23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,Me preguntan si hay contradicción entre la Promesa de Salvación de Dios y la advertencia de Pablo que leemos en Hechos 27.
24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.
31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.
Hechos 27
Creo que ya abrí una entrada con esto pero qué narices, heeeeeere we go again!
Fíjemonos en la escena y en cómo se aplica a nosotros.
Por un lado tenemos que una situación tan desesperada que toda la tripulación había perdido toda esperanza de salvarse.
20 Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.Pero por otro vemos que Dios le hace saber a Pablo que ni un solo miembro de la tripulación morirá en el trayecto.
23 Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,Ahora bien, en vez de sentarse a esperar cruzado de brazos en la confianza de la Providencia segura de Dios, Pablo no solo decide actuar.
24 diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo.
25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.Sino que no se está de exortar y advertir a los otros miembros de la embarcación.
26 Con todo, es necesario que demos en alguna isla.
33 Cuando comenzó a amanecer, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo: Este es el decimocuarto día que veláis y permanecéis en ayunas, sin comer nada.En efecto, a medida que aumentan los contratiempos, vemos que la confianza de Pablo en las palabras de Dios, es ignorada por algunos marineros los cuales,
34 Por tanto, os ruego que comáis por vuestra salud; pues ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros perecerá.
30 Entonces los marineros procuraron huir de la nave, y echando el esquife al mar, aparentaban como que querían largar las anclas de proa.Ahora bien, hemos visto que Pablo tenía la promesa de Dios de que ningún miembro de la embarcación perdería su vida, cierto?
Sin embargo, el apóstol reacciona del siguiente modo ante el intento de huída de los marineros,
31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.No es un poco contradictorio? me preguntan.
Lo cierto es que no, y no lo es por una razón muy sencilla:
Las advertencias y exortaciones que reposan en la Promesa de Salvación de Dios, son los medios a través de los cuales dicha Promesa deviene cierta.
La misma aplicación podemos hacer a todas las advertencias y exortaciones de Dios en Su Palabra, pues el escuchar y guardar las advertencias y exortaciones son precisamente los medios a través de los cuales aseguramos nuestra Salvación.
En otras palabras, de la misma manera que todos aquellos que toman la Gracia como una licencia para pecar, son aquellos que no han sido objeto de ella, los que tienen el Sello de Dios para Salvación en ellos son los únicos que reaccionarán ante toda exortación y advertencia.
Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo, en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...
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