La obediencia de Cristo nos devuelve -no al principio- sino al final del camino que Adán tuvo que recorrer. Herman BavinckCierto, Dios no nos da una segunda oportunidad en Jesús para ver si esta vez podemos hacer las cosas bien, pues en caso contrario no seríamos salvos por Gracia, sino indirectamente por nuestras obras...
Ahora obramos, obramos y volvemos a hacer bunas obras, pero estas son la consecuencia de haber sido salvos.
En efecto, pues si no fuera así, todos y cada uno de nuestros deseos y acciones, tendrían un fin egoísta: Conseguir nuestra Salvación, alcanzar aquello que Adán fue incapaz de conseguir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario