5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el Bien y el Mal...El mismo Dios que secará toda lágrima de las mejillas de los Suyos es el que te insta a sacar la viga de tu propio ojo, antes de husmear en la de alguno de los de las lágrimas, no sea que tu ojo acabe siendo malo y te sea ocasión de caer.
Génesis 3:5
Y es que muchos de nosotros, teniendo ojos para ver no vemos porque solo queremos ver lo que nos conviene:
La paja de los demás.
Cierto, pues les parece mucho más cómodo hurgar en los ojos ajenos que ser fieles a lo que ojo no vio, a aquellos que siguen alimentándose de lo mismo que comió aquel a quien se le prometió que tras comer, le serían abiertos los ojos.
Y ciertamente lo fueron.
Para cerrarlos y así poder ver solamente la paja en el ojo ajeno...
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