Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 2 de septiembre de 2011

De que No Por Mucho Obrar, Se Da Fruto Más Temprano...

1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado
,

2
Sino que en la ley de Yahweh está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche
.

3
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae,
Y todo lo que hace, prosperará
.
Salmo 1
Parte de la belleza del Salmo 1º radica en la profundidad en sencillez del contraste ofrecido entre una intranquilidad impotente y una fructífera serenidad.

El escarnecedor es comparado a paja arrastrada por el viento, mientras que el justo a un árbol que da fruto.

Todas las labores del primero se desvanecen y caen en el olvido, mientras que el fruto del justo permanece para siempre.

Calma.

A veces nuestro deseo en amor de obrar por y para Dios degenera en un ánimo obsesivo por estar ocupados, creyendo así que damos fruto.

Pero una cosa no se desprende necesariamente de la otra.

La confianza en Dios que proviene de una vida andando en el Espíritu, no puede recordarnos a la nerviosa hiperactividad propia de toda mundanidad.

La actividad puede ser nociva, si nos ocupamos más en la obra que en la finalidad última de la obra.

En efecto, pues todo fruto es un milagro de Dios obrado a través de nosotros, entregado mediante Su Gracia a un corazón plantado junto a corrientes de aguas, que medita en Él día y noche con el único propósito de hacer Su Voluntad.

Calma.
Necesito más de eso.


Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...

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