Pero Nouwen me ha hecho cambiar de opinión.
Querido Dios,Brutal.
Tengo tanto miedo de abrir mis puños!
Quién seré cuando no tenga nada a qué aferrarme?
Quién seré cuando esté delante tuyo con las manos vacías?
Por favor, ayúdame a que abra gradualmente mis manos para que descubra que no soy lo que tengo, sino lo que quieres darme.
Y lo que quieres darme es Amor.
Eterno e incondicional.
Amen...
Henri Nouwen
Tenemos las manos tan ocupadas con lo mundano, que no nos queda espacio para recibir nada de Dios...
No hay comentarios:
Publicar un comentario