Otro tanto vemos en las ramas del Olivo, pues aunque unas ramas jamás osarían acercarse a las otras, el comer del mismo cuerpo, y beber de la misma sangre, les impide decir que no son Uno.
Pues lo somos.
Apartaos de mí sectáreos y fariseos, pues no queréis entrar en mi descanso, grita el galileo saliendo del sepulcro.
No me entiendas mal, las ramas son muuuuy importantes, de ahí que nos pasemos tanto tiempo ocupados en cuidar la propia, pero no es la rama la que sustenta la raíz sino la raíz a la rama, de ahí que las ramas que se creen raíz sean cortadas.
El Señor nos une, porque Jesús es nuestra paz, una en la que Dios es glorificado cuando cedemos nuestro lugar en la mesa a la rama que más nos desagrada, no cuando le cerramos el paso, pues barbas griegas, sotanas latinas, alocados pentecostales, y puritanos sajones comen y beben en la misma mesa de Misericordia.
Crees que con esto estoy cuidando mi rama?
Entonces no has entendido nada y pronto serás cortado, pues la mesa de Misericordia pertenece al Señor que la sirve, y por mucho que te repugne la rama que come a tu lado, no te olvides que Dios tiene una cosa en común.
Nosotros.
Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...
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