modo que cuando no sabemos qué ponernos y rebuscamos en el armario de Gálatas 5:19-21, y nos calzamos con lo que encontramos en Romanos 8:5-8, no es de extrañar que nada nos siente bien, pues aunque el cuerpo nos empuja a Egipto, el Espíritu vive a causa de la justicia, de ahí que cuando perdemos la carne encontramos el Espíritu.
Y es que toda pérdida comporta un hallazgo mayor de lo perdido, de ahí que quien pierde encuentra al buscar, y quien busca halla lo que había perdido.
Y lo curioso es que aquel cuyos padres temían haber perdido y encontraron en la Casa de Su Padre, era Aquel enviado a buscar lo que se había perdido, y así llevarlos de vuelta a Casa:
La de Nuestro Padre...
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