Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



lunes, 7 de febrero de 2011

De que el Bautismo No Es el Equivalente Neotestamentario de la Circuncisión Veterotestamentaria

Leemos en el Catecismo de Heidelberg,
74. Pregunta: ¿Se ha de bautizar también a los niños?

Respuesta: Naturalmente, porque están comprendidos, como los adultos, en el pacto, y pertenecen a la iglesia de Dios.
Tanto a éstos como a los adultos se les promete por la sangre de Cristo, la remisión de los pecados y el Espíritu Santo, obrador de la fe; por esto, y como señal de este pacto, deben ser incorporados a la Iglesia de Dios y diferenciados de los hijos de los infieles , así como se hacía en el pacto del Atiguo Testamento por la circuncisión, cuyo substituto es el Bautismo en el Nuevo Pacto
.
En esta entrada argumentaremos por qué el bautismo No es el equivalente neotestamentario de la circuncisión mosaica.

Ahora bien, en el Catecismo de Heidelberg, se cita Colosenses 2:11-13 para apoyar dicha idea, por tanto, analicemos la antes mencionada cita, y su contexto, para comprender de qué se nos habla en este pasaje,
11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

Colosenses 2
Pablo en sus epístolas, suele emplear siempre la misma estructura, es decir, primero muestra el estado caído del ser humano, su necesidad de ser salvado de la Justicia de Dios, para así dar la dimensión y Gloria que merece la obra de Jesús.

De este modo, vemos que Pablo nos explica que la Ley de Dios nos acusa y exige el pago de la deuda que nuestro pecado merece,
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,

14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz
,
Esto lo hizo el Señor, única y exclusivamente él, y esto es clave para entender el por qué del error del paralelismo entre la circuncisión y el bautismo.

En efecto, en ambos versículos Pablo nos está hablando de aquello que hizo el Señor en la cruz por nosotros.

En otras palabras, Pablo nos presenta un trabajo objetivo, ajeno a nosotros, un trabajo en el que no tenemos papel alguno, un trabajo que Jesús culminó al ir a la cruz y morir por todos nuestros pecados.

Al mismo tiempo vemos que el trabajo del Señor no se limitó a ofrecer la única propiciación aceptable a Dios, como pago por nuestros pecados, el Señor Jesús también derrotó a los demonios,
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Ambas acciones tienen lugar en el mismo escenario -la cruz- y ambas son realizadas exclusivamente por el Señor.

Por qué recalco tanto la autoría del Señor?
Para evidenciar el error de equiparar una acción realizada por Dios, con una realizada exclusivamente por el hombre: la circuncisión.

Sigamos.

Ahora bien, en este pasaje Pablo describe lo que pasa fuera de nosotros -la obra del Cristo- pero también la obra de Dios en nosotros, es decir, Pablo nos explica lo que Dios ha hecho fuera de nosotros, por la sencilla razón de que esto tendrá consecuencias en nosotros.

Fijémonos cómo en el versículo 13, Pablo nos habla de nuestra regeneración, del nacimiento de la nueva criatura, de la resurrección,
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él,
Exacto, todos nosotros estamos muertos, espiritualmente muertos, y es Dios -por el puro afecto de Su Voluntad y Su Misericordia- quien sopla sobre nosotros y nos da vida.

Ahora bien, no hemos de olvidar que un par de versículos antes, Pablo nos había hablado de la circuncisión, no es cierto?
11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
Hemos de ir con cuidado a la hora de analizar este versículo pues es el que confundió a los hermanos que redactaron el Catecismo de Heidelberg.

Si nos fijamos ben, veremos que Pablo compara el trabajo que Dios hace en nosotros, con la circuncisión, no obstante, a diferencia de la mosaica, esta otra circuncisión no es física sino espiritual,
11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano,
Aquello que Dios despoja de nosotros, no es un trozo de piel, es lo carnal en nosotros, el poder del pecado.
al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;
Es decir, nuestro viejo Yo dominado por el poder del pecado, queda clavado en la cruz, y -una vez muertos al mundo- renacemos a Dios.

La idea de que en la cruz lo carnal en nosotros muere, es una idea que Pablo repite en más de una epístola,
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Gálatas 5

6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, (Jesús) para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Romanos 6
Es cierto que en los versículos 11º y 12º de Colosenses 2, el bautismo se relaciona con la circuncisión, pero no por las razones que se expusieron en el Catecismo.

