Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.En realidad los milagros no existen, me dijo, porque estos no son nada más que la restauración de lo corrupto a su orden Natural.
Mateo 8:3
Estamos tan habituados al mal que el sufrimiento y la muerte nos parece lo normal, cuando en realidad son una desviación, añadió.
Fíjate, dijo, que el punto de partida no es un mundo perverso que cae cada vez más y más en corrupción, sino un orden perfecto interrumpido por el pecado.
Una vez comprendas esto, verás que lo que el Señor hizo fue reintroducir lo Natural, en un mundo corrupto...
Y me dejó con ganas de gritar Maranataaaargh! como un poseso...
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