Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 1 de septiembre de 2011

De que la Gracia Conduce a Obediencia...

1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la Gracia abunde?
2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Romanos 6:1-2
Fíjate, me dijo, la solución a toda inmoralidad, no es una fría Moralidad ferreamente impuesta, sino pura Gracia.

Gracia.
Tanta que sea aprovechada por los no regenerados para dar rienda suelta a su verdadera naturaleza, tanta que haga que mucha gente la confunda con libertinaje.

Porque el Camino a la obediencia más radical que marca la Palabra no es domando la Gracia, sino reconduciéndola con Fe, Paciencia y Amor
.

Y aplaudí hasta con las orejas...

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