Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



viernes, 11 de noviembre de 2011

De Semillas, Crucicentrismos y Vida en Abundancia...


54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la Palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?
1 Corintios 15:54-55
Siendo nuestra fe crucicéntrica, la resurrección se nos revela como la confirmación de la aceptación del sacrificio expiatorio del Señor, la prueba de la victoria final del Mesías Cristo sobre la muerte, Dónde está, oh muerte, tu victoria?

Rechazado por todos pero con el poder de entregar su vida y volverla a tomar, Jesús es glorificado con la Gloria que tuvo antes de que el mundo fuera, repito: Dónde?

La semilla muere para dar vida, y vida en abundancia, pues cruz y resurrección forman parte de una misma palabra, Gracia.

Pero mientras cruz sin resurrección queda reducida a martiriológico error de cálculo, resurrección sin cruz queda reducida a un milagro sin transcendencia para una humanidad esclavizada al pavor de la Muerte, en vida.

Cruz sin resurrección significa huída, verguenza, silencio y olvido, pero resurrección tras la cruz significa Gran Comisión, el anuncio al mundo de la Buena Nueva que es en el hijo del carpintero.

Porque la muerte del Mesías -que es nuestra muerte- y la resurrección del Mesías -que es nuestra resurrección- nos lleva a cantar Dónde está, oh muerte, tu victoria?

Y es que Dios reconcilia todas las cosas en la Rosa de Sharón, haciendo la paz mediante la sangre en la cruz, por tanto canta conmigo, el que se gloría, gloríese en el Amado, canta bien alto que el que se arrepienta, que sepa que el León de Judah pagó en la cruz por sus pecados, canta fuerte que al tercer día resucitó en una resurrección que es la nuestra, para que los que vivimos, ya no vivamos para nos, sino para el Señor que nos amó y dio su vida por nosotros, Dónde? leru, leru, Dónde...?

Por qué buscas entre los muertos al que vive? por qué buscas Muerte en tu vida? No sabes que eres Uno con el Alfa y el Omega, con el que vive aunque estuvo muerto, con el que tiene las llaves de la Muerte y del Hades, con Emanuel, el Hijo del Hombre cuyo Dominio es Dominio eterno, que nunca pasará, y su Reino uno que no será destruido, pues Vive, Gloria a Dios, Vive, y aunque murimos, nuestra Vida está escondida con Cristo en Dios... y amén!

Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias por todo a Dios nuestro Padre en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...


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