18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.Tal como dijo Lutero, el cristiano es Simul Iustus et Peccator, es decir, simultáneamente Justo y pecador, de ahí que tanto el antinomiano como el perfeccionista odien confrontar esta realidad.
Romanos 7:18
En efecto, el primero ahoga al santo en el pecador, mientras que el segundo al pecador en el santo, de ahí que su doctrina sea incompleta, y yerre en el blanco.
Pero la paradoja se resuelve al comprender que aunque nuestra alma ha sido redimida, nuestro cuerpo todavía no, que aunque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, somos guiados por el Espíritu, el que está en nosotros es más fuerte que el que está en el mundo, de modo que por mucho que -para nuestra tristeza- caigamos en pecado, jamás nos abandonaremos a él.
Palabra de Dios.
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