39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.A diferencia de Jesús, muchos ven al pueblo de Dios como un frío mecanismo bien engrasado que odia el fracaso entre sus miembros, en vez de como un Cuerpo vivo que se duele por el pecado entre sus miembros.
40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Lucas 10:39-40
De este modo, mientras que el Cuerpo se asemeja a María, el mecanismo a una Marta demasiado atareada como para preguntarse por y para quién trabaja.
Es que hemos de cruzarnos de brazos, limitarnos a escuchar y no hacer nada como María?
Al contrario, hemos de trabajar como Marta, pero solo después de haber escuchado como María.
Y no hay nada más difícil que eso, pues las palabras de Jesús nos impulsan a trabajar justo en aquello que por nuestra maldad no queremos.
Para verguenza nuestra lo digo...
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