Pablo atacó los que se imponían reglas, Santiago los que apenas seguían alguna.
Pablo predicó arrepentimiento a los hermanos que ignoraban que somos salvos por Gracia no por obras, y Santiago a los que ignoraban que no somos salvos por obras, sino para buenas obras.
Porque el Evangelio del Mesías Cristo, es lo único que evita que el hombre transforme su religión en rebelión contra Dios.
Mientras meditáis en todo esto, dad las gracias a Dios nuestro Padre por todo en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo...
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