Volvamos a leer estos versículos,
11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
La clave como he mencionado antes, es que la circuncisión que vemos en estos versículos es una no hecha a mano, la cual se contrapone a la física de la Ley mosaica.

Entonces, qué es aquello que traza un paralelismo con la circuncisión veterotestamentaria?

No lo es la inmersión -física- del bautismo, lo es la obra espiritual de Cristo quien nos despoja de lo carnal, del poder del pecado en nosotros, en otras palabras, Jesús nos circuncida el corazón.

De ahí se articula que el bautismo no sea nada más que un manifestación pública de una realidad espiritual.

En efecto, en caso contrario el bautismo sería necesario para Salvación, lo cual es refutado claramente por Pablo en 1 Corintios 1, cuando da gracias a Dios por no haber bautizado a nadie sino,
14 Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo,

[...]

17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Pero no nos desviemos y volvamos al tema.
En esta pasaje Pablo nos explica que Jesús nos circuncida espiritualmente -la circuncisión del corazón de Deuteronomio 30:6- la cual es el cumplimiento espiritual neotestamentario de la circuncisión física veterotestamentaria.

Decir que el bautismo es el equivalente neotestamentario de la circuncisión es un error, pues vemos que Pablo nos habla que la circuncisión que hace Jesús es no hecha a mano.

No obstante, si decimos que la circuncisión hecha a mano corresponde al bautismo "hecho a mano", olvidamos algo importante, la circuncisión de la carne, la circuncisión de lo pecaminos en nuestro corazón, es realizado exclusivamente por Dios, es decir, es una obra espiritual, no física.

Todo cristiano es nueva criatura, una criatura que estaba espiritualmente muerta pero sobre quien Dios ha soplado Su Espíritu y le ha dado vida.

Eso es lo que hace a alguien miembro del Nuevo Pacto, el haber recibido fe, el haber nacido de nuevo, no el haber sido bautizado.

Uno forma parte del cuerpo de Cristo por fe, no por haber cumplido un sacramento de modo ritual y rutinario, tal como se ofician en las misas católicas.

Es la resurrección espiritual lo que nos hace ser miembros del cuerpo de Cristo, es el haber muerto en la cruz, el haber clavado el poder del pecado en el madero, no el haber cumplido un ritual que es reflejo de la realidad espiritual.

En efecto, porque toda esta obra de Cristo en nosotros se produce mediante algo espiritual, no físico, es decir, tiene lugar mediante la fe,
12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Esta es la razón por la cual rechazo el bautismo de infantes, pues uno solo puede formar parte del Nuevo Pacto mediante la fe.
En efecto, Juan nos habla de esto mismo en su Evangelio,
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Juan 1
Por tanto, cuando el Catecismo dice,
¿Se ha de bautizar también a los niños?

Respuesta: Naturalmente, porque están comprendidos, como los adultos, en el pacto, y pertenecen a la iglesia de Dios.
Olvida esta realidad, es decir, que Dios tiene hijos, pero no nietos.

Mis hijos no tienen por qué haber sido salvos por el Señor, del mismo modo que tampoco mis padres.

Uno forma parte de la familia de Dios mediante la fe, no por vínculos de sangre.

Por tanto, de lo que Colosenses 2:11-13 nos está hablando no es que el bautismo sea el equivalente neotestamentario de la circuncisión, lo que nos está diciendo es que Jesús murió por nuestros pecados, que resucitó cancelando la deuda que habíamos contraído, que humilló a las huestes de Satanás, que resucita a todos aquellos que estábamos espiritualmente muertos al circuncidarnos el corazón mediante la fe.

El papel de la fe en nuestra regeneración es fundamental para entender de qué nos habla Pablo en esta entrada, pues mediante la fe somos llamados por Dios, por fe recibimos el perdón de los pecados, por fe nuestro Yo y el poder del pecado quedan clavados en la cruz, por fe recibimos un nuevo corazón de carne para amar lo que Dios ama y aborrecer lo que aborrece, por fe nacemos de nuevo, por fe...

En otras palabras, no es que al recibir fe podamos trabajar nuestra Salvación tal como creen sectas como la católica, sino que por fe recibimos lo que Jesús ha hecho en nuestro lugar.

De ahí que no haya paralelismo entre la circuncisión mosaica y el sacramento del bautismo del Nuevo Pacto en la sangre del Mesías.

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...