Poonen dice que las personas no regeneradas que toman el nombre de cristiano, son como un vaso de barro vuelto boca abajo.
El agua que es la Palabra de Dios, resbala por él, y riega a todos aquellos que le rodean, pues el poder no está en la persona sino en la Palabra.
El interior del vaso está sucio, pero el exterior humedece todo lo que le rodea, asegura.
En cambio, las personas regeneradas son como un vaso de barro boca arriba de cuyo interior brotan ríos de agua viva.
Las personas que les rodean reciben las mismas aguas que refrescan a todos aquellos que rodean los vasos boca abajo, pero a diferencia de aquel, el vaso regenerado tiene su interior limpio.
Y tal vez por esto, Pablo escribe,
18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.Amén...
Filipenses 1:18
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