Un día, mientras estaba sentado a la orilla del río, agarré una piedra redonda del agua y la partí por la mitad.Dolorosamente ilustrativo.
Su interior estaba perfectamente seco, a pesar del hecho de haber estado inmersa en el agua durante siglos.
Lo mismo pasa con muchas personas de occidente.
Durante siglos han estado rodeadas de cristianismo, viviendo inmersas en sus beneficiosas aguas.
Y no obstante, nada ha llegado a sus corazones, no lo aman en absoluto.
La culpa no es del cristianismo en sí, sino de los corazones de las personas, endurecidos por el materialismo y el intelectualismo.
Sadhu Sundar Singh
Me preocupa ver lo mismo entre la mayoría de mis hermanos reformados.
Conocen todas las doctrinas, entienden todos los misterios, pero la Misericordia de Dios no ha llegado a sus corazones.
Es como si creyeran que Jesús vino a reemplazar a unos 'maestros de la Ley' por otros, centrándose en el mucho saber e ignorando que la santidad implica transformación interior.
En Espíritu, no en letra.
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