Déu Pare, dame Gracia y pone en mí el deseo de buscarte, para que al buscarte pueda encontrarte, para que al encontrarte pueda amarte, y para que al amarte pueda odiar con todas mis fuerzas, con toda mi alma y todo mi corazón, todos los pecados de los que me has salvado...
En el Nombre de Jesús, amén!



jueves, 6 de octubre de 2011

De Reformas y Avivamientos...

Date cuenta por un lado, dijo, que la Reforma fue la restauración de una doctrina corrompida por los poderes del mundo, y por el otro que el avivamiento personal es la restauración de una vida corrompida por los poderes del mundo.

Te das cuenta cómo uno es dependiente del otro?
preguntó.

Mi silencio le animó a seguir hablando.

En otras palabras, una persona no podrá experimentar un avivamiento personal a menos que no haya habido una reforma doctrinal, o sea, a menos que no reciba el verdadero Evangelio, aunque la Reforma no pudo producirse sin un avivamiento previo.

Ahhhh... dije.

Y anoté lo dicho.

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