Le preguntaron a la Sabiduría, 'Cuál es el castigo para el pecador'?, y ella les contestó 'El mal persigue a los pecadores'.El texto rabínico encara la 'teshuva' -arrepentimiento- desde tres perspectivas distintas mediante tres personificaciones: La Sabiduría, la Profecía, y la Ley de Dios.
Le preguntaron a la Profecía, 'Cuál es el castigo para el pecador'?, y ella les dijo 'El alma que pecare morirá'.
Le preguntaron a la Torah, 'Cuál es el castigo para el pecador'?, y ella dijo 'Dejar que traiga una ofrenda por su culpa como expiación'.
Le preguntaron al Santo, bendito sea, 'Cuál es el castigo para el pecador'?, y Él les dijo 'Dejar que se arrepienta y sea expiado'.
Yalqut Shime'oni, Salmo 25
Ninguna de las tres afronta el pecado más allá de lo externo y ritualístico, mientras que Dios lo hace partiendo primero desde un interior que da valor y sentido lo ritualístico, pues por un lado Dios no se complace con la muerte del malvado, y por el otro sin un cambio interior toda ofrenda es inútil.
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