Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 8 de mayo de 2010

De qué es el Evangelio (2)


Al final de la primera parte de esta serie, me preguntaba que, si resulta que Dios es Justo.

Si resulta que eso es una mala notícia para nosotros porque el hombre no puede dejar de infringir la Ley de Dios, es decir, de pecar.

Si resulta que Dios no puede dejar de observar Su Ley -castigar al culpable- porque entonces dejaría de ser Justo.

Si resulta que toda alma pecadora pierde la vida eterna y está condenada a la eterna separación de Dios porque donde hay Santidad no puede haber pecado.

Y si resulta que Evangelio significa Buena Nueva...

¿Cuál es entonces la buena nueva que anuncia el Evangelio?

Hasta ahora solo hemos visto malas notícias, no es cierto?

Pues bien, la Buena Nueva es que Dios es Amor y que nos ha dado una oportunidad en Jesús.

Solo una.

Dios ha encontrado la manera de responder a la pregunta Cómo puede un Dios Justo perdonar al culpable y seguir siendo Justo, satisfaciendo Su Justicia contra el culpable, perdonándolo y dándole vida eterna.

Y el Señor lo hace así...

Dios -el Verbo de Dios- se encarna en un ser humano, lleva una vida perfecta de acuerdo a la Ley de Dios, una vida que nadie es capaz de llevar, y acepta recibir en él, el castigo que nos corresponde a nosotros.

La respuesta a la pregunta de Cómo puede un Dios Justo perdonar al culpable y seguir siendo Justo, es la Cruz.

La Cruz demuestra que Dios es Santo, Justo y Amor.

Justo porque la Justicia de Dios se observa; el pecado recibe su castigo: la muerte.

Santo porque la Santidad de Dios no se ve afectada; a todas las almas de los que creemos en Jesús se les imputa su justícia, la vida justa de acuerdo a la Ley de Dios que vivió.
Por tanto, todos los que creemos en el trabajo redentor de Jesús, todos los que creemos que resucitó como demostración de que su sacrificio había sido aceptado, podemos tener comunión con Dios.

Y Amor porque Dios no tenía por qué darle vida eterna a unos cuantos seres humanos, es decir, si Dios no hubiera creado este mundo, Dios seguiría siendo Perfecto, Omnipotente, Santo, Justo...

Pero por Gracia, por pura Gracia, Dios decidió dar el regalo de la vida eterna a unos pocos seres humanos, unos pocos seres humanos que jamás podrían haber hecho nada para merecer dicha Gracia.

Porque somos salvos de la eterna separación de Dios por Gracia.

En efecto, en la cruz hay una transferencia de justicias.

Jesús recibe el castigo que nos corresponde a nosotros por nuestros pecados, y a los que creemos en él, se nos imputa su justicia, su vida sin pecado.

Esto ya fue anunciado en el Antiguo Testamento en los sacrificios del Templo.

Una vez al año, el Sumo Sacerdote agarraba un cordero sin mancha ni defecto, imponía las manos sobre él, y simbólicamente la imputaba los pecados del pueblo.

Acto seguido ejecutaba la Ley de Dios, El alma que pecare, esa morirá, es decir, degollaba al cordero.

El pecado del pueblo recibía su castigo -la muerte- y al pueblo se le imputaba la justícia, la pureza del cordero.

Pues bien, Jesús era el Cordero de Dios.

Juan Bautista cuando ve a Jesús dice, He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo...

Jesús llevó una vida sin pecado de acuerdo a la Ley de Dios y aceptó recibir en él, el castigo que nos habría correspondido a nosotros.

Este regalo, el perdón de los pecados al ser Jesús quien carga con el castigo que suponen, y la imputación de la justícia de Jesús se recibe única y exclusivamente por fe.

Por eso los cristianos decimos que somos salvos por Gracia mediante la fe, no por obras.

Es decir, yo no soy salvo por ir de aquí y allá predicando el Evangelio, yo no soy salvo porque ore mucho o dé dinero a los necesitados...

Yo soy salvo no por lo que yo haga o pueda llegar a hacer, soy salvo por lo que Jesús hizo en mi lugar, soy salvo porque Jesús cargó con mis pecados y porque me imputó su justícia, la vida sin pecado que él vivió.

La Gloria, el mérito de mi Salvación es de Jesús, no mía.

¿Significa todo esto que los cristianos tenemos carta blanca y podemos pecar?

La respuesta a esto es muy sencilla: NO, más bien al contrario.

