7 Y como insistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado que tire la primera piedra..Nuestro orgullo nos lleva a creer el engaño de que tenemos derecho a condenar en los demás, lo mismo que justificamos en nosotros.
Juan 8:7
Cierto, pues la habilidad del hipócrita de reflejar sus pecados en los demás, es inversamente proporcional a la capacidad de ver solo sus virtudes.
De este modo nos encontramos con la siguiente tragedia, a saber:
Que lo que aborrecemos de los demás, es lo mismo que odiamos de nosotros, de modo que si unimos todos los pecados que vemos en los demás, y los reunimos en una sola pieza, aquello con lo que nos encontraremos será la estatua de nuestro ídolo...
Nosotros mismos.
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