Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



sábado, 14 de abril de 2012

De las Connotaciones Mesiánicas de las Genealogías En Mateo 1...

La genealogía con la que Mateo abre su Evangelio y que a nosotros nos parece tan innecesaria, es no obstante, fundamental para el autor.

Cierto, la genealogía que pasa de Abraham a David, de éste hasta el exilio babilónico, y de éste hasta Jesús es muy significativa para Mateo pues tiene connotaciones mesiánicas.
17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.
Mateo 1:17
Catorce, repite Mateo, catorce...
Pero, por qué?

Para entenderlo tenemos que irnos a Daniel 9, un pasaje en el que Daniel le pregunta a Dios si era tiempo de que se cumpliera la profecía de los setenta años de exilio de Jeremías.
10 Porque así dijo YHWH: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, Yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar.
Jeremías 29:10
En efecto, pero a la pregunta de Daniel, Dios envía a Gabriel que le responde lo siguiente:
24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
Daniel 9:24
No setenta años, dice el ángel, setenta semanas de años, es decir, setenta veces siete.

Ahora bien, en todo esto hemos de tener en cuenta algo importante.
Aunque el exilio de manera oficial había acabado, aunque la mayoría de los judíos exiliados habían vuelto, aunque habían reconstruído el Templo, los judíos se sentían todavía bajo el exilio en su propia tierra a causa de la dominación extranjera.
36 He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien.
37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.

Nehemías 9:36-37
El exilio continuaba, la maldición de las setenta veces siete seguía pendiendo sobre la cabeza de Israel, y las profecías de restauración mesiánica de Isaías y Ezekiel seguían sin cumplirse.

Exacto, porque para una mentalidad judía, el fin de las angustias estaba en el setenta veces siete.

Fíjate, cada siete días había un Sabath.
Cada siete años un año sabático.
Y cada siete veces siete años un año jubilar.
8 Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.
10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores: este os será jubileo; y volveréis cada uno a su posesión, y cada cual volverá a su familia.

Levítico 25:8,10
En el año jubilar los esclavos eran liberados, la tierra vendida era devuelta a sus antiguos propietarios, los que estaban lejos volvían a su casa, y todo volvía a ser como había sido, Porque es jubileo; santo será a vosotros.

Ahora bien, el ángel no habló de siete veces siete años, sino de de setenta veces siete, es decir, un jubileo de jubileos...

Israel esperaba el tiempo de la visitación, el tiempo cuando se produciría la gran redención, cuando los que estaban lejos serían hechos cercanos, y todo sería como En el principio, cuando se reestablecería la comunión de Dios con el hombre rota por el pecado, es decir, la promesa de Dios a Daniel anunciaba la venida del Mesías redentor que traería la libertad verdadera, una Nueva Creación.

Pero Señor, nos parece escuchar a Daniel, setenta vees siete son casi quinientos años...
Cierto, casi quinientos años de espera, una espera que Mateo anuncia que ha llegado a su fin.

Sin embargo, en vez de años, Mateo nos habla de generaciones, de catorce veces tres, es decir, seis sietes, y con Jesús alcanzamos las siete veces siete.
La historia de Abraham al nacimiento de Jesús recorren un ciclo de seis semanas (3 x 14 = 6 x 7), un ciclo que es completado por la séptima semana que nos lleva a Jesucristo, momento que inaugura la era de Redención.

En otras palabras, para Mateo Jesús es el Jubileo en persona, la persona que redimirá a Israel de su mayor problema: sus pecados, aquello que les aleja de Dios y les hace ser malditos.
21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, (El Señor Salva) porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Mateo 1:21
No podía ser de otro modo: acaba con la causa de nuestro exilio y volverás a Casa, elimina lo que nos aleja y habremos sido hechos cercanos, destruye lo que nos esclaviza y recibiremos Libertad, hiere en el calcañar a lo que nos hacer ser peregrinos y tendremos la Nueva Creación... como En el Principio
17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.

Lucas 4:16-21
En Jesús se cumple el llamado de Israel -el medio a través del cual Dios cumplirá la promesa abrahámica de bendecir a todas las famílias de la tierra- y el juicio divino por los pecados que la rebelión de Israel había causado.

Jesús es el clímax de la historia de Israel, eso es lo que nos está diciendo Mateo, es decir, que las genealogías, que la historia de Israel importa porque Dios ha llamado y elegido a Israel como el medio a través del cual redimirá al mundo.
Exacto, el Mesías de Dios es el Mesías de Israel porque la Salvación a la humanidad vino de los judíos.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo, en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...