El Cristianismo una religión única en el mundo, es decir, todas las demás religiones del mundo son: Haz y Serás.

En otras palabras, medita los mantras y serás budista, peregrina a la Meca una vez en tu vida y serás musulmán...

Todas las religiones del mundo estimulan el orgullo humano, todas apuntan al mérito personal, al Yo.

Haz para Ser.

El que es Justo, lo es por sus propios méritos.

Pero en el Cristianismo pasa precisamente lo contrario.

El Cristianismo predica el Evangelio, si la persona que lo escucha cree de todo corazón que Jesús cargó con su pecado y que resucitó, es salva puesto que sus pecados son perdonados y recibe la imputación de la justícia de Jesús.

Por tanto el cristianismo no es Haz y Serás.

El cristianismo es: crees el Evangelio?
Si lo crees de todo corazón Eres, por tanto, Haz.

Es decir, porque eres salvo, no peques más.

Porque Jesús te perdonó tus faltas, perdona tú las de los demás.

Porque Dios tuvo paciencia contigo, sé paciente con los demás.

Porque el Espíritu Santo de Dios mora en ti, trata a tu cuerpo en consecuencia.

Porque eres, haz…

Si la persona que dice ser cristiana, lleva una vida contraria a las enseñanzas de Jesús, si se ama a sí mismo o algo terrenal antes que a Dios, si antepone sus tradiciones antes de la voluntad de Dios... demuestra que jamás ha recibido el Espíritu Santo y que su forma de vida es guiada por costumbres, tradiciones o normas de apariencia recta e indudablemente moral, pero nunca por el Amor a Dios.

Nuestra Salvación no depende de lo que nosotros hemos hecho, no depende de lo mucho o poco que pequemos, o de las veces que acudamos a la iglesia.

Depende de nuestra fe en Jesús, nuestro trabajo, es el trabajo que él hizo en nuestro lugar.

Por eso el Evangelio no es una serie de reglas para ser mejor persona o para ganarte el cielo, el Evangelio es el anuncio de lo que Dios ha hecho por ti, ya sabes, acepta esta oportunidad única.

Esto es una auténtica piedra de tropiezo para el que su último fin es él mismo porque ningún hombre soportaría que el mérito de todo aquello bueno que él hace, no sea suyo sino de otro...

Ahora bien, ¿Significa el hecho de ser justificado que los cristianos no pecan nunca?

No, los cristianos pecamos.

La diferencia entre un cristiano y un no cristiano es que mientras el segundo vive muy cómodo en su pecado, el primero lucha contra él con las fuerzas que Dios le da.

¿Significa esl hecho de ser justificado que un cristiano no puede pasar por períodos de mundanidad?

No, puede pasar por períodos en los que puede estar por un tiempo frío, de espaldas a Dios.

¿Pero puede un cristiano llevar una vida de espaldas a Dios, yendo simplemente a la iglesia una vez por semana y orando cuando lo necesita?

Imposible.

Por qué?

Porque solamente puede creer en Dios aquella persona que haya recibido el Espíritu Santo.

Solamente confiará ciegamente en el trabajo de Jesús quien haya recibido el Espíritu Santo, y toda persona que haya recibido esta Gracia es una nueva criatura, y las nuevas criaturas no pueden evitar vivir de acuerdo a su nueva naturaleza.

Ningún árbol malo puede dar fruto bueno, pero tampoco ningún árbol bueno puede dar fruto malo.

Cuando una persona recibe el Espíritu Santo es regenerada, su naturaleza cambia y poco a poco va dejando atrás su vieja naturaleza, por qué?

Porque Son.

Son Hijos de Dios, y porque son... actúan en consecuencia.

La evidencia de la Regeneración, del Nuevo Nacimiento a Dios no es la observancia de reglas morales, lo es una vida transformada a imagen de Jesús en Amor a la Voluntad última de Dios.

Porque hay fes sin Amor a Dios, pero no hay Amor a Dios sin fe.

Por eso nos decía Jesús aquello de Por sus obras les conoceréis.

Así pues, éste es el Evangelio: Dios -el Verbo de Dios- se encarnó en un ser humano, llevó una vida perfecta de acuerdo a la Ley de Dios, una vida que nadie es capaz de llevar, aceptó recibir en él, el castigo que nos corresponde a nosotros y fue resucitado como demostración de que su sacrificio expiatorio había sido aceptado.

Si crees esto de corazón, eres salvo, por tanto: actúa en consecuencia.



Mientras tanto dad gracias por todo a Dios en